“¡Buen día mamita!”
En el “Día de la Madre” deseo hacer
extensivo estas palabras a todas las madres que en el mundo hay.
Insisto en que no solamente es el
domingo, para mí es todos los días.
Deseo que a nivel mundial todas reciban
su felicitación de mí parte y de toda mi familia.
A las que están vivas, ojalá sus hijos la
aprecien como tal.
Y a los que como yo, ya no la tenemos de
cuerpo presente, pues también les deseo lo mejor.
¡Feliz Día de la Madre!
Dicen por ahí que el
domingo
Es tu día.
Y no lo creo,
para mí es todos los días.
Y te recuerdo
Mucho.
Sé que esta carta no la leerás.
Pero algo me dice
que tú sigues pendiente
de cada uno de tus hijos.
Ya recuperaste a uno.
Faltamos el resto.
Por mí parte, añoro ese
instante.
Quisiera volver a
escucharte.
Verte.
Oírte.
Abrazarte.
Anteriormente me pedías
que te abrazara duro,
pero cuando ya me hice un
hombre,
insistía en ello.
Hoy te contemplo en la
lejanía.
¿Dónde estás madre querida?
Dime donde…
Porque quisiera llegar a ti.
Pero no sé cómo.
Quisiera aunque sea…Verte.
Me haces mucha falta.
Amor como el que me diste,
nunca mas lo he recibido.
Ni lo recibiré.
Pero aun cuando ya sea
grande,
Lloro tu ausencia.
Lamento mucho que ya no
estés entre nosotros.
Ya no nos reunimos, como
antes lo hacíamos.
¡Claro ya no estás entre
nosotros!
Me deprimo al no poder
acudir a ti.
Eras “mi paño de lágrimas”
Y ahora…No sé en dónde
encontrarte.
Confío en que estás allá el
Reino de Dios.
Porque… ¿En dónde mas
podrás estar?
A muchos ayudaste.
Socorriste sin interés
alguno.
Toda tu vida fue de
servicio.
A tus hijos.
A tus yernos.
A tus nueras.
Nietos en general.
Hoy solo de ti, el recuerdo
me queda.
No tengo nada mas.
Pero tus enseñanzas
prevalecieron en cada uno de tus descendientes.
Tu recuerdo es imborrable.
…Bendición mama…
¡Dios te bendiga por
siempre!
©
Bernardo Enrique López Baltodano 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario