"La hermana de mí hermana -que no es mí hermana..."

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La hermana de mí hermana –que no es mí hermana”

Estábamos caminando por esas calles de Dios, debajo de un sol inclemente; iba con mi amigo Redín –el cuál es un conocido comerciante de la zona- y realmente teníamos algún tiempo conociéndonos –aunque  hacía pocos meses que habíamos reanudado esta relación  comercial- era en realidad mas de tres años –pero la necesidad precaria para tramitar varios negocios –inconclusos por mí- me hizo acercarme a él, en procura de ganarme algunos centavos en tramitaciones –todas de carácter legal- que por diversas causas he tenido que posponer.
Pero como todo tiene su tiempo –y mis clientes ya me estaban presionando- para darse y en este preciso momento me era dable el ejecutarlos y de allí que me re encuentre con el ya mencionado señor.
En esta ocasión íbamos en camino de un centro comercial –muy concurrido por cierto- con la finalidad de podernos sentar cómodamente y de esta forma ir desgranando caso por caso –eran alrededor de unos seis casos- que era preciso ir analizando.
Y me estoy refiriendo es a las especificaciones muy precisas de cada caso, para que me dijese el precio de cada una y poder cotizar ante mis clientes.
 …Y en eso estábamos cuando en un interviú entre los casos, que comenzamos a charlar sobre diversos tópicos –a manera de relax- y en esta ocasión voy a relatar lo que comenzando él, me intrigó de una forma tal, que le pedí que ahondáramos sobre el caso en cuestión…
- Bueno tal como te había contado: la hermana de mí hermana –que no es mi hermana- En ese preciso instante me pareció un galimatías y me sonó fuertemente dentro de mi ser, retumbó, rebotó y hasta despertó ansiosamente mi curiosidad.
Y mentalmente esa oración comenzó a hacer mella en mis ya azorados pensamientos.
- La hermana de mi hermana –Se me grabó como un estribillo de alguna canción pegajosa y mientras él me charlaba de otros casos mundanos –yo me había quedado allí- así que esperé que terminara de narrarme otra de sus aventuras cuando le interrumpí de una forma intempestiva…
 - …Discúlpame mi pana, pero es que me ha quedado revoloteando ese juego de palabras…
- ¿Cuál? – Me dijo enmarcando sus cejas, como señal de que no entendía en dónde radicaban mis dudas.
En ese preciso instante nos interrumpió un mesonero –estábamos sentados alrededor de una mesa- ya que nos ubicamos en el sector de comidas de ese centro comercial- quién nos preguntaba qué deseábamos tomar.
- A mí me traes…Un refresco… - Dijo el amigo en cuestión y mirándome me preguntó en espera de que ordenara para poder proseguir con nuestra conversación…
- También lo mismo…- Le adelanté al empleado que cargaba un delantal como constancia de que era el dichoso empleado en cuestión.
- ¿De qué sabor? – Me preguntó a mí, pero dirigiéndose también al compañero –ya que ninguno le había expresado ese punto en cuestión-
- De cualquiera. ¿Total? Todo es agua sucia. – Concluí.
-  ¡¿…Agua sucia…?!  ¿Entendí bien…?
…Señor acá nosotros despachamos todo de acuerdo a la mas mínima observación de Alta Pulcritud Higiénica y nos apegamos al ciento por ciento de todas las normas Sobre el Servicio de la mas Alta Cocina Nacional, Internacional y hasta Mundial (¡del mundo entero!) y nos apegamos a la ordenanza ambiental y nos caracterizamos en servir lo mejor de lo mejor… - Protestó el joven mientras anotaba nuestro pedido. - ¡Además somos nosotros mismos los que hemos tenido que llamar no una, sino miles de veces al Ministerio de Sanidad para que se digne a venirnos a hacer todas sus inspecciones de orden Fito-Sanitarias que haga menester…
- Tranquilo. Tranquilo. – En verdad que me sorprendió la reacción del joven y nunca pensé en que se iba a ofender…Pero bueno. ¿Qué otra cosa podía hacer? Tratar de calmarlo y fue lo que a continuación intenté. Digo: Lo intenté.
- Eso lo sé y me consta.
Pero en cuanto a ese tipo de bebidas gaseosas –ninguno de nosotros la envasamos (Y me consta que ustedes hacen todo lo posible por hacer lo mejor posible. Me disculpas. Plis.)- y de allí es que digo:
Que son agua sucias.
Me refiero a la cantidad de químicos que sus fabricantes le echan.
¿Tú me entiendes? – El que despacha en las mesas, lanzó un suspiro de satisfacción al comprobarse a sí mismo que no era con ellos, mi queja.
Así que sonriendo se inclinó sobre la mesa y pasándole un paso, nos informó…
- …Bueno pero también contamos con jugos que nosotros si podemos dar fe de su calidad, por cuanto acá mismo, nuestro personal calificado escoge lo mejor de lo mejor y lo prepara siguiendo con las mas mínimas condiciones de salubridad.
Tenemos: Jugos de naranjas, de peras, de fresas, como también le podemos preparar: Cerelac…
O lo que ustedes deseen… -Dicho esto sacó nuevamente su libreta y con su bolígrafo en mano se quedó en espera de si cambiamos nuestro pedido para algo mas jugoso para él…
Redín me miró y me preguntó con sus gestos moviendo sus manos hacia mí…
- Por mí, está bien con esa “agua sucia” que ya pedí…
- Yo también. Me quedo con mi pedido inicial.
- ¿Seguro? Porque también cuento con: Tequeños, Pastelitos de: carne mechada, pollo, de queso y de jamón también.
- No, no. Por mi, solamente esa bebida.
¡Ah y dentro de un rato! Y me refiero a después que me tome ese refresco, te acepto un café negro –bien espeso- pero después. –
Mi compañero le hizo señas de que ya se consideraba atendido y preguntándome le informó al joven que tomara mi orden y se retiraba, que teníamos una reunión y deseábamos continuar.
- Ok. Tráeme lo mismo. – Concluí.
- ¿Entonces…No desean nada mas?




....Mañana continuará....

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