...Acá les dejo otra parte más de mi novela: "El Guegüence" Esperando que sea del máximo agrado de todos.
Maracaibo; 11 - Agosto - 2. 013.-
- ¿Me están ofendiendo a mí? (¡A la broma…parece que no me creen! ¿Y ahora qué debo hacer? ¿Cómo debo actuar ahora? ¡Les voy a escupir…cuando me den la espalda!)
Maracaibo; 11 - Agosto - 2. 013.-
- ¿Me están ofendiendo a mí? (¡A la broma…parece que no me creen! ¿Y ahora qué debo hacer? ¿Cómo debo actuar ahora? ¡Les voy a escupir…cuando me den la espalda!)
¡Yo jamás los dejaría en el estero! ¿Ven mi mano? ¡Las
tengo tendidas a los míos! ¡Y ustedes son
mis hombres, forman parte del más Excelso y Sofisticado Ejército de
salvación y también de choque! (…Hablen…digan algo…y
no se me queden mirando como si yo fuese…un perro callejero. ¡Por favor!
¡Plis!)
¿Y no me responden…me pregunto el por qué…? (¿Será que los ofendí? ¿Pero qué les habré dicho que los
puso en mi contra? ¿Y ahora qué hago? ¡Ayayay
mi madre! Algo tendré que hacer para evitar que me caigan encima y me
destrocen… ¡Auxilio! ¿Quién podrá acudir en mi ayuda…quién?) – Sus
seguidores seguían en su mutismo. Se movían con visible nerviosismo, el Gue se
puso más nervioso.
Un tic tac se desató entre ellos. Y sin querer,
comenzó con un tic nervioso que se le
reflejaba en sus ojos. Los abría hasta la exasperación y los cerraba con
brusquedad. Esta reacción nerviosa del Hombre Fuerte, produjo aún más
aprehensión entre ellos. No sabían cómo hacerle frente a esto y en medio del
pánico generalizado, asumieron que se volvería loco de atar y que en cualquier
momento los atacaría para destruirlos a todos ellos.
- …Pero… ¿Qué les está pasando? ¿Se están volviendo en mí
contra? ¿Conmigo? (¡Auxilio, socorro! ¡No me maten,
no me hagan daño! …Recuerden que soy…muy
débil y que cuando me pegan muy duro… ¡Me provoca llorar! ¡Por favorcito….!)
De repente el ex pugilista, dando un paso adelante, corrió en su ayuda,
diciéndoles a todos:
- ¡…Compañeros…amigos…salvemos a nuestro adalid! ¡A
nuestro salvador!
- ¿De quién…quién lo está agrediendo? – Respondieron casi
en coro.
Al escuchar esto, el Protector de los Débiles, suspiró
profundamente. Fue muy notorio su cambio, ya que de inmediato cesó su tic
nervioso.
- ¡El qué se meta con nuestro Salvador…es hombre muerto!
- Gritó ostensiblemente el gordo.
Gue pensó casi al instante: (¡Estoy
amando a ese miserable gordito! ¡Hasta me estás cayendo bien! Y a partir de
cuando salga de todos estos problemas… ¡Te premiaré! …Pero antes, tengo que vengarme de todos
estos agravios. ¡Y tú me vengarás…más adelante te premiaré…Ya lo verás
gorditus!)
- ¡Gran Jefe…Estoy a tu servicio! ¡Mi espada estará a tu
disposición…! – Al decir esto se inclinó como si fuese un espadachín de esos
que aparecen en las películas, y con su
imaginario sombrero se desplazó en toda su escenificación.
(¡Hasta jala bolas es! Jala, ¡pero no te guindes!
…Pero me encantó todo lo que hizo, hasta me hizo sentir, como si yo fuese un
Rey o una…reina. En todo caso… ¡Me lo merezco!)
- Bueno…ya que
está arreglado este “impasse”...Vuelvo con mi apreciación en general…
Y como les venía diciendo: ¡Hay que liquidar a nuestros
enemigos! Ellos se aprovechan de nuestra debilidad…
(¿Nuestra…? Será la de imbéciles que como ustedes creen en un tipo… ¡así como
soy yo!) Y no estoy dispuesto a pasar por alto…
(…Pero casi estoy seguro de que ustedes… ¡Ni pendiente!) Una vejación
más. (¿…? La mera verdad es que no sé ni lo que
estoy diciéndoles…pero parece que por fin les estoy dando algo en lo que por
primera vez me están poniendo atención… ¡Seguiré por esta senda!) ¡Venganza! Tenemos que hacernos respetar de
nuestros enemigos. (¡…La verdad es que yo si hablo
pendejadas!) – Se dispuso a chequear la reacción de sus fans, pero no
consiguió asidero alguno. Seguían impávidos. Como si no hubiesen entendido nada
de lo que había expuesto.
(…Creí que iba bien… ¿Qué palabra fue la
que los despertó…?
¿Vejación? Los despertó…pero ¡Venganza! Los
adormeció…
¿Qué significará: Vejación?
¿Y qué la diferencia de: ¡Venganza!?
Debería saber el significado de cada palabra. ¡Pero soy un asno! Y por esa
misma razón no entiendo ni qué significa…ni qué significará en cada uno de
ellos…o en su conjunto.
¡Ahora si que estoy metido en tremendo
berenjenal! ¿Y cómo me metí en esto?
…Por andar dándomela de “sabiondo”
….Es mejor no andar buscando más palabras
rebuscadas. ¿Es qué no logro aceptar? que son “unos animalitos” que apenas
saben: comer, defecar y tirar… ¡Sólo para eso han nacido! Y no me conviene que
piensen mucho…como que se me vuelven guerrilleros y empiezan a joderme pidiendo
y exigiéndome que les dé…más y más.
¿Y hasta cuándo tanta ignominia?
¿Tanta vejación a mí dignidad de Magnate? ¡Ah
ya sé que significa: vejación! Me acaba de alumbrar mi basto e increíble cerebelo…
Ahora es que estoy empezando a caer… ¡Ya lo sé!
Vejación les compete directamente… Es una
humillación que ellos han recibido… ¿Es así verdad…?
Venganza…los obliga a salir a defenderme. Y
claro esto significa qué tienen que salir en “mí defensa” ¿Será que ya no están dispuesto a esto…a
defenderme a mí? ¡Horror! ¡Inaceptable
por lujuriosa…! No, no debo ir por ése lado.
…Pero esto no debo permitírselo ni a ellos…ni
a nadie. ¡Todos tienen que acudir en mí auxilio! ¿Por qué si no es así…cómo
podré seguir beneficiándolos? ¿Debo alimentar a mis propios traidores? ¿Esto es
justo? ¡NO, NO! ¡Claro que jamás de los jamases!
…Ya sé cuál es mi decisión final… ¡Y la voy a aplicar: A sangre…sudor y…!)
Tomó nuevamente aire. Una vez más. Mantuvo el aire en sus
pulmones, y lentamente lo exhaló. Por puro instinto, echó una mirada furtiva
hacia todos los lados, incluyendo: arriba y abajo, por aquello…de que vuelan,
vuelan.
Concentrándose nuevamente, posó sus ojos hacías sus
oyentes y arrancó con más bríos.
- Es cierto que
ellos son más grandes y muchísimo más fuertes que nosotros.
¡Pero el Imperio de la Ley está de nuestra parte! Y
¡Pueblo Unido: Jamás será vencido!
Así que a la carga ¡Mis valientes guerreros!
- …Pero Grandísimo Jefe ¿…Hacía dónde…? – Le preguntó
extrañado el gordito, quien buscaba el respaldo de sus compañeros mirándolos y
señalándoles el vacío. Sus compañeros se limitaban a seguir sus miradas hacía
las direcciones que éste señalaba con el índice de su mano derecha.
(¡Éste desgraciado me está volteando a mis
valientes e insignes Guerreros! …Ya lo
voy a joder…ya conocerás la furia de mí cólera…malagradecido e inmundo traidor…)
El señalado como que le leyó la mente y cambió drásticamente
de ejecutoria.
- ¡Perdón “Magnánimo” suplico que no me tenga en su más
grande accionar! Si bien es cierto, que mis saberes jamás se podrán ni siquiera
acercar a miles de kilómetros de su “Honda
y su muy profunda Sabiduría” ¡Clemencia a mí Divino Protector! – Y creyendo que
sus palabras debían ser más contundentes…procedió a hincarse de rodillas y
elevar sus manos en forma de suplicio…con su mirada repleta de espontáneas lágrimas,
las cuales comenzaron a emergen en forma copiosa. Y para lograr mayor énfasis…con
señas pidió el máximo apoyo a sus
cuates.
Al principio todos estaban sin entender ni una papa, de
cuánto allí acontecía. Estaban impávidos, no sabiendo ni qué hacer, si
acompañarlo o quedarse ajenos a todo.
Y debido a la presión ejercida por el gorditus, se vieron
precisados a…
¡Y fue cuando cayeron en cuenta y acudieron a su
presuroso apoyo…!
Previendo con esto, que la escalada de violencia no les
llegase a ellos mismos. En el acto todos estaban berreando y suplicando por sus
existencias.
El Guegüence quedó estupefacto. En su megalomaníatica grandeza, no se pudo percatar de las rapidísimas
y exigentes solicitudes de apoyo, que su víctima se vio precisado a solicitar.
Ni cuenta se dio, de la gran encrucijada en que se vieron
sometidos sus súbditos.
Como tampoco, se percató de que todos se habían unido, más
que todo para poder preservar sus propias integridades.
Sólo pudo contemplar, que empezando por “ese ser ínfimo y
diminuto” el cual al principio se le
estaba alzando. Poniendo un punto muy discordante a su Autoridad Omnímoda.
Pero al parecer, cómo que le pudo apreciar su ¡“Infinita
Grandeza”! ¡Qué bueno que así aconteció!
Lo que lo dejó muy perplejo, y es que casi de inmediato…
¡Los contagió!
Y ahora los contemplaba absorto… ¡Todos en posición de
suplicio!
Es que todos estaban berreando… ¡Suplicantes por sus
miserables y tristes…existencias!
¿Cómo se habrá logrado esto?
¡Es que SOY MUY GRANDE!
¿…Es que al fin se percataron de esto…ellos?
¡Esto me llena de mucho orgullo!
¿…Y cómo pudo lograr este efecto?
Y lo único cierto, es que todos, absolutamente todos se
le hincaban, suplicándole que no le descargue el peso de su furia en ellos.
(¡Es que mi Grandeza es muy Grande!
¡Al fin descubrieron esto en mí!
¡Esto me llena de mucho gozo!
¡Brillo más que el mismísimo sol!
Sería muy ejemplificante, que después de
tanto sufrimiento, me premien ahora con una gran dosis de adoración a mí
persona. Y esto sería grandioso. Es el mayor tributo…por ahora…
Me siento muy satisfecho. Ya lograron verme
en toda mi Magnificencia. ¡Qué bien!
…Pero debo sacar provecho a todo esto. En
el fondo, sé muy bien, que mañana o pasado se voltearán en mí contra y como
hienas muertas de hambre me desgarrarán sin contemplación alguna. Ya los
conozco.
¡Así son estos populachos miserables! Hoy
la Gloria…Mañana el ocaso.
…Pero es bueno, edificante que premien a mí
ego. Últimamente me lo han destrozado mucho.
Y no pierdo absolutamente nada, con bañarme
de esta inmunda cobardía.
¡Sigan…Sigan…Aumenten su lloro! ¡Me edifica
su dolor! “Sus terrores” son turrones que endulzan mi ser. ¡Qué bien lo están
haciendo!
¡No paren, aumenten su intensidad!
¡Qué bien me hacen sentir! ¡Estoy en mí
Gloria!
¿Será éste el momento preciso para
mandarlos al “Matadero”?
…Mejor me sigo sumergiendo en mí. ¿No saben
el bien que me causan? ¡Qué no lo sepan nunca!
…Más tarde les daré el “Palo cochinero”…
Pero será luego…muy luego…)
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