“De la que estuve… ¡Y me salvé!”
En lo mas recóndito
de mis sueños, albergo esas imágenes
-Reconozco que no son de mi agrado-
Y que sus recuerdos aún me hieren.
¡A Dios Gracias!
Aconteció hace muchos años
-…Y no tanto como yo
desease…- Pero allí están como “una
espinita que me castiga mis entrañas…
“¡Aún!” y para ser
precisos fueron cuando éramos apenas unos infantes…Recién saliendo de esa
pubertad.
…Era hermosa. Un
ángel de Dios en este suelo repleto de excrementos y de olores demasiados
nauseabundos y grotescos.
Como un “Ave Fénix”
que tercamente obviaba su entorno.
…Y así la tengo en
mis recuerdos…
¡Y son tan vividos y
tan realistas!
Que en mis recuerdos
evoco. Ciertamente enlazado a esos recuerdos me encuentro.
–Y no lo puedo
evitar- Es como si olvidar quisiese de
ese pasado…
¡Qué que hermosas
evocaciones me provoca!
Saliendo de mi
caparazón infantil, y en mis primeras evocaciones liricas.
Cuando al contemplar
a todas las chicos que presurosas se inclinaban ante su dulcinea de amor.
Fue el embelesarme
en tan gratos momentos en que el amor se refleja sin cortapisa ni lupa.
- ¡Mi vida se empapa
de la fragancia de esos años mozos! En donde todo me era posible.
¡Todo era vencido
por mi potencia juvenil!
Cuando dentro de la
mayor vergüenza el enamorado ansioso se despoja de todo su ser y en arrebatos
de pasión…
¡Y no hay luna que
se me aleje!
¡Dominaba mi cielo y
mi tierra…Era fuerte y poderoso!
¡Nadie se me
enfrentaba…Y era el dueño absoluto de todos mis destinos!
(¡Qué época mas
gloriosa la que tuve cuando joven era!)
Su corazón asoma
glamoroso sediento de ese amor que no hay forma de reprimirlo.
…Y es que… ¿Qué o
quién se atrevía a disputarme algo…?
¡Siendo el Señor de
todos los vientos!
Es como por el
caminar es poco.
Y el volar era
propicio para mi sed insaciable y pura.
Cuando los suspiros
inundan tu ser y te obnubilan.
Cuando lo rojo, se
diluye en rosa.
Como todos los actos
de tu vida…Se reflejan en ternura.
Bella entre las
bellas. Cuando dos mas dos…
Es solo una: ¡Ella!
Si como las paredes
se te abrieran y la observaras en toda su magnificencia.
…Como si en una
pelea mundana…
¡La ves a ella!
El único amor que te
amarra y te descuartiza.
Como cuando te
desangras…Pero su aroma te eleva.
Y puedes contemplar
la excelsa belleza de lo único que te puede levantar y elevar a las nubes.
…Debo
reconocerlo…Eso persiste en mí.
Y por mas que lo
cancelo…Borrarlo, no lo he podido.
Y me decía: “¡No soy
para ti!
Date cuenta que
mucho soy…
(…Pretensiosa y
altanera…Eso eras.)
¡Y no te quiero
ofender! ¡Y perdóname si con mi sinceridad, dolor te produzco!
(¡Y claro que me ofendía!
Rabiaba al escuchar
su alegre monotonía, como si ella me dominara y gozara con eso.
Pero prefería
callar. Callaba para no cometer locuras que mas adelante debía arrepentirme.)
Pero me estoy
reservando al ser que aunque no lo conozco…Su presencia me ha sido anunciada.
(¡Qué rabietas surgían
en mí!
¡Odiaba al imbécil
que de mi te alejaba!
…Me provocaba muchas
locuras…Que Gracias a Dios logré someter…)
“Y no quiero que al
verte a mi lado…
De mí se espante”
Sin verbo quedé. Sin
conjugación alguna me eliminé.
¡Con que descaro así
me lo restregaba en mis propias narices! Y de tu lado me aparte
-No quería daño
ocasionarte- Tan solo de lejos te veía.
…Muchos años en la
lejanía tu existencia seguí.
Y como un sarnoso
enamorado…
De las sombras
emergía…
Silencioso.
Imperceptible.
Y ni el viento
percibías…
Mi presencia alejada
mantuve.
…Y te vi con unos
cuantos.
(A los cuales llegué
a despreciar.
Y me decía: ¿Por qué
de ella sigues enamorado…? ¿No ves lo rastrera que es…?)
Muchos tus carnes
acariciaron. ¡De lejos rumiaba!
Uno tras otros. -¡Qué desperdicio veía!-
Años vinieron…Y
otros pasaron.
Ya hoy casado me
encuentro.
-Y no me
arrepiento.-
(Y aunque feliz me
encuentro…Una espinita se me ha clavado…Preciso
sacarla…Evaporarla. Eliminarla para lograr mi emancipación.)
Mi familia he
cimentado. Años de esfuerzos y desvelos…Con mis hijos…Y con mi esposa.
…Pero con “esa
procesión por dentro”…
Y después de mucho
tiempo, al recordarme de ti…A tu paso he seguido. (¡Malayo sentimiento que se
ha apoderado de mí y me impide seguir!)
© Bernardo
Enrique López Baltodano 2015
“De la que estuve… ¡Y me salvé!”
En lo mas recóndito
de mis sueños, albergo esas imágenes
-Reconozco que no son de mi agrado-
Y que sus recuerdos aún me hieren.
¡A Dios Gracias!
Aconteció hace muchos años
-…Y no tanto como yo
desease…- Pero allí están como “una
espinita que me castiga mis entrañas…
“¡Aún!” y para ser
precisos fueron cuando éramos apenas unos infantes…Recién saliendo de esa
pubertad.
…Era hermosa. Un
ángel de Dios en este suelo repleto de excrementos y de olores demasiados
nauseabundos y grotescos.
Como un “Ave Fénix”
que tercamente obviaba su entorno.
…Y así la tengo en
mis recuerdos…
¡Y son tan vividos y
tan realistas!
Que en mis recuerdos
evoco. Ciertamente enlazado a esos recuerdos me encuentro.
–Y no lo puedo
evitar- Es como si olvidar quisiese de
ese pasado…
¡Qué que hermosas
evocaciones me provoca!
Saliendo de mi
caparazón infantil, y en mis primeras evocaciones liricas.
Cuando al contemplar
a todas las chicos que presurosas se inclinaban ante su dulcinea de amor.
Fue el embelesarme
en tan gratos momentos en que el amor se refleja sin cortapisa ni lupa.
- ¡Mi vida se empapa
de la fragancia de esos años mozos! En donde todo me era posible.
¡Todo era vencido
por mi potencia juvenil!
Cuando dentro de la
mayor vergüenza el enamorado ansioso se despoja de todo su ser y en arrebatos
de pasión…
¡Y no hay luna que
se me aleje!
¡Dominaba mi cielo y
mi tierra…Era fuerte y poderoso!
¡Nadie se me
enfrentaba…Y era el dueño absoluto de todos mis destinos!
(¡Qué época mas
gloriosa la que tuve cuando joven era!)
Su corazón asoma
glamoroso sediento de ese amor que no hay forma de reprimirlo.
…Y es que… ¿Qué o
quién se atrevía a disputarme algo…?
¡Siendo el Señor de
todos los vientos!
Es como por el
caminar es poco.
Y el volar era
propicio para mi sed insaciable y pura.
Cuando los suspiros
inundan tu ser y te obnubilan.
Cuando lo rojo, se
diluye en rosa.
Como todos los actos
de tu vida…Se reflejan en ternura.
Bella entre las
bellas. Cuando dos mas dos…
Es solo una: ¡Ella!
Si como las paredes
se te abrieran y la observaras en toda su magnificencia.
…Como si en una
pelea mundana…
¡La ves a ella!
El único amor que te
amarra y te descuartiza.
Como cuando te
desangras…Pero su aroma te eleva.
Y puedes contemplar
la excelsa belleza de lo único que te puede levantar y elevar a las nubes.
…Debo
reconocerlo…Eso persiste en mí.
Y por mas que lo
cancelo…Borrarlo, no lo he podido.
Y me decía: “¡No soy
para ti!
Date cuenta que
mucho soy…
(…Pretensiosa y
altanera…Eso eras.)
¡Y no te quiero
ofender! ¡Y perdóname si con mi sinceridad, dolor te produzco!
(¡Y claro que me ofendía!
Rabiaba al escuchar
su alegre monotonía, como si ella me dominara y gozara con eso.
Pero prefería
callar. Callaba para no cometer locuras que mas adelante debía arrepentirme.)
Pero me estoy
reservando al ser que aunque no lo conozco…Su presencia me ha sido anunciada.
(¡Qué rabietas surgían
en mí!
¡Odiaba al imbécil
que de mi te alejaba!
…Me provocaba muchas
locuras…Que Gracias a Dios logré someter…)
“Y no quiero que al
verte a mi lado…
De mí se espante”
Sin verbo quedé. Sin
conjugación alguna me eliminé.
¡Con que descaro así
me lo restregaba en mis propias narices! Y de tu lado me aparte
-No quería daño
ocasionarte- Tan solo de lejos te veía.
…Muchos años en la
lejanía tu existencia seguí.
Y como un sarnoso
enamorado…
De las sombras
emergía…
Silencioso.
Imperceptible.
Y ni el viento
percibías…
Mi presencia alejada
mantuve.
…Y te vi con unos
cuantos.
(A los cuales llegué
a despreciar.
Y me decía: ¿Por qué
de ella sigues enamorado…? ¿No ves lo rastrera que es…?)
Muchos tus carnes
acariciaron. ¡De lejos rumiaba!
Uno tras otros. -¡Qué desperdicio veía!-
Años vinieron…Y
otros pasaron.
Ya hoy casado me
encuentro.
-Y no me
arrepiento.-
(Y aunque feliz me
encuentro…Una espinita se me ha clavado…Preciso
sacarla…Evaporarla. Eliminarla para lograr mi emancipación.)
Mi familia he
cimentado. Años de esfuerzos y desvelos…Con mis hijos…Y con mi esposa.
…Pero con “esa
procesión por dentro”…
Y después de mucho
tiempo, al recordarme de ti…A tu paso he seguido. (¡Malayo sentimiento que se
ha apoderado de mí y me impide seguir!)
“De la que estuve… ¡Y me salvé!”
En lo mas recóndito
de mis sueños, albergo esas imágenes
-Reconozco que no son de mi agrado-
Y que sus recuerdos aún me hieren.
¡A Dios Gracias!
Aconteció hace muchos años
-…Y no tanto como yo
desease…- Pero allí están como “una
espinita que me castiga mis entrañas…
“¡Aún!” y para ser
precisos fueron cuando éramos apenas unos infantes…Recién saliendo de esa
pubertad.
…Era hermosa. Un
ángel de Dios en este suelo repleto de excrementos y de olores demasiados
nauseabundos y grotescos.
Como un “Ave Fénix”
que tercamente obviaba su entorno.
…Y así la tengo en
mis recuerdos…
¡Y son tan vividos y
tan realistas!
Que en mis recuerdos
evoco. Ciertamente enlazado a esos recuerdos me encuentro.
–Y no lo puedo
evitar- Es como si olvidar quisiese de
ese pasado…
¡Qué que hermosas
evocaciones me provoca!
Saliendo de mi
caparazón infantil, y en mis primeras evocaciones liricas.
Cuando al contemplar
a todas las chicos que presurosas se inclinaban ante su dulcinea de amor.
Fue el embelesarme
en tan gratos momentos en que el amor se refleja sin cortapisa ni lupa.
- ¡Mi vida se empapa
de la fragancia de esos años mozos! En donde todo me era posible.
¡Todo era vencido
por mi potencia juvenil!
Cuando dentro de la
mayor vergüenza el enamorado ansioso se despoja de todo su ser y en arrebatos
de pasión…
¡Y no hay luna que
se me aleje!
¡Dominaba mi cielo y
mi tierra…Era fuerte y poderoso!
¡Nadie se me
enfrentaba…Y era el dueño absoluto de todos mis destinos!
(¡Qué época mas
gloriosa la que tuve cuando joven era!)
Su corazón asoma
glamoroso sediento de ese amor que no hay forma de reprimirlo.
…Y es que… ¿Qué o
quién se atrevía a disputarme algo…?
¡Siendo el Señor de
todos los vientos!
Es como por el
caminar es poco.
Y el volar era
propicio para mi sed insaciable y pura.
Cuando los suspiros
inundan tu ser y te obnubilan.
Cuando lo rojo, se
diluye en rosa.
Como todos los actos
de tu vida…Se reflejan en ternura.
Bella entre las
bellas. Cuando dos mas dos…
Es solo una: ¡Ella!
Si como las paredes
se te abrieran y la observaras en toda su magnificencia.
…Como si en una
pelea mundana…
¡La ves a ella!
El único amor que te
amarra y te descuartiza.
Como cuando te
desangras…Pero su aroma te eleva.
Y puedes contemplar
la excelsa belleza de lo único que te puede levantar y elevar a las nubes.
…Debo
reconocerlo…Eso persiste en mí.
Y por mas que lo
cancelo…Borrarlo, no lo he podido.
Y me decía: “¡No soy
para ti!
Date cuenta que
mucho soy…
(…Pretensiosa y
altanera…Eso eras.)
¡Y no te quiero
ofender! ¡Y perdóname si con mi sinceridad, dolor te produzco!
(¡Y claro que me ofendía!
Rabiaba al escuchar
su alegre monotonía, como si ella me dominara y gozara con eso.
Pero prefería
callar. Callaba para no cometer locuras que mas adelante debía arrepentirme.)
Pero me estoy
reservando al ser que aunque no lo conozco…Su presencia me ha sido anunciada.
(¡Qué rabietas surgían
en mí!
¡Odiaba al imbécil
que de mi te alejaba!
…Me provocaba muchas
locuras…Que Gracias a Dios logré someter…)
“Y no quiero que al
verte a mi lado…
De mí se espante”
Sin verbo quedé. Sin
conjugación alguna me eliminé.
¡Con que descaro así
me lo restregaba en mis propias narices! Y de tu lado me aparte
-No quería daño
ocasionarte- Tan solo de lejos te veía.
…Muchos años en la
lejanía tu existencia seguí.
Y como un sarnoso
enamorado…
De las sombras
emergía…
Silencioso.
Imperceptible.
Y ni el viento
percibías…
Mi presencia alejada
mantuve.
…Y te vi con unos
cuantos.
(A los cuales llegué
a despreciar.
Y me decía: ¿Por qué
de ella sigues enamorado…? ¿No ves lo rastrera que es…?)
Muchos tus carnes
acariciaron. ¡De lejos rumiaba!
Uno tras otros. -¡Qué desperdicio veía!-
Años vinieron…Y
otros pasaron.
Ya hoy casado me
encuentro.
-Y no me
arrepiento.-
(Y aunque feliz me
encuentro…Una espinita se me ha clavado…Preciso
sacarla…Evaporarla. Eliminarla para lograr mi emancipación.)
Mi familia he
cimentado. Años de esfuerzos y desvelos…Con mis hijos…Y con mi esposa.
…Pero con “esa
procesión por dentro”…
Y después de mucho
tiempo, al recordarme de ti…A tu paso he seguido. (¡Malayo sentimiento que se
ha apoderado de mí y me impide seguir!)
…..Mañana
seguimos…
© Bernardo
Enrique López Baltodano 2015
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