"Conversaciones...." 22 de Oct.










Conversaciones con don  Carmelo

¡Encontró  el  Amor  subiendo  en  un  transporte  público…!


22…Octubre…2.014.-



- ¡Pero que bah! La hermosa se resistía.
Y el mini bus seguía su recorrido.
¡Y fue cuando!  Me encontraba “emocionado” ardía en mí ser esa fibra que solamente se siente cuando “uno se enamora”   –y yo ya lo estaba-   ¿pero igual?
(…Y me pregunto si tu ¿te has enamorado en alguna ocasión…Tengo mis dudas?)
…Pero en fin…Es mejor seguir con mi relato…
¡Ella me seguía dando la espalda!  
¡Qué hermosura…Su cabello que le caía por el hombro…!
Y es que era hermosa… ¡Hasta de espaldas! (Y no te niego que quise…Tocarla. ¡Pero!)
Fue entonces cuando cambié de estrategia…
- ¿Y qué “estratagema usó…? –  Se me quedó viendo, aunque pienso que en realidad…
¡Se había despegado en su “visión”!
Y de repente volvió en sí y me explotó…
- Apliqué “el látigo de la indiferencia”
- ¿Y?
- Bueno pasaron varios minutos.
Y fue cuando me dí cuenta que ¡ella me estaba mirando a través del vidrio! ¡No me había dado cuenta que lo tenía como “un espejo”!
¿…Puedes creer esto…?
…Y cuando ella se vio descubierta, entonces se sentó correctamente.
¡Y allí fue que le pude apreciar toda su belleza!
¡Qué senos, mi madre! ¡Hermosa!
¡Hasta me provocaba agarrarla de una vez por todas! 
…Pero me contuve, bien  sabes, uno nunca sabe…
- ¿…Y…?
- Continuó con su “risita loca” y yo comencé a tratar de tomarle sus manos y ella, se las guardaba y con una revista de esas que son de crucigramas se trataba de tapar su cara.
Y le dije: ¿Señorita me permite hablarle…?
–Tu sabes que hay que ser “educado”
- ¿…Señorita…? ¡No sé por  dónde! – Su respuesta me dejó boquiabierta.
Te confieso que me dejó sin habla…
¡Hice el ridículo!
Y allí estaba ella mirándome como si fuese un “ratoncito”
Y hasta me sentí humillado…
Me ¡cerró el serrucho!
¿Te imaginas…? ¡Me dejó en cero!
Y todos mis argumentos se desvanecieron. ¡Todo mi plan se vino abajo!
Y sin embargo tomé un “segundo aire”   –como buen guerrero que soy-   y me recuerdo que le agregue…
- …Perdón si la ofendo…
- ¿A quién…A mí? ¡No que va no me ofende el que quiere!  …No seas tan gafo…
- Y pensé en ese momento: “Tronco de mapanare la que ¡me tocan a mí!” y tuve que suspender mi pensadera  porque me extendió la revista que llevaba celosamente y me dijo…
- ¿Te gustan los crucigramas? - ¡Me entró un fresquito por dentro!
Ya que en mi análisis, pude comprobarme de que no era ninguna “brutica” y que si se tomaba el tiempo en resolver esas cosas tan complicadas…
¡Debe ser que es una mujer instruida!


...Continuará....

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