“¿…Y
quién se beneficia…?”
- …Y…A todas estas: ¿Quién
se beneficia con todo esto…? – Me encuentro con mi compadre, tomándonos unos
traguitos.
Y estamos sentados
alrededor de su mesa, y él siempre preocupado por los vaivenes de esta vida.
Y me estaba narrando, el
caso de un hombre -conocido por ambos, y no es
precisamente “amigo” nuestro- el cual
ha multiplicado su “muy escuálida” fortuna con una forma…
No muy ortodoxa…
Pero que al parecer se
utiliza… ¡Y bastante!
Por mi parte, asombrado le
volví a pedir que me narrara -como si
fuese un carricito de…Unos cinco años- él
me miró con muy malos ojos y presumo que
no le agradó en nada…
Pero a la final: ¡Accedió…De
muy mala gana por cierto!
- Te voy a decir: ¡Por última
vez! Y vamos a ver si me pones atención…
- Claro, claro. ¡Soy todo oído!
– Le dije para apaciguar en algo su enojo.
Lo vi carraspear, se acomodó
mejor en su silla y arrancó de esta forma…
Después de pensárselo mejor…
- Me imagino que tú has ido
a una gallera…
¡De esas en las que “juegan
gallos”!
¡Que los ponen a pelear!
¿Tampoco sabes de eso?
- ¡Claro que si! ¿Qué te
pasa…Acaso me estás tomando por un Hombre de las cavernas?
- Casi. ¡Pero ese no es el
caso!
A lo que vamos…
Cuando van a lanzar a
pelear a dos gallos…
Los apostadores
profesionales, van rondando por todas las graderías y comienzan con su faena…
Yo apuesto por el colorao.
¿Cuánto le vas?
Y si el que está allí, no
va por el de él, sino por “el tuerto”
(Por ponerle un nombre.)
…Entonces le toma la
apuesta.
Y así va. Uno a uno.
Por el otro lado, gente de
su equipo…
Van apostando por el
contrario.
¡O a veces él mismo!
Un ejemplo: Apuesta
¡100.000! por el colorao…
Por el otro lado le apuesta
(¡Él mismo!): ¡100.000! al “tuerto”
Y de esa manera…
Gane quien gane… ¡Él
siempre gana!
No tienen “corazón”. No
tienen “principio”.
¡Billete! Solo el billete
es lo que los sustenta. – Me quedé analizando ese punto.
Me pareció interesante.
Puesto que en un principio
Cada uno toma partido.
O bien, porque en un
principio…Me gusta digamos que “el tuerto”
¡por alguna causa!
En principio no iría al
otro bando a hacer la misma apuesta, pero por su contendor.
…Pero esos condenados, en
principio, nada les importa quién se merezca que gane.
¡”Son solo negocios”!
¡Qué irónica es esta vida! –
Mi compadre me observaba de una forma rara,
¡jamás se pensó en los análisis en que me encontraba!
Y de repente me agregó…
- ¿…Y quién se beneficia
con el dolor ajeno…?
Así pasa en todo. Mira eso
de poner a pelear a dos y correr por otro lado para hacer apuesta…
¡Es deleznable! En todo
sentido.
…Pero muchos como ¡“ese desgraciado”!
Se han hecho
¡Multimillonarios!
A costilla de todos
nosotros.
¡Y eso mismo pasa en todos
los órdenes de esta vida!
¿Quién sabe quién (o quiénes)
se benefician cuando ponen a pelear a un pueblo contra otro?
¿…Quién…?
¡Sabrá Dios! – Me dijo
después de un largo suspiro como señal indeleble del tremendo desprecio que le
produce este tipo de “practica”
…Pero vivimos en este mundo…
Muchas de las cosas, nos
producen asco.
…Pero vivimos en este mundo…
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