“Después de mí… ¡Nadie mas!”
- Corran pues y hagan valer los derechos de su amiga. Nosotras nos
quedaremos aquí esperando y en cuanto traigan la orden, llamaremos al equipo
médico de inmediato.
Susan y Carmen, corrieron con la póliza hacia la
sección administrativa.
Después de salvado todos los escollos, lograron que finalmente la
atendieran.
En la Sala de Espera, estaban: Susan, Carmen y Miguel que se les unió una vez pudo conseguir en
donde estacionar su carro.
Los tres estaban visiblemente molestos y nerviosos. La tensión nerviosa y el duro desenlace al cual
se tuvieron que ver precisados los dejó marcados, pero la preocupación de que
la amiga tirada en la camilla de esa
clínica y sin pronóstico médico, los angustiaba aún más.
- ¡Tiene que levantarse de
ésta situación! – Precisaba Susan.
- Ya verás que de esta se salva. ¡Ella es muy fuerte! – Le
aseguraba Miguel.
- ¡Qué de vainas está sufriendo Gersy!
- ¡Y ese desgraciado! ¿No se fijaron cómo se quedó? – Preguntó
Susan.
- ¿Y vieron como se puso Mireya y su madre? – Les preguntaba
Carmen.
- ¿Y el suegro? – Preguntaba Miguel.
- Pero Gersy y nosotros…Le tumbamos la porquería de ese tal Román.
– Sentenció Susan muy contrariada.
- Sí, pero esta situación se cobró la salud de Gersy…Y esperemos
que de esta se logre levantar y ojala que
supere este duro
impasse al cual se ha visto sometida. - Concluyentemente
sentenció Miguel.
Las amigas, callaron.
Un mayor número de lágrimas emergió de sus parpados ya enrojecidos
por el dolor y el coraje.
- ¡…No solamente se va a levantar…También va a salir de este duro
trance…Tiene que hacerlo! – Sostuvo muy decidida Susan.
- La vida no le ha sido fácil a nuestra amiga.
Recuerden todo lo que se ha visto obligada a pasar y ahora esta
locura de su esposo. –Recordó Carmen.
- ¿Y a propósito…No logramos llamar a Marisela? – Preguntó Susan de
repente.
- Ah, vaina…Se nos
olvidó…Miguel, aquí tengo
el número de
Marisela, pero no tengo saldo en
mi telf. ¿Podrías llamarla e informarle
todo lo que nos ha pasado? - Le preguntó
de repente Carmen.
Miguel anotó el número y buscó
un teléfono público para llamarla.
- …Cuando lo sepa Marisela…
- Comentó apesadumbrada Susan.
- A ella nunca le cayó muy bien Román…
- ¿Verdad que no, Carmen?
- No, ella siempre desconfió de él.
- ¿Será cierto que ése tipo la cortejó, Carmen?
- …Eso siempre me lo dijo a mí, pero se inhibió en contárselo a
Gersy, ya que sospechaba que nunca se lo iba a creer y fíjate ahora, con todo esto que nos acaba de pasar…
¿Qué dirá Mary de todo esto?
- Bueno Carmen ahora que
hemos pasado todo esto en verdad te
digo, que no me gustaría estar en el pellejo de Gersy. ¿Verdad Carmen?
En medio de tantos conflictos.
Allí estaban las dos, esperando que la administración aceptara la
póliza y de que llegara Miguel, después de llamar a la amiga ausente.
En esos minutos de espera, apareció el administrador en compañía de
uno más de su departamento y preguntaron por algún familiar de la paciente.
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