“Después
de mí… ¡Nadie mas!”
“Esta es una
historia de un Amor Imposible .
Intento “retratar”
cuando una de
las partes…
Y es que él
tan solo se deja…Amar...
Mientras ella se desangra…”
…Viene…Hoy
es Lunes…05
Al rato se apareció una
enfermera. Corrieron, para escuchar las nuevas noticias sobre el estado de
salud, pero:
- …La señora, sigue en
estado convaleciente.
Aún no tenemos más nada
que decirles.
¿Y ya apareció su
marido?
- …No… ¿Pero no nos
puede informar más sobre nuestra amiga? – Le preguntó Susan.
- No. Ahorita, lo que
nos urge es que venga o el marido u otra persona. Ya se consumió el abono, que
le hicieron… ¡Es urgente, la señora se está descompensando!
- …Pero es que
nosotros, solamente somos sus amigos… - Le informó Mary.
- Yo lo lamento
muchísimo…Pero no podemos hacer más nada.
- ¿Hay que pagar
verdad? – Preguntó Adriana.
- ¡…Hay que seguir con
su tratamiento…!
¡Y ya se consumió todo!
¡Nos urge que paguen y ya! ¡Corran, búsquenlo! ¡Hagan algo y rápido!
- ¿Pero, no es que lo
llamaron ya? – Preguntó Susan.
- Sí y nos garantizó
que vendría a pagar…
¡Pero nada! – Insistía
la enfermera, visiblemente molesta.
- ¡La administración
nos está presionando a nosotros! …Y yo tengo que venir a alertarlos a todos
ustedes. ¡Muévanse y consigan el dinero necesario para poder seguir con su
tratamiento!
Y sin decirles, nada
más. Se alejó.
Todos ellos, se
quedaron mirándola. El nerviosismo, iba creciendo y creciendo.
- ¿…Y nosotros…Qué más
podemos hacer…? – Se preguntó a sí misma Marisela y miraba a cada uno de sus
colegas.
- …Esperar… - Fue la
respuesta de Miguel.
Así, que callaron y
siguieron esperando.
A los pocos minutos, se
apareció un joven y se presentó como empleado de la administración, y fue a lo
mismo. La Gerencia Administrativa de la clínica, les agradecía que a la
velocidad de la luz, pagaran para poder seguirles brindando el mejor servicio
médico de toda la ciudad, del estado completo y hasta del país. Pero…Hay que
pagar…
Es como coloquialmente
dicen los chinos o los que se disfrazan
de ellos:
“¡Si no hay leal…No hay
pan!”
- ¿Pero el
Administrador no es que es amigo del marido? – Le preguntó Susan de una manera inusitada.
- …Bueno, sí, pero…Aún
no se ha presentado…
- ¿Y por qué no lo
siguen llama que llama? ¡…Hasta que se
obstine y aparezca de una buena vez por todas! – El empleado miró largamente a
Susan, y al final dijo:
- ¡Lo voy a llamar
nuevamente! – Y dándose media vuelta, desapareció.
Todos miraban con ese
desasosiego y coraje inusitado.
Caminaban de un sitio a
otro, sus miradas iban por doquier.
- ¡Ésta malaya clínica!
Lo único que les interesa… ¡Es el
billete! – Lo dijo casi gritando.
- …Tranquilo mi
gordis…Tranquilo.
¿Qué más nos
queda? ¡…Esperar!
Marisela jugaba
nerviosamente con su celular, hasta que se decidió y:
- Voy a intentar con mi Alcides. Para ver, si se
comunica con el Romancito y que venga a hacer acto de presencia… - Marcó por su celular y habló con su esposo.
….Continuará….
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