“…Aquí
me encuentro…”
- Me encuentro entre cuatro paredes.
Y creen que ya me tienen dominado…
No saben con quien se están metiendo.
¡Soy como los héroes gringos!
Me tiran molotov, me ametrallan, me zarandean sin
piedad.
Pero no me rendiré. Afuera me deben estar esperando
para matarme…
Pero se quedarán con las ganas. – Era de noche y en sus
cálculos eran varios sus atacantes.
Que aunque no los veía, pero algo le decía que no debía
fiarse. Puesto que son muy traicioneros.
Se tiró al piso, para no ser un blanco visible.
De repente escuchó un ruido.
¡Lo oyó! ¡Claro que si!
Aunque no pudo determinar su origen.
Pero posiblemente era para engatusarlo…
- ¡Ja! ¡Qué estúpidos son! – Se movía con la rapidez y
precisión de un gato. Cambió de posición.
(Creo que vienen por detrás…) – Escuchó un susurro,
volvió su cabeza a todos los lados.
Miró hacia el techo.
Se alzó leves centímetros, trató de ver por una de las ventanas…Nada.
- …Estoy seguro que escuché un susurro.
Y no estoy loco. Fue muy cerca… - Se colocó en posición
de “alerta máxima” y esperó…
- (¡No es por la derecha!) – Ahora si percibió bien.
Alguien lo estaba alertando.
- ¿Pero…Será amigo o enemigo…? – Se preguntó lo mas
bajo posible, tan bajo que él y solamente él se podía escuchar…
- (¡Soy yo!)
- ¿Y quién es: ¡Yo!? – Consiguió un cuchillo de mesa y
lo esgrimió amenazante…
Pero nadie estaba a su lado.
- …Pero si lo oí tan cerca…
- (Aquí…)
- ¿Dónde?
- (Yo soy: Tú y tú eres: Yo.) – Miraba con los ojos casi desorbitados, sus oídos
estaban prestos, un temblor muy fuerte le corrió por su espalda.
No lograba acertar nada.
- (¡Soy: Tú! ¿No me entiendes…? Siempre he vivido y
existido en ti. Soy lo que se conoce como: “la voz interna”)
- “¿La voz interna?” ¿Y qué es eso…?
- Yo soy el que te guía. ¡Soy tú Guía y debes
obedecerme! – El cuchillo iba de un lado a otro, sin dirección fija.
Estaba perplejo.
Corrió y con su mano izquierda consiguió otra
herramienta: Un tenedor.
- ¿Amigo o enemigo? – Le preguntó amenazante, escuchó
un suspiro de desaliento y en su mente vibraron estas palabras…
- (Amigo)
- ¿Seguro?
- (Seguro.) – Un suspiro de alivio se le salió.
Se acostó cual largo era.
Intentó descansar…Pero de repente se recordó que estaba
en: “alerta máxima” y se volvió a poner en guardia.
- ¿Y cómo sé que eres quien me estás diciendo? Porque
puede ser un engaño mas… - Silencio.
Y eso no le gustaba. De repente escuchó otro sonido,
con otro timbre de voz que le susurraba…
- (Yo no me confiaría de él… ¡Es muy traicionero!)
- (¡Mentira! ¡Él es la voz de la mentira!) – Esa fue
otra tonalidad. Pero qué raro.
Se veía a él solamente. Nadie mas estaba con él.
- ¿Quiénes son ustedes…? Son mas de dos…
Contra mi solito… ¿Me quieren eliminar?
- (Yo no. Pero ellos si que te quieren eliminar…) – Le
aseguró el primer sonido que escuchó.
Le hablaba bajo, pero muy decidido.
En cambio otro, le hablaba con un tono que no le estaba
agradando…Pero no se fiaba de ninguno.
Cualquiera le podía tender una emboscada…
Y eran varios.
- ¿Cuántos son? – Silencio a su pregunta.
Se fue desplazando hasta una pared…
Se fue inclinando, pero prefirió quedarse sentado.
- (¡No le hagas caso, él te quiere eliminar!) – Volvió
a levantar sus armas.
- (No. No. Soy tu Guía y debes obedecerme.)
- ¿Y cómo sé eso? ¡Me tienen confundido!
¿Quién de ustedes es mi amigo?
- (Yo)
- (Yo también.)
- (¡No le creas! ¡Mátalos!) – Ese nuevo sonido…
¿De dónde le había salido…? Se encontraba encajonado.
Emboscado.
Su vida con toda seguridad corría peligro.
¿Pero a dónde acudir?
¿Quién lo perseguía?
- (¡Sal! ¡Huye!) – Esa voz si le parecía sensata y sin
pensarlo mucho…Corrió.
Desaforado salió como un loco sin dirección fija.
Buscó la espesura mas cercana.
Se permeó con el medio agreste.
Entre el follaje se metió.
Y no se le vio mas…
© Bernardo
Enrique López Baltodano 2015
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