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“…Qué será de…?
…Hoy he pasado un día algo triste y conflictivo…Me
explico mejor:
Lo que me estoy ganando
en nada compensa lo que debo gastar…Comida,
víveres, artículos de limpieza, granos…
Y un largo etcétera.
Hasta me hizo recordar aquel poema que dice mas o menos
esto: “Como niños pobres ante las
vitrinas llenas de chocolates …”
Y es que me he asomado a la carnicería con la intención
de comprar pollo…Y lo consigo inaccesible para mi bolsillo.
Pensaba comprar dos o tres pollos… Pero tendré que
llevarme ¡uno solo!
No me alcanza lo que llevo en mi bolsillo (Y tampoco lo
que aun guardo en mi cuenta bancaria)
¡Y esto me entristece!
Los nuevos precios de las carnes de ganado vacuno…Tampoco.
Bueno voy a probar con la charcutería… ¿El jamón…?
¡No puedo adquirirlo!
¿Cuánto vale un kilo de queso?
…Tendré que llevarme apenas un cuarto de kilo…
¡Bueno el caso es que en mi mente mantengo la cara de mis
hijos…!
¿Cómo les podré explicar que no les puedo comprar…Lo que
antes podía?
…Cómo poder explicarles que la avaricia del mismo ser
humano, hace que lo que requerimos para comer… Sencillamente “no es negocio”
para ellos.
…Como poder hacerles entender que mi sueldo no va en la
misma “efervescencia” que los precios…
…Como hacerles comprender que estas navidades… ¡Ay Dios
mío!
…Y si así están los precios de nuestra comida -que dicen que son artículos de primera
necesidad- están inaccesibles para mis escuálidos
ingresos…
Me pregunto: ¿Cómo estarán los juguetes?
(Que están considerados “artículos de lujos”)
…Sin lugar a dudas…No sé cómo decírselos…
…Y me he quedado parado enfrente de ese establecimiento…
Y he mirado “Mi comprita”
…Se me están “aguando” mis ojos…
…Pero: ¿Qué otra cosa puedo hacer…?
He venido con mis bolsillos repletos de dinero…
Pero ¡es que no me han alcanzado!
…Y pensar que aún no he pagado ni el alquiler de mi casa,
ni los servicios tales como el agua, la electricidad, el gas para hacer
nuestras comidas…
¡No me alcanza!
O pago…
O compro comida… ¡Qué tampoco me ha alcanzado! De tres o
cuatro pollos…Me llevo uno.
De los kilos de bistec…
¡Apenas uno!
Quería llevarles jamón de pierna, y de espalda, tocineta,
salami…Queso mozzarella, del blandito, del “de año”
…Llevo apenas tres bolsitas…
Creo que me quedará para comprar pan…
¡Pero el kilo de pan…Está carísimo!
Tendré que ajustar mis compras a lo poco que aún me queda…
Me siento deprimido. Triste porque en estas navidades…
¿Cómo haré para comprar el pavo?
…O el pernil…
No podré hacer ¡ni las hallacas!
¿Y qué podré comprarles a mis hijos…Ropa…juguetes…Comida…?
Tendré que trabajar mas…
Pero no sé en dónde…Las mejores empresas se están yendo
de este país.
¿…Qué hago…?
¿Qué podré hacer con lo que me queda…Pago el alquiler…?
O compro comida…
Y mientras ando absorto en ¡mis terribles pensamientos!
Veo a dos niñitos abrazados y riéndose entre ellos. Y me
detengo a contemplarlos.
Uno tendrá unos escasos cinco años y el otro un poco mas
grande…tendrá si acaso un año mas.
Están abrazados y alegremente se están comiendo un mendrugo
de pan.
Y por su vestimenta…Han de ser los llamados: “Niños de la
calle”
Y en medio de mi incertidumbre, oigo una voz dentro de mi
que me dice…
“¿Ves: Su pobreza?”
– A lo que le respondí…: ¡Si! Pero los veo muy alegres a
pesar de ¡su pobreza! – Hubo un momento de silencio -el cual aproveché para detallarlos
mejor- llevaban unos harapos sucios y
todos rotos tanto como franela como por shorts, llevaban unas cotizas…
¡Pobrecillos! – Alcancé a pronunciar.
“Ellos llevan su pobreza con toda dignidad. Los niños deberían
ser nuestros maestros.”
…Sin lugar a dudas…Me dije en medio de mis
elucubraciones.
“No deberías desestimar a tus hijos. Es posible que si tú
mismo les explicas. O les enseñas que cuando se puede…Se puede.”
Parado como estaba no me había percatado de que la gente
pasaba a mi lado y me miraban como si fuese “un bicho raro” y a lo mejor pensarían
o se dirían entre ellos mismos:
- ¿Y a este qué le pasará…No ha visto la pobreza
imperante en este país…?
A decir verdad: ¡Esa interrogante se alojó en mi mente! Y
a decir verdad…No. Nunca me he detenido a pensar sobre ese tema.
Y será porque en años anteriores, nunca pasé por este vía
crucis.
…Y es ahora que estando en mi época de: “vacas flacas” es
cuando me he tenido que detener a analizar este fenómeno.
¡El caso es que me encuentro en este trance!
…Pero sin lugar a dudas…El “hacerme ver” a ese par de
chiquillos que en medio de su total carencia de todo ¡se contentaban con
comerse una burusca de pan!
En cierta forma…Me han hecho pensar. Y analizando estoy.
Quizás dentro de todo lo malo… ¡A lo mejor no es “tan
malo” como lo presumo!
…Arranco a caminar. Y estoy portando ya mis tres bolsitas
de comida ¡con orgullo!
Mis hijos no tendrán que correr con la misma suerte de
ese par.
¡Dios ilumina mi camino!
…Algo se me ocurrirá…
…Tendré que abatir esto que me corroía…
Así que apresuro mi paso…Veo el autobús que me debe transportar a mi
hogar.
¡Rápido antes que se me vaya!
…No deseo perder ¡ese autobús!
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