¡Ayyy cuando tú amas y....








“Ya me lo dijiste…”


- Ya me lo has informado. Pero dime…
¿Cómo podré convencer a este pobre corazón que por ti…Delira?
Que cada paso que doy en todas partes te mira, te siente  ¡y que por ti delira!
¿No entiendes que de ti me he enamorado…?
…Es algo que ya no está en mí y que no lo puedo contener por mas tiempo  ¡es preciso que tú lo sepas!
Que estuviste casada ya lo sé…Y que tienes a tus hijos. ¿…Y…?
Que tú corazón delira por otro…
(¡Eso me parte en varios pedazos y que no sé si me podré recomponer! Solo el tiempo lo dirá…)
Que las aguas de los océanos los limitan…
Que sabes que es un Amor Imposible…Pero que aun así insiste en ese tipo de Amor que no entiendo.
¿Se aman en verdad?
¡Me has dicho que sí!
…Entonces nada puedo hacer…
Pero dime, háblame, respóndeme te lo pido…
La joven lo miró (Se encontraba incomoda, estaban en medio de una reunión en su propia casa y no quería que mas nadie se diese cuenta…) con esos ojos que clamaban impotencia, le dio tanto pesar ver a su enamorado que fervientemente le clamaba su amor, al cual ella no le podía responder.
Su corazón, su alma, sus ilusiones ya estaban ocupadas por otro, y no por él… ¡Nada sentía!
No quiso ser grosera, ni despacharlo en el acto, pero preciso era reafirmar, lo que ya en varias ocasiones se lo había dicho…
Pero que él o no quería creerle o no le entendía.
Lo pensó muy bien y cerrando sus ojos, comenzó de esta forma…
- ¡Amigo mío eres…Que te quiero como si fueses mi hermano!  Y siempre así  lo serás!
Años enteros llevamos conociéndonos. Yo inocente he estado.  ¿Qué de mí te hayas enamorado…?
¡Lo lamento en el alma!
Pero debes entender.  ¡Debes hacerlo!
Nuevas aventuras te vendrán. Ya lo verás.
¡Créeme, que te lo digo en verdad!
Te mereces alguien mejor que yo…
La Providencia guardada, te la tendrá.
Ten paciencia. No te desesperes.
Tiempo al tiempo. Y Amor al Amor.
Y a  la que te toque… ¡Amala con intensidad!
Y de ella nunca te apartes, pues tuya será.
- …Pero ¡es que…!
- Peros no tendrás. ¡Pronto a ti te llegará!
Una dulce doncella, sin mácula y pura.
¡Sólo para ti será!
Créeme…Yo soy tu amiga. Tú hermana.
- ¡Pero es a ti es a quien quiero! ¡No quiero otra mas! – Le insistió expresándole todos sus sentimientos.
La doncella cuenta se dio, que ya varios de su entorno los miraban. No lo pudo evitar.
Trató de acallarlo de una buena vez.
- Te quiero como: Amigo. Y siempre así hemos sido.
No me hagas mas penosa esta situación.
Entiéndeme…Mi Amor es solo  para él…
- ¿Y quién es ése, que mi amor arrebata?
Por justicia muerte se merece… - Le dijo en un arrebato de cólera no contenida. Un silencio solemne en el salón en donde estaban, se hizo.
Todos cuenta se dieron, pero trataban de “ignorar lo que en ellos pasaba”
Roja en cólera ella estalló. Vergüenza sintió y casi en gritos le expresó…
- ¡Calla, no seas insolente! – Le gritó fuera de sí.
- Ya te dije: ¡Yo le pertenezco a otro, que mucha  vida me dará!
Y si lo entiendes o no… ¡Tú problema será!
¡No me ocupes mas! Porque si mi amigo quieres ser, debes respetar  ¡a los dictados de mi corazón! – La
pretendida calló, cuando la cabeza de su enamorado postrada cayó.
En silencio valoró…Ese tierno y efusivo amor.
Pero que no debía responder…
Unos de los presentes con risita burlona detallaban esa escena, otros pendientes estaban y el resto…
Se hicieron los que nada habían escuchado.
Pero lo cierto es que, la fiesta se acabó.
El enamorado, se enjugó sus lágrimas y dando media vuelta…Partió…









© Bernardo Enrique López Baltodano 2015

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