“El pasajero desconocido”
Hoy: Sábado…5…Jul….
(¿Se recuerdan…?)
- Por nada. No tiene importancia alguna. – Me parece que entraba nuevamente en esa especie de
“trance” pero que en realidad ya no me estaba observando con sus ojos, los que
tenemos todos en la cara.
Y no supe qué actitud asumir.
Era demasiado para mi pobre entender.
Yo miraba hacia los lados, con la intención en primera
instancia de cambiarme de asiento, me estaba empezando a sentir confuso e
inestable.
Nuestro entorno era un verdadero aquelarre.
Un mercado Persa, con todas sus variantes, dentro de la
unidad y a escasos centímetros míos.
El morbo me bordeaba…esa ansía de sangre…Me perturbaba.
Estaba al borde de un ataque de nervios.
Afuera se estaban matando a tiros a poquitos metros.
Con el consiguiente peligro de una bala perdida.
No me encontraba para nada seguro.
Y a mi lado, un ser mas confuso para mí que todos nuestros
entornos.
¿Quién era este tipo?
¿Qué hacía allí sentado a mí lado?
¿Ah…Qué mas podía pensar yo…?
Algo no me encajaba bien en todo este tablero.
En principio…Yo.
¿Y este señor? ¿…Qué podía representar allí?
Para colmo…Presiento que hasta me está leyendo mis
pensamientos.
No todo era muy desquiciante, para mi concepto. – Y en medio
de mis batallas existenciales…
El viajero arrancaba de nuevo en sus disertaciones…
- Es prioritario mi amigo; enfrentar siempre los hechos.
- ¿Enfrentar los hechos…? Siempre lo he hecho. – Le repliqué
tratando de ser lo mas explicito posible, pero haciendo caso omiso a mis
indicaciones, agregó…
- Y es bueno afrontarlos. Ya de una buena vez.
Nunca se sabe cuando vienen.
Por eso mi mensaje es: enfréntate a los hechos.
No los rehuyas. – Yo me le quedé mirando de frente.
Así sin corta pisas. De frente y sin miedo y le pregunté…
- ¿A qué viene todo esto?
- A nada. En verdad no es bueno que me mal interpretes.
Mira te he tomado mucho cariño, a pesar del poquísimo tiempo
que tenemos de amigos.
– Yo pensé…
(¿Amigos? ¿Acaso el gato es amigo del ratón?
¿Y a dónde me vendrá ahora este…?)
Pero eso no me dice nada a mí en lo personal.
Aunque a ustedes…Si que los impresiona.
Así que es mejor que continuemos con lo que te dicen…Los
rostros…
Como también las hay…
¡Qué te dan escalofríos!
Son pavosas y te traen… Nada bueno. Mas bien.
¡Muchas desgracias!
¿Estás consciente de esto?
…Y no estoy descubriendo ni el agua fría…
¡Como tampoco la caliente!
¿No te ha pasado qué cuando tú ves a alguna persona…? …Y te ¿Parece conocida?
Y hasta te preguntas: ¿Dónde he visto esta cara?
¡Me parece harto conocida…! ¡Pero!
¿Adónde, adónde?
…Y le das y le das…
¡Pero nada!
Misión imposible.
Pues déjame decirte… Que a mi también me ha pasado.
Es una cosa que a algunos nos ha pasado, como a otros ¡Uf! A
cada rato.
¡Pues resulta…Qué algo nos une con esa dichosa persona!
…Posiblemente fue tu pareja.
O tu Hijo.
O tú hermano.
¿Qué se yo…?
…Hay tantas cosas raras en este mundo.
Aunque a decir verdad, no a todos. – Extrañado yo le interrumpí
ya que ese cambio de tono fue muy significativo…Para mi. Entonces le pregunté…
- Cómo es eso de: ¿No a todos?
…Acaso tú tienes una varita mágica.
O la famosa ¿“bola de cristal”? – No se dignó a mirarme, y
esta acción me molestó.
Sin embargo preferí ignorar su grosería, ya que le noté un
gesto en su cara, que yo le interpreté como una “sonrisita” de triunfo.
- No necesito la “varita mágica”, como tampoco la “bola de
cristal” – Y acompañaba sus palabras con la parodia tanto de la “varita”, como
de la ya famosa “bola de cristal”.
Por alguna razón que desconozco, me sentí humillado.
Como si fuera un infante de brazos. No me gustó y se lo hice
saber de esta forma…
- Me suena a “burlita” de tu parte. – Tampoco me miró. Pero
en esta ocasión su sonrisita se quedó congelada en el tiempo.
Y al cabo de unos minutos y mirando hacia otra parte, me
respondió…
- No me estoy burlando y mucho menos de ti.
¡Dios me salve de semejante osadía!
¡Jamás me burlaría de un dilecto amigo y menos de ti!
No pongas palabras en mi boca, que nunca pronunciaría.
He hecho una parodia tanto de la varita como de la bola de
cristal, pero sin connotación personal peyorativa sobre tu persona o sobre la
mía.
¡Por favor amigo mío, no me mal interpretes! – Casi
terminando, alzó su voz y su faz me mostró indignación hacía mi.
Y me hizo sentir peor que peor. Era evidente de que lo
molesté. No supe ni qué hacer, ni que decirle…Solamente pude balbucear….
- ….Perdón pues. No fue mi intención ser indiscreto. Y si
mis palabras te han molestado u ofendido…
Te presento mis disculpas humildemente.
Es que me dio la impresión de que…
¡Bueno es mejor que pasemos la página y continuemos con
nuestra amena conversa! – No estoy muy seguro, pero él volvió a mirar hacia
afuera…Pero creí notar que se seguía riendo, con esa sonrisota de oreja a
oreja. No obstante, preferí obviar esto.
Al poquito tiempo, me volvió a mirar, ya lo encontraba
sereno y hablador tal como hasta hace poco lo estaba. Me dio un apretón en el
hombro derecho y me dijo…
- ¡Amigo las apariencias siempre ENGAÑAN!
Mi consejo: No sigas cometiendo el error de “suponer” o de
“creer”. Ya estás viendo que siempre sales choreto.
Evidencias. Tenlas siempre presentes.
Y cuando vayas a afirmar algo…
¡Hasta que no tengas los pelos en tu mano…
No te aventures a definir ¡su color!
¡Nunca afirmes que son negros…Hasta que no te cerciores de
ello!
¡Never!
Me gustaría que asimilases cuanto te estoy diciendo.
Y ojala que mis palabras no caigan en saco roto.
…Como siempre.
Bueno, es mejor que no nos metamos en camisa de once varas y
afrontemos lo que te venía comentando.
- ¿Lo de las caras o lo de las apariencias?
- Mejor enfoquémonos en lo de las caras…
- OK. Dale pues, ya que me parece muy interesante.
- ¡Por supuesto que es interesante!
…Jamás pierdo mi tiempo en banalidades.
Me he dedicado toda mi vida, en descubrir los pequeños
enigmas que nos azotan. Y este es uno de ellos.
Históricamente se ha escrito y dicho millones de veces, esta
conseja: “La cara es el espejo del alma”
Y es muy cierto. Por la cara podemos descubrir el estado de
ánimo de cualquier persona.
Podemos vislumbrar si es buena o mala persona.
Y si tiene buenas o malas intenciones.
Cuando miente o te está diciendo la verdad.
- Discúlpame, pero tú sabes cuando alguien te ¿está
“cobeando” o no?
- ¿”Cobeando”? O sea ¿Mintiendo?
- ¡Exacto!
- ¡Por supuesto que si!
¡Conozco todos los rictus que el rostro humano puede
producir! Su tiempo.
Su duración cuando
miente, y también cuando habla con la verdad.
¡Todos los veo en el acto!
Su espacio. Porque
sabrás que hay un espacio muy bien definido.
Y tomarle su medida, es buena precaución.
Su intención. Son muchísimas.
Hay que estar pendiente.
Para mí el rostro de
los humanos: Son un libro abierto.
Y tú harías muy bien en estudiar este “pequeño detallito”.
- ¡Claro! ¡Claro! – Le respondí como un autómata.
Pero en verdad que quede como: “un boludo”.
Pero me dio vergüenza demostrarme en toda mi ignorancia.
No supe manejar bien este asunto.
Presentí que él me estaba dejando su puerta abierta para que
yo le pidiera que me transmitiese todos estos conocimientos tan preciados para
cualquier ser.
…Y mas para mi que siempre me estoy llevando “tortazos” con
tanta gente que aparenta una cosa y no tengo ese don del discernimiento como
para descubrirlos.
Ardía en deseos locos por preguntarle, por insistirle y de
reconocerle mi tremenda ignorancia al respecto…
Pero mi bendito “orgullo” y por no quedar al descubierto…Me
lo impidió.
Hoy lo reconozco. Y a decir verdad…
¡Me di unas cuantas cachetadas por “baboso”!
Pero ya hoy en día…Son tan solo recuerdos.
¡Y también pasa el efecto contrario!
Hay seres que tú con solo mirarlos…
Descubres quiénes son…
Como también los hay en que a ti mismo se te espeluca todo
tu cuerpo…tienen un aura…ennegrecida…son la muerte andante.
¡Horribles criaturas!
Y es que en este mundo…hay de todo.
¡Ay si supieras todas las cosas en que me he visto obligado
a vivir…y a co-existir…
¡Existencia y vivencias, todo en mí!
El ver cómo se comporta.
Su caminar.
Su vestir.
Detallo mucho sus facciones.
Su forma de mirar.
Detallar su medio ambiente.
Su hábitat. Sus costumbres.
¿Te has dado cuenta que aunque hablamos el mismo idioma…No
nos expresamos igual?
Y una misma acepción no tiene la misma connotación ni
siquiera en tu mismo país…
¿Te has percatado en esto?
Hasta podemos ser paisanos…Hablamos el mismo idioma…
Con costumbres “parecidas” y aún así…
¡No nos entendemos!
¡Torre de Babel!
Y es qué hay tantas y tantas cosas que aunque están a simple
vista… ¡no las vemos!
…Y aún viéndolas… ¡nunca versionamos igual!
…Te apuesto a que ese mismo incidente en que nos hemos visto
envueltos, sin querer, le preguntamos a diez personas de acá mismo de esta
misma unidad…
¿Qué es lo que ha pasado?
¡…Son más de diez versiones distintas!
¡Qué bárbaro! ¿Y por qué somos así?
¡Es muy interesante esta pregunta!
¿…No?
¡Y te apuesto que ninguna coincide con las de ellos!
Y los que están allá afuera…cada uno te va a dar una
distinta.
¡Este mundo es así!
¡No hay vuelta atrás!
¡Así somos!
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