En el día a día, nos reunimos y entre tema y tema...Salen estos....
“La
hermana de mí hermana –que no
es mí hermana”
Y como en las cárceles son varios,
entonces los llaman: “Pranes”
Son pues ¡unos generales!
¡Los matones mas sanguinarios que
puedan existir!
De hecho pueden reclutar a cientos de
presos y someterlos a su arbitrio.
Y nadie se atreve a enfrentárseles so
pena de que los masacren.
¡Ese es un sub mundo! Sucio y
deleznable.
En donde impera el crimen y las
pasiones mas deprimente del ser humano.
Y no te aconsejo que ¡ni te le
acerques!
- Pero a la hermana de tu hermana…Como
que si se les acercó… - Le agregué.
Él tomó aire, lo expulsó y después de
tomarse otro trago de ese refresco me siguió relatando…
- Lo cierto es que así fue como comenzó
la “carrera profesional” de esa hermanita de mi hermana.
Y te cuento; ese es un sub mundo.
Nefasto.
Sucio y muy turbio. Y de solo el pensar
todo esa cloaca sucia, hedionda ¡puro excremento impera allí!
Con decirte que esos llamados: Pranes
son en esencia eso. Asesinos bestiales.
Se imponen al resto después de haber
masacrado a unos cuantos y en cuanto logran la jefatura, se transforman en
verdaderos gánsteres –aunque antes de entrar a la cárcel, ya lo son- pero allí
son elevados a ese pedestal que les acompañara hasta el final de sus días.
Y es que esos tipos mueren siempre muy
jóvenes. Su actividad delincuencial es muy corta –Gracias a Dios- porque o los
masacran o mueren desangrados en alguna cloaca deleznable…
Y te digo; no los envidio, para nada.
El caso es que ella comenzó con uno de
ellos y así fue escalando en “esa universidad” del delito.
- ¿Y cómo fue que cayó presa? – Mi
curiosidad iba en crecimiento vertiginoso ya que de ser una hija en el mundo
social de repente prefirió hundirse en esos abismos insondables como lo son el
ser una “una amante tan barata” de unos miserables delincuentes.
Y es que hay cosas que no logro
asimilar en este mundo.
Pero bueno ¡hay de todo en este mundo
de Dios!
- Hasta donde tengo entendido –y ahora
trataré de responder a esta tú pregunta, pero antes- la madre y su hija
continuaron yendo a visitar…
¿A quién? ¡No lo sé!
Y de buenas a primeras, la tipa en
cuestión comenzó a quedarse los jueves y salía los lunes…
- ¿Y cómo lo lograba?
Qué de cosas se ven en esta vida que
mientras muchos hacen como todos los animales para salir de la cárcel, esta
ciudadana en cuestión…
¡Se quedará!
- ¡Así es! Cosas inexplicable de esta
vida.
Bueno para seguir con mí relato…
La madre entraba y salía el mismo día.
Pero su hijita se quedaba.
¡Cuentan! Que primero tuvo relaciones
con tipos de baja monta y así fue cambiando y cambiando, hasta que uno de los
pranes –digamos…Pequeños- comenzó a fijarse en ella.
¡Entonces era con un pran!
Y ya no aceptaba que ni siquiera la
manoseara… “El perraje” –ya tú sabes…
¡Los de poca monta!- y así de esa forma
fue ascendiendo.
Y me cuenta mi hermanita, que ella se
metía entre todos ellos, ofreciéndole “sus encantos” e hizo que otro de los
pranes, por celos “ajusticiara” a su amante de turno.
Y desató una pequeña pelea –y ella era
el trofeo- y en ese enfrentamiento…El pran que controlaba uno de los pabellones
¡se lo echó al pico!
- ¡Tronco de trofeo! Se llevó el famoso
pran.
- Ya vas a ver… La meretriz –porque en
un principio lo fue… ¡Y lo sigue siendo!- no cejaba en su esfuerzo por ir
escalando.
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