“Conversaciones con don Carmelo”
Miércoles; 30 de abril del 2.014.-

- En cuanto lleguen al sitio. – Me dijo en medio de la mas profunda seriedad, e inspirándose siguió…
- Te bajas y haz que ella haga lo mismo.
Te va a poner resistencia –porque ellas son así- pero la bajas a la fuerza (…Ella se te va a hacer “la dura”, pero no importa tú le sigues su juego.) y una vez que  ya la tengas abajo del carro, la vas a agarrar por la cintura y la vas a tumbar de esta forma –E hizo una llave de esas que utilizan los luchadores, que se ponen a su oponente por su cintura y ¡ras!-
- ¡Y la tiras al suelo! – Y se me quedó mirando, como para cerciorarse de que si le había entendido todo, y al ver mi angustia esperó  mi pregunta…
- ¿…Pero y si se me molesta? (Porque puede ser que como no me conoce…Digo yo.)
- ¡Que se va molestar! ¿No entiendes?
(¡Te estás pasando de bruto chico! La cosa no es así, tal como te la estás imaginando.) y me siguió hablando tal como si yo fuese un crío…
- Esa es la forma. (No quise insistir mas, ya que temí una reacción violenta de su parte, por lo que me decidí a: callar.)
- Yo mismo lo hago con la mía que ya es “mujer mía” desde hace bastante rato. – Y me lo decía dentro de la mayor tranquilidad del mundo…
– Yo en verdad no entendía muy bien la cosa y hasta me parecía como muy salvaje esto.
¡Pero bueno, él sabrá!
- ¿Entendiste bien? – Me preguntó al ver mi asombro.
No te preocupes. Ellas son así. (Hazme caso.)
- Bueno si tú me garantizas que es así…
- ¡Es así! ¿Listo?
- ¿Pero qué ya mismo?
- ¡Eso es cayendo y corriendo!
¡Vamos a buscarlas!
Les brindamos unas cervecitas y después las metemos al monte.
– Bueno dos cosas no me parecían lógicas. (Decidí decírselo, aun cuando ya había decidido no decirle nada…Pero era que no me aguantaba mas…)
- Primero: ¿Empujarla para tirarla al suelo?
Me sonaba como a los hombres de la antigüedad. (Los que vivían en las cavernas.)  …Y me vas a perdonar, pero eso me parece muy: ¡bestial!

Y Segundo: ¿En el monte?  Y… ¿No podríamos ir a un hotelito o hacerlo en el carro?










“Después de mí… ¡Nadie mas!”
Miércoles; 30 de abril del 2. 014.-
II

-      …Ya que estamos todos reunidos…
Debemos felicitarnos.
¡Ya somos Psicólogos graduados!
Ya todos tenemos nuestros títulos y ya podemos ejercer.
¡Brindo por todos nosotros!
Y me permito nombrarnos – Y me incluyo yo, por supuesto – Porque nos hemos quemado las pestañas.
Hemos invertido muchísimas horas de estudio fuerte. Con mucho tesón.
Y en este momento…Nos hemos reunidos, nosotros, éste pequeño grupito en el cual desde nuestros inicios
…Nos hemos identificados uno a otro.
Debo personalmente agradecer a: ¡Miguel Prieto! Para quién pido un fuertísimo aplauso. ¡Aplaudan!
El resto, aplaudieron a rabiar.
Coincidían en que era sin duda alguna un baluarte y un soporte para el resto.
- ¡Qué Baile! ¡Qué cante! ¡Qué haga algo…Algo! ¡Qué se manifieste!
- Calma pueblo…Calma…
Que se me olvidó mi “Chuleta” para este discurso. ¡Ya va, ya va! Por favor…
No me escupan. Por favor…
No se derritan más por mí…Que yo voy despacio…Pero seguro.
¡Tranquilas fieras!
¡Que se me olvidó mi látigo! ¿Total…? 
¿Les hace falta…?
…Les recuerdo, que cuando sea elegido como Presidente de éste país…
Es muy posible, que me acuerde…De alguno de ustedes…
¡Calma pueblo!
Bueno  por mi parte, debo reconocerlo…
Me he visto forzado a que muchos de ustedes se estén “Copiando de mis exámenes”.
Pero no los culpo… ¿Total?  …Pero no se exalten…Jamás los acusé con nadie.
Y para que lo sepan y quede constancia en todas partes… ¡Jamás los señalaré!
Pero…Ya que no me dejan terminar mi pequeño discurso…Ya va…Quietas fieras… ¡Caramba, olvidé mi látigo!
¡Y cuánta falta me está haciendo ahora!
Sus compañeros  lo pitaban y les tiraban papeles encima.
Y cuando ya se hizo un pequeño silencio, prosiguió con su oratoria.
- ¡No tengo la culpa…Soy un genio!
Y gracias a mí…Este grupo salió con buenas notas.
¡Felicidades a los que no tuvieron que copiarse de mí! ¡Ya va, ya va, ya va!
Ahora le toca el turno…A: ¡Susan Flores!
Susan se levantó rápidamente y en escasos minutos, hicieron el silencio respectivo.
- ¡Yo, en verdad es que estoy muy entusiasmada!
Me parece un verdadero sueño…
¡Al fin nos graduamos y todos!
Ya se acabaron: Los estudios.
Sus compañeros aplaudían y gritaban desaforados.

- Ya se acabaron: ¡…Nuestros desvelos!







“Después de mí… ¡Nadie mas!”
Martes; 29 de abril del 2.014.-

- …Ya vengo…Ya vengo…
- …Pero…Pero… - Se quedó asombradísima.
Jamás la había dejado sola.
(¡Qué horror! ¿…Qué le estaría pasando ahora…?)
Y menos en este momento.
- ¡Ah no, Migue…A ti te está pasando algo!
(…Está muy, pero muy extraño…)
¿Qué te está pasando,  mi amorcito?
- …Ya vengo…Me estoy reventando…
- ¡Yo me voy contigo!
(Ni creas que te me vas a escapar.)
- ¿A dónde? ¿Vas a ir,  al baño conmigo?
- ¡A dónde sea! ¡Tú no me vas a dejar aquí solita!
- …Ya vengo…Ya vengo… - Pero ella se le pegó como un chicle  y no lo dejó partir sólo.
Él se sonrió en silencio.
Y callado, entró al baño.
Al rato, allí la encontró…  Esperándolo.
Al salir él  del baño, Susan lo estaba esperando y al salir lo agarró del brazo y salieron.
- ¿Pasó algo? - Le preguntó secamente.
- ¡Adónde tú vayas, voy yo! – Y se aferró aún más a él.
Ambos salieron muy sonrientes.
Ya no miraron hacia atrás.
Adentro quedaron, Carmen acompañando a su amiga.
Román hacía ya rato que había partido.

Y en la clínica…Seguía a su ritmo normal.









“Conversaciones con don Carmelo”
Martes; 29 de abril del 2.014.-


-         Primero: No vas a “hacer el amor” ¡con esa india! (Porque no es “mujer tuya”  
…Ni te vas a tener que casar con ella…. ¡OK!
¿Entendiste?)
  Segundo: ¡Vas a “hacer el coito”! o sea vas a tener una relación sexual con esa criatura.
(¿Te quedó claro? No es tu mujer, ni lo va a ser Es una cualquiera, de la calle. ¿OK?)
Y no vas a perder el tiempo: Con “tenerla que convencer” Porque ya ella va decidida a eso.
(Es mas…Ella se lo está pidiendo a su hermana.)
- Aja. ¿Y cómo le hago? – En verdad –debo reconocerlo- estaba muy asustado.
(No sabía ni siquiera como podía agarrarla.
¡Es mi primera vez con una guajira!
¿Me estás entendiendo?) – Y ese muérgano ¡como gozaba con mi ignorancia!
Y me explicó la forma, que es la siguiente….Según ese carajo…
- ¡Ya vas a ver! – Y diciéndome esto, se arremangó su camisa de manga corta y poniendo su lengua torcida entre sus labios, se inspiró y…
- Nos vamos a ir en mi carro.
Y al llegar al monte, primero me quedo yo con la mía…
Sigue manejando y mas lejos, por lo menos unos cincuenta metros distante de mí, es cuando te vas a bajar con la mujer que te va a tocar.
- Aja. – Yo estaba muy intrigado porque aún no me había dado la fórmula para poder montar a esa tipa, y el compañero me dijo lo siguiente…
- En cuanto lleguen al sitio. – Me dijo en medio de la mas profunda seriedad, inspirándose siguió…
- Te bajas y haz que ella haga lo mismo.

Te va a poner resistencia –porque ellas son así- pero la bajas a la fuerza (…Ella se te va a hacer “la dura”, pero no importa tú le sigues su juego.) y una vez que  ya la tengas abajo del carro, la vas a agarrar por la cintura y la vas a tumbar de esta forma –E hizo una llave de esas que utilizan los luchadores, que se ponen a su oponente por su cintura y ¡ras!-












“Conversaciones con don Carmelo”
Lunes; 28 de abril del 2.014.-


- Mira. Nos la vamos a llevar al monte.
- ¿Al monte?
- Si al monte.
- ¿Y si me pica una culebra mientras estoy en mi faena?
 - ¡Qué culebra ni ocho cuartos! ¡Nada te va a pasar!
- ¿Seguro?
- ¡Seguro! ¿Quieres estar con una mujer si o no?
- Sí, claro ¡que si! – El caso es que su amigo llamó a la dichosa elegida – Aún a pesar de estar viendo a su amigo, en un mar de indecisiones-  y le propuso que se llevara a una familiar para que atendiera a su amigo –que era yo.  
Y yo como siempre: ¡Inocente!
Yo lo escuchaba hablar. ¡Hasta que al fin, me dijo sonriente!
- ¡Listo! Va con su hermana menor.
- ¿Y está casada? (¡Chico! sentí que mi corazón palpitaba como si fuese uno de esos tractores gigantes que iban a ¡exceso de velocidad!  …Y no te miento cuando te confieso que estaba demasiado nervioso e inseguro de todo esto…)
- ¡Las dos son casadas y con el marido todo el tiempo echado en su chinchorro!
- ¿Y no se darán cuenta ellos? (¡Qué pena me dio! No supe reaccionar a tiempo.)
- ¿Quieres estar con esa mujer: si o no?
- ¡Ya te dije que si! (¡Por supuesto que si quería!  …Lo que no quería era estar en medio de tremendo drama… ¡Cuando el esposo se enterara de esta vaina!)
¿Pero como hago para poder “hacer el amor” con ella?- Y se rió de mi inocencia y me dijo entre sus risotadas…
- Primero: No vas a “hacer el amor” ¡con esa india! (Porque no es “mujer tuya” ¿Entendiste?)
  Segundo: ¡Vas a “hacer el coito”! o sea vas a tener una relación sexual con esa criatura.
Y no vas a perder el tiempo: Con “tenerla que convencer” Porque ya ella va decidida a eso.
- Aja. ¿Y cómo le hago? – En verdad –debo reconocerlo- estaba muy asustado.
(No sabía ni siquiera como podía agarrarla. ¡Es mi primera vez con una guajira!
¿Me estás entendiendo?) – Y ese muérgano ¡como gozaba con mi ignorancia!
Y me explicó la forma, que es la siguiente….Según ese carajo…

- ¡Ya vas a ver! – Y diciéndome esto, se arremangó su camisa de manga corta y poniendo su lengua torcida entre sus labios, se inspiró y…









“Después de mí… ¡Nadie mas!”


¡No, eso jamás! No le queda más remedio que agarrar a su “Gallo muerto” y darle la cristiana sepultura que se merezca, pero hasta allí. (Él era: ¡Él!)
Pero en silencio. Su “Orgullo herido  de  Macho”… “Rechazado”
No, ninguna de ella sabría su profunda herida.
No señor. (Escondía lo que no quería ser advertido.)
Su procesión tiene que ser silenciosa.
Muere antes de expresarse.
Contempló que Susan, no le dio importancia a nada. (¡Malaya…Ella!)
Y ni siquiera a lo referente a  su “Dolor herido” y muy en el fondo, a pesar de que  le molestó a  él: …Trató de taparlo, pero muy en el fondo…Le dolió.
Son esas pequeñas cuestiones  a las cuales, te pisotean y te pasan por encima, pero que de que duelen…
Ofenden  y hasta  molestan.
Orgullito…Es parte de tu orgullo.
Y aunque sea un tanto ridículo… ¡Pero es tuyo!
Su parte racional, lo celebró. Y se sintió satisfecho de que su secreto, seguía en su poder. 
Lo racional versus tu irracional. ¿Quién ganará?
Y jamás lo volvería a sacar a la luz pública. ¡Jamás!
Como pudo, tosió y gesticuló. Dando siempre la impresión. De que las nimiedades, son solamente eso…
Y se colocó en el otro extremo. Ya no estaba pegado  más bien, apartado.
- ¡Cónchale vale…Y nosotros aquí en ascuas!
La escuchó y con la mayor indiferencia y muy en su interior, quiso exteriorizar éste pensamiento:
- ¿Y…A mí…Qué me importa eso…Ya? – Pero logró aquietarse. Realmente estaba muy molesto y se levantó y se dirigió en silencio al otro extremo.
- ¿Te pasa algo Migue? – Le preguntó al verlo así…
Tan distante y como indiferente.
Él, no se molestó a mirarla. Ya no, volvería a correr  hacia ella.
- ¡Ya va…Estoy buscando el sanitario…En un rato vuelvo! (¡Sí, seguramente que ya se está interesando en mí! Cómo si no te conociera. Ésta está loca, por ir corriendo detrás del esposo de Gersy. Y si no lo ha hecho…Ella sabrá el por qué. Por mí parte, debo comenzar a alejarme y rápidamente… ¡Zaperoco!)
- ¿Te tardas mucho Migue? ¿Y qué es lo que te está pasando...Ah?
El hombre casi ni la miró. La estaba tratando con suma indiferencia y esto, como que no le gustaba…Para nada.
- Al salir…Iré a ver a mi carro. Que lo tengo súper abandonado. Y quizás me fume un cigarrito y me tome…
Un cafecito… ¡Ya veré!
- ¿Y me vas a dejar aquí solita?
- …Ya vengo…Ya vengo…
- …Pero…Pero… - Se quedó asombradísima.
Jamás la había dejado sola.
Y menos en este momento.
- ¡Ah no, Migue…A ti te está pasando algo!
¿Qué te está pasando,  mi amorcito?
- …Ya vengo…Me estoy reventando…
- ¡Yo me voy contigo!

- ¿A dónde? ¿Vas a ir,  al baño conmigo?






“Después de mí… ¡Nadie mas!”
Domingo; 27 de abril del 2.014.-

- Y…Por eso los Migue…Seguimos de “Alcahuetes” esperando a que alguna de ustedes, se convenzan de que somos la solución para muchas de ustedes…
(¿…Y por qué no te dignas a “mirarme”…?)
- …Y…Mientras nosotros estamos debatiendo estas cosas tan importante para los Migue…
Las Carmen, están luchando junto a la amiga caída y las Susan, debatiendo contigo. ¿Puedes creerlo?
Miguel aflojó su muy contraído estomago. (¡Qué alivio!)
Volviendo a su circunferencia habitual.  (¡Ahhhhhh!)
¿Ya para qué tanto esfuerzo?
Tanto que ha luchado para mantenerse en forma… (¿…Y…?)
Pero, la realidad es más dura que la fantasía.
Y debía aceptar, que jamás seria un rival digno.
Tendría que tranquilizarse y aceptar, que la sabía naturaleza…
Con él mismo, no había sido muy “Generosa” que digamos. (…Y es una lástima.)
En silencio, lo ha intentado con todas sus compañeras…
Pero hasta “Ése” preciso instante…
Se comprobó a sí mismo, que con Susan…Tampoco.
…Y el comprobar esta sencilla realidad…
Por supuesto, que lo entristeció.
(¿Qué mas podía hacer…?)
¡Tan bella, hermosa, delicada…Pero inalcanzable!
¿Qué  más podría hacer?
Ya de ilusiones… ¡Qué va…
Ya le quedaban muy pocas!
(…Y de allí; su impotencia.)
Y sentiría una inmensa vergüenza, el tener que reconocerle “Eso”.
¡No, eso jamás! No le queda más remedio que agarrar a su “Gallo muerto” y darle la cristiana sepultura que se merezca, pero hasta allí. (Él era: ¡Él!)
Pero en silencio. Su “Orgullo herido  de  Macho”… “Rechazado”
No, ninguna de ella sabría su profunda herida.
No señor. (Escondía lo que no quería ser advertido.)
Su procesión tiene que ser silenciosa. Muere antes de expresarse.

Contempló que Susan, no le dio importancia a nada. (¡Malaya…Ella!)









“Conversaciones con don Carmelo”


¿Y usted cree que le voy a estar cuidando el rabo a su perrita?
Y yo me pregunto: ¿Por qué usted me está haciendo esto mi señora?
Porque yo no le estoy haciendo nada ni a usted, como tampoco a nadie mas. Y si de algo me ha de acusar: ¿Será el de estar sentado en esta bella plaza?
Además no le estoy faltando el respeto a nadie.
Tan solo estoy aquí es porque…Deseo disfrutar de tantas y tantas bellezas y para descansar un poco, nada mas.
Y por otro lado, no soy dueño de ninguno de los perritos que pretenden a la suya; y yo me pregunto:
¿Y por qué no se lo cuidó usted misma?
Y si usted sabe que está en su “periodo” (Propio solamente de las femeninas de cada especie, digo yo.)
¿Por qué no le puso una pantaleta, un pañal o un trapo!
¿Por qué viene a agredirme a mí, qué culpa tengo yo en todo eso? –Pero era gracioso ver a la pobre perrita colgando de ese perro mas grande que ella.
¡Ji, ji, ji, ji!
¡Ay si yo fuera escritor…! ¡Libros enteros llenarían todas mis aventuras!
¡Cosas de esta vida! ¿Cierto?- Al preguntar esto, no esperó respuesta alguna.
Fue mas bien un pensamiento muy en alto, razón por la cual ni él esperó respuesta alguna, como yo tampoco me sentí en la obligatoriedad de responderle.
Sacó su pañuelito, comenzó a sacarse sus lentes y en un instante arrancó a limpiar sus vidrios.
Sacó su lengua y comenzó a tararear una musiquita que él solamente sabía que era, pero debo confesar que era muy contagiosa.
Y hasta me hizo reír, no tanto por que desentonaba, sino mas bien por todo lo que su cuerpo me hablaba.
Me parecía que era muy gracioso el contemplar esa dicotomía, de un anciano con el alma y los gestos de un niño.
Por momentos me sentí muy bien, porque es raro el poder contemplar a una persona que teniendo mas de ochenta y siete años, pero con la vitalidad, la alegría y el confort de un infante,  que conserva este ya añejo señor.
Me reconforta y hasta me llena de emoción.
Y hasta me hizo rememorar otra de sus aventuras, la cual voy a narrar ahora mismo.
En una etapa de su vida, y saliendo con un compañero de trabajo, este le dijo:
- Mira tengo una india, una guajira que es mujer mía.
Pero me da cosa dejarte solo.
Si tu quieres te puedo conseguir una de sus amigas o hermanas...
- Pero yo nunca he estado con una indígena y por lo que me han contado…
Ellas como que son muy complicadas.
(Me han dicho que son muy violentas y que hasta les pegan a sus hombres.
¿Y me vas a “enguacalar” con una de ellas?)
- ¡Qué complicadas ni nada! Son mujeres como cualquier otra. Lo que pasa es que tienen sus costumbres, sus tabú. ¿Entiendes?
- …Pero me han contado que son: ¡muy bravas!
- ¡Nada chico!  ¿Quieres saber el por qué?
- ¡Claro!
- Yo voy a llamar a mi mujer y seguramente que se llevara a una de sus hermanas o primas o ¿Qué nos importa? ¡Son mujeres!
- ¿Aja y como es la guarandinga esa?
- Mira. Nos la vamos a llevar al monte.
- ¿Al monte?
- Si al monte.
- ¿Y si me pica una culebra mientras estoy en mi faena?
 - ¡Qué culebra ni ocho cuartos! ¡Nada te va a pasar!
- ¿Seguro?
- ¡Seguro! ¿Quieres estar con una mujer si o no?
- Sí, claro ¡que si! – El caso es que su amigo llamó a la dichosa elegida y le propuso que se llevara a una familiar para que atendiera a su amigo –que era yo.







“Después de mí… ¡Nadie mas!”
Sábado; 26 de abril del 2.014.-

- ¿Se me nota?
- Más o menos…Cómo a unos  cien kilómetros de distancia.
- ¡Pero jamás voy a caer en sus redes!
¡Es más…Lo detesto!
- …Sí claro…Se te nota a leguas…
- ¡Es cierto! Muchas de nosotras pensamos por donde orinamos. (Eso dicen muchos por ahí…)
Y nos llevamos por simples apariencias.
¿Tú crees que soy tan bruta…? (¡No me respondas!)
- …Bueno, sí me lo preguntas así…
- ¿En verdad crees que soy tan…Bruta? (¿De verdad?)
- …Ejem…Ejem…
- ¡No seas tan ridículo Migue…Por favor! (¡Qué lástima!)
No me hagas hablar más de la cuenta. (Por favor.)
Yo misma soy testigo de la vida tan horrorosa que lleva nuestra amiga a su lado. (¡Debe ser una existencia muy triste!)
¡Hay que tener sangre de horchata, para no sentir rabia!
¿Tú no sabes la “Clase de vida” que lleva esa pobre mujer?
¡Ése es un sátrapa…Una bestia que camina en dos patas!
¡Pero claro…Gana todo el dinero del mundo!
Tiene un excelente trabajo.
Cambia de mujeres como tú te cambias de camisas…
- …Y sin embargo…Si se les presenta un hombre como yo…
¿Y?  Que he sido y soy un hombre muy responsable… (De figura no muy…Bella)
Muy trabajador…Que respeto a las mujeres… (En especial: ¡Tú!)
¿Y para qué?
¡…Nos  menosprecian…! (Como me está pasando a mí.)
No nos toman en cuenta.
¡Pero aún conociéndolo, son capaces de irse con él!
¡Tú eres una de ellas! (Y no me lo niegues.)
- ¡No ofendas mi inteligencia! Es cierto que me gusta y eso te lo puedo reconocer a ti, que eres “Inofensivo”
- ¿Inofensivo…Y qué significa esto de “Inofensivo”?
- ¡Ay Migue…Ay Migue! …Entiéndeme…
Es una forma inofensiva de decir: Qué tu eres más que un amigo para  nosotras. Te consideramos como si estuvieras en nuestro grupo…No sé si me entiendes…
- Lo único que puedo entender con ese calificativo de “Inofensivo” es que al decirme que me aceptan en su grupo…
¿Es que ustedes se están creyendo que yo soy un…Homosexual?
- ¡Qué lejos estás! ¿Ves lo que pasa con ustedes “Los hombres”? Nunca nos entienden. (¡Y es que son tercos!)
Y en cambio, vienen esos Romanes y nos tratan con esa sutileza…Con ese elegancia y ¡Zas!
Nos envuelven y caemos…  ¡Así de fácil! (No soy culpable.)
¿…Y ahora te me vienes a enrollar con “Eso de homosexuales”?
¿Estás viéndote en ese espejo?
- …Y por esa razón existen las: Mireya y las Susan…
- ¡No me metas en ese lote, que jamás caeré en esas penumbras!
- Y…Por eso los Migue…Seguimos de “Alcahuetes” esperando a que alguna de ustedes, se convenzan de que somos la solución para muchas de ustedes…
- …Y…Mientras nosotros estamos debatiendo estas cosas tan importante para los Migue…
Las Carmen, están luchando junto a la amiga caída y las Susan, debatiendo contigo. ¿Puedes creerlo?
Miguel aflojó su muy contraído estomago. (¡Qué alivio!)
Volviendo a su circunferencia habitual.  (¡Ahhhhhh!)

¿Ya para qué tanto esfuerzo? Tanto que ha luchado para mantenerse en forma… (¿…Y…?)