“Nido
vacío”
Hasta apenas ayer, tuve a
mi hija en esta casa.
Vino con sus dos hijas:
Stefanny (6 años) e Isabela (4 años) y estuvieron apenas la tarde del martes,
miércoles y ayer jueves en horas del mediodía, fuimos a despedirlas al
terminal, pues regresaba a su casa allá en Punto Fijo, península de Paraguaná…En
mi ahora “lejana” ciudad en donde radiqué por varios años.
Isabela por su corta edad
no pronuncia muy bien sus palabras y habla toda enredada.
Le pregunté: ¿Cómo se
llama tu papa? A lo que me respondió: Namir Betúúúú (Su nombre correcto es:
David Jesús) me causó mucha gracias y le repetí:
¿Namir Betúúúú?
A lo que ella asintió,
pero como que no le cuadró bien la cosa, y en el acto me comenzó a aclarar,
pero cada vez lo pronunciaba igual.
Su hermanita, Stefanny
trató de enmendar el error, pronunciando bien el nombre de su padre.
Pero Isabela volviendo a
la carga, me repetía una y otra vez en su enrevesada lengua, cómo era que se
llamaba…
Pero igual: Siempre
repetía lo mismo.
La dejé descansar unos
momentos, y luego le volví a repetir la misma pregunta: Igual respuesta.
A la hora del
almuerzo….Igual.
En la tarde…Lo mismo…
En la noche…Lo mismo…
Ayer mientras
desayunábamos en la mañana, después de mas de una docena de intento…
Se me quedó mirando muy
seria y me dijo, señalándome con su dedito derecho…
- ¡Tú no vash a mi cata!
Mi hija, se asombró de la salida de su hija y comenzó a
tratar de justificarla, y me dijo…
- ¡Te pasaste! Y ya viste
su respuesta.
Stefanny asombrada,
intentaba regañar a su hermanita, pero ella persistía en su acusación.
Y me dijo…
- ¡No importa abuelito…Tú
si puedes ir a mí casa! – Me alegó mientras se comía su pan con huevos, que su
madre le había preparado.
Yo le volví a decir a
Isabela…
- ¿Namir Betúúúú es como
se llama tu papa? – Pero ya la bebecita no me respondió y virando sus ojitos
junto a su cabecita…Ya no me quiso mirar mas.
Me causó mucha gracia la
respuesta de mi nieta, y lejos de molestarme o intimidarme le dije…
- ¡Ya voy a llamar a
Namir Betúúúú y le voy a decir que ya no voy a ir a tu casa!!! – Y tomé mi
celular y lo llamé.
Isabela trataba de
justificarse y a la vez disculparse, pero en eso me respondió la llamada David
y en cuanto le conté lo que había pasado me respondió…
- …Pues algo tuve que
hacerle usted, porque de las dos Isa es la mas tranquila…
Muerto de la risa, le
dije lo que estaba pasando y le pasé el celular a la bebe, la cual le dijo en
su “lengua” lo que estaba pasando.
Luego de ese incidente.
Terminamos de desayunar.
Y en eso se me acercó la
niñita y me dijo…
- No importa abuelito…Hoy
no vas a casa…Mañana si… - En su lengua mocha me quiso decir eso, mientras me
obsequiaba la mejor de sus sonrisas acompañándola con un besito en mi mejilla y
abrazándome con todo su amor.
Y luego me volvió a abrazar
y me dio muchos besitos mas, como
tratando de apaciguar todo lo que había dicho, mientras me sobaba en la cabeza
y me repetía…
- …Ya pachó…Ya pachó… -
Yo la levanté y le caí a besos, mientras ella se reía plena de emoción.
Hoy, me he quedado parado
varias veces en el cuarto en donde durmieron las tres.
La puerta está cerrada.
Me da nostalgia. Ayer las
tuve a las tres y hoy viernes…Ya no están allí.
Lo único que me alegra es
que están en su casa, juntos todos ellos.
Es que hacen una bella
familia.
¡Me enorgullece el verlos
así!
En medio de ese amor que
ellos cuatro se profesan. Y eso me tranquiliza.
© Bernardo
Enrique López Baltodano 2015
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