“Asechanzas”
Este
relato surgió después de una tenebrosa noche de espanto.
He
tratado de ser fiel a lo acontecido.
Lunes 25...Agosto...
¿Será que estoy drogado?
¡Más bien…dragado! …Y desfondado…Desfallecido.
…Y ya esto lo he experimentado ya;
quizás por esto no estoy tan alarmado…más bien lo que está desquiciado es mi
intelecto; no puedo definir nada… ¡Locura total!
…No puede ser…esto que me está
pasando no puede ser cierto…no…NO; es imposible.
Ya pasé por este trance… ¡Por una
pared!
¿Pero cómo? ¿Será que las moléculas
de la pared…Cedieron…?
…Pero el cómo es lo que no logro
asimilar… ¡Son sólidos, muy fuertes!
No puedo entenderlo. ¡Es
inaudito!
…Pero cierto. Me cuesta mucho
admitirlo…ya lo viví y por lo visto lo estoy repitiendo.
Me asquea
el aroma del cemento viejo, mezclado con el sudor de los hombres que lo
trabajaron y con la tierra, el agua que ya está disecada…
Pero al
parecer mi sentido del olfato y el de mi imaginación como que se han unido,
para informarme mejor de todo esto.
También
percibo los olores metálicos…han de ser los instrumentos de los albañiles…
Me es
escandaloso este duro transitar, debe ser por lo lento.
Y su
movimiento me parece imperceptible…Demasiado para mi gusto…
Me
exaspera esa lentitud…Puedo detallar “al dedillo” todo cuanto pasa a través
mío…O seré la parte blanda o ha de ser que soy lo mas maleable y no lo sabía…
Por lo
visto es milímetro por milímetro. Codo a codo. Imaginación a imaginación.
…Qué
tristeza me da mi absurda impotencia…
Me
incomoda, hay aristas de piedra o de arena o de cemento, aún no lo sé…Pero me
magullan y hieren mis ya maltrechas carnes.
En mi
nuevo estado, ¿será por la soledad?
¿O por
melancolía al saberme en el estado en que estoy?
Pero estoy escuchando mi torrente sanguíneo….
Y no sé
si debo alegrarme o mas bien entristecerme.
En este
inclemente “transitar” he flanqueado de
todo.
Ya ni me
quiero recordar, ya que me causa mucho mas dolor e incertidumbre…
No se qué
tendrán de nuevo para mí…
No me atrevo
ni a imaginármelo, ya que con toda seguridad: ¡Bien para mí, no será!
¡Qué
emoción me siento vivo aún!
Estoy tan
emocionado que ninguna parte de mí se ha percatado de esto.
Ante
tanta resequedad…Mí propio ser palpita con furia indómita, anunciándome que la
vida sigue latiendo en mí, a pesar de que mi tránsito no es el más agradable
que digamos.
…Estoy
sintiendo las puntas de mis dedos…tienen frío… ¿Pero cómo puedo sentir esto?
Hay dos
temperaturas álgidas en mi cuerpo.
Ya que el
resto de mi cuerpo está en un calor exasperante…pero ahora me indican que mis
dedos…están fríos.
¿Será
esto el frío de la muerte? Algo muy dentro me lo está ratificando.
Y no
tengo objeción alguna.
Debo
estar vigilante…No puedo perderme ni un segundo, por muy chiquito que sea.
Puedo perder mi existencia y quedarme atorado en medio de esta fría
construcción.
Estoy
sintiendo muchas sensaciones.
Muchas
son imprecisas…otras pasan de largo.
Sentimientos
de extremo odio. Envidia.
Mucha
congoja. Demasiada imprecisión.
Mucho
calor y frío. Pienso que ésta cerca tiene mucha historia que si me la contara…
Diversas
escenas ha vivido en todos estos años en que la han construido.
No, no
quiero entrar en esta historia. No me interesa.
No le
encuentro sentido alguno.
Al
parecer mi opinión nunca es tomada en cuenta.
Me
arrastran sin compasión alguna y hasta me estoy presintiendo es que: “Me están
obligando a ver todo esto y no tengo escapatoria…”
¿Qué
nueva maldición me esperará a partir de ahora mismo?”
Veo
rostros masculinos y muchos femeninos.
Seguramente
fragmentos de sus historias se han quedado impresos acá.
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