“Apariciones”
Pero nada ocurrió…Salvo unos segundos
después abrieron las dos puertas de la Emergencia…
¡Llevaban otra camilla…! Con un cuerpo
forrado en sábanas viejas y sucias.
- ¿Otro mas? – Me preguntó ya casi
llorando José- ¿Y…Qué le pasará a nuestra bebecita…?
En el acto corrieron todos los
familiares del finado y comenzaron a llorarlo.
Muchas muestras de dolor y
desesperación.
Se agarraban con desesperación a la
camilla, unas jovencitas -que serían
familiar del muerto- Yo me quedé
apesadumbrado y reconozco que no supe ni que decir, como tampoco qué hacer.
José seguía muy apesadumbrado -y no por el que estaba en la camilla,
no- sino por esa tierna vida a la cual
nosotros sus parientes queremos y nos duele por el difícil trance en que nos encontramos.
Además de su padre que estaba muy nervioso, adentro la muy angustiada madre.
Temí confesarle -la presencia extraña- pero ya en mi imperaba el terror.
- ¡Ya lleva dos! No permitamos que se
lleve a… - Me dijo muy lloroso.
- ¿Y cómo se lo podemos impedir…?
¿Y si es el Ángel de la Muerte…?
- ¡No permitamos que la mire…! ¡Vamos a
sacarlo a piedras! - Al decirme esto un
hálito de esperanza nació en lo mas profundo de mí…
Y hasta pensé en enfrentarlo.
…Aunque ¿qué podría hacerle…?
Y si ese viejo es la muerte misma…
De repente…
De repente se empecina en mí…
…Nunca se sabe…O del mismo José…
¿A la final?
Somos los únicos que nos hemos
percatado de su nefasta presencia…
Y como pude jalé aparte a José y le
dije…
- …Primo… ¡Hay que tener mucho cuidado!
Mira que solo tú y yo somos los que lo hemos “visto” y eso me causa mucho
resquemor…
¿Y si los próximos somos los dos…?
¿…O tú…?
- ¡Zape será tuyo que eres mas feo que
yo!
- …No podemos atacarlo… ¿Estás loco
acaso?
¡No podemos impedirle hacer “su
trabajo”!
…Además estamos tan asustados los dos
que es capaz de llevarnos ¡a nosotros dos!
- ¿Estás loco? ¿Y a mí…Por qué
precisamente…?
¡Yo no le estoy haciendo nada malo!
…Bueno, en verdad fui el primero en
verlo…
- ¿Estás viendo…?
- …Pero no estoy enfermo…
- ¡Eso no importa!
- ¡Me siento súper chévere!
- ¿Y a él…Qué le importa eso…?
- ¡Ahora sí que me asustaste, loco de
bola! – El primo se quedó muy dubitativo.
No le agradaba esa idea.
- ¿Y en dónde está ese viejo macabro…?
– Me preguntó de repente. Nos volvimos hacia el último sitio en que lo habíamos
visto sentado.
- ¡No está! – Me dijo jubiloso.
- ¿Y ahora qué será…? ¿Se habrá ido?
- ¡Fuera! ¡Fuera! – Gritaba como un
loco mientras se persignaba una y otra vez.
- ¿Te volviste loco ahora?
¿Y si está por aquí mismo y te
escucha…? – Se puso pálido y enmudeció en el acto.
Una vez que se hubo calmado, aproveché
y comencé a buscarlo…
Entré al área de Emergencia…Allí no
estaba.
Por la UCI…Tampoco.
Salí por la puerta de salida…Contemplé
que en ese momento partían los dos carros fúnebres.
Me persigné por el respeto a los “ya se
fueron”
José me seguía con la mirada y vi que
tenía sus manos entre lazadas en señal de que oraba sin cesar.
Le hice señas de que no lo había
vuelto.
ÉL se levantó como un rayo y se dirigió
en dirección opuesta…Caminó y revisó todo por esos alrededores…
- ¡Se fue! – Me gritó emocionado.
- Curioso…Ni lo vimos entrar…
- ¡Como tampoco salir! – Concluyó en
forma victoriosa el primo, y cuando lo vi con mas detalle…Ya tenía su color
natural.
…Regresamos en silencio…
Alegres…Pero temíamos contarle al resto
de nuestros familiares que seguían “al dedillo” todo lo relacionado con ¡esa
niña bella!
- ¡Ya pasó el peligro! – Gritó alegre
mi alegre primo y el padre de la bebe nos miró y le preguntó…
- …Todavía no sabemos nada. La pediatra
está tratando de conseguirle una vena para una inyección que deben ponerle.
¡No podemos cantar victoria aun!
- Es posible que la dejen
hospitalizada…- Nos dijo preocupada su abuela…Nuestra tía.
Le hice señas a mi
familiar…Recordándole que era mejor que no dijésemos nada…
Y él aceptó callar.
…Nos volvimos a sentar…
- ¿…Y si vuelve…?
¿Qué le vamos a hacer?
¿Vamos a dejar que haga lo que le de la
gana…?
- ¡Cállate primacho…No seas ave de mal
agüero!
Fin.
Bernardo Enrique
López Baltodano - belbaltodano-
Maracaibo;
Octubre 25 de
2.014.-
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