... Montañas de Aragua via "El Jarillo" | by NoPreguntesLee / Juan Miguel Avalos
“Relatos
misteriosos”
“En
cierta ocasión…”
Me encontraba ensimismado, miraba alelado la
carretera.
Era demasiado el cansancio que me agotaba.
Me obligaba a circular en “una forma mecánica”
Me imagino que si me hubiese tocado una zona con
curvas de todo tipo…Seguramente que no lo estaría contando ahora.
(Quien sabe en qué fondo de algún barranco miserable y lóbrego hubiese caído, ¡sin haberme despertado
siquiera! Madre las cosas ¡que hace tú “hijito querido”!)
En verdad no sé la hora precisa.
Estimo que eran a eso de las seis de la tarde, y el
frio de la tarde, me fue grato, ya que tuve que apagar el aire acondicionado de
mi carro e ir disfrutando de esa brisa tan alentadora.
(¿”Alentadora” digo…? ¡Si es que no puedo mantener mis
parpados abiertos!)
…Pero como dije antes…Llevaba ya muchas horas viajando
y era preciso llegar antes del anochecer…
¡Aunque ya se estaba comenzando a ponerse un poquito nublado el paisaje!
¡Pero si apenas son las 6 pm…?
Esa soledad en la vía. Mas de doscientos kilómetros de
pura recta…Y muy pocos carros vi transitar por allí.
(…Y a esta velocidad en que voy… ¡Tardaré por lo menos
dos horas y media…!
…Estaré llegando…Zzzzmmmm!)
- ¡Me preocupa…Me puedo quedar…Zzzzzzmmmm!
Me comienzo a darme de cacheteadas…Necesito
despabilarme…
…Y eso me hizo preocuparme mas de lo debido…Debo
pensar en algo grave, y ¡de repente se me espanta este Zzzzzmmmm!
Hasta llegué a temer que de repente saliera un grupo
de guerrilleros (Me habían informado que por allí…Había ese peligro.) fuera a
salir de repente, aceleré instintivamente, hasta tocar fondo…
Zzzzzmmmm…
Esa sensación de soledad, ya me estaba perjudicando.
Me costaba demasiado el tener que aceptar, que a pesar
de la alta velocidad que le imprimía a mi coche…No parecía adelantarme a nada.
(¡Qué exasperación…Y este “bicho” que no se desplaza
nada!)
Como si todo el paisaje fuera el mismo.
¿No puede ser posible esto…?
¿No había otro ser humano por allí…?
Un hálito de desesperación me hizo meditar
profundamente sobre lo que estaba haciendo.
¿Por qué tuve que tomar ese atajo…?
(¡Madre sólo a “tu hijito” se le ocurre venirse por
aquí!)
Debí haberme ido por la ruta nacional, en donde el
número es mucho mayor.
(Estúpido, imbécil… ¡Zzzzzmmm!)
¡Pero esa ansia de llegar rápido…!
Y por mas que transcurría el tiempo…
El desplazamiento era el mismo. Todo me sonaba a un
efecto de “cámara lenta” y eso me producía mucha desazón…
Por allá divisaba los mismos cerros que estaba viendo
desde hace mas de una hora.
(¡Madre! Tanto correr para estar en el mismo sitio.
¿Será que estoy “montado” sobre una tortuga…?)
Trataba de pensar en otra cosa… ¡Pero es que no podía!
Una y otra vez caía en la misma melodía.
Me parecía una rotación constante y perenne sobre el
mismo eje. Era intolerable.
Sin embargo, poco podía hacer ya que me sentía
profundamente agotado.
¿Será que me estoy subestimando…?
En medio de mi desesperación procuraba sentarme en
otra posición. ¡Hasta me estaba haciendo a la idea de bajarme e irme caminando…De
repente llego mas rápido!
De mirar de otra forma. Uno con mi ojo derecho, ahora
lo cierro y pruebo con el izquierdo… ¿Y si cierro los dos y los abro de repente…?
Zzzzzzmmmm
Me cacheteaba una y otra vez, en ocasiones lo hacía
por inercia y en otras en medio de mi creciente frustración.
Por momentos mi mente se quedaba en el propio limbo.
Debía reconocerlo…Estaba ya en el lastre.
Poca energía positiva me quedaba.
Me inquietaba en medio de ese inmovilismo.
Y en eso andaba cuando una enorme sombra cubrió todo
mi espacio -incluyendo mi vehículo y
parte de la carretera- Angustiado, volví en mí.
Traté de entender del porqué de ese cambio tan
drástico. De repente todo se me volvió nebuloso y oscuro. Temí lo peor, pero es
que también me sentía incapaz de enfrentarlo como tal, pero sin lugar a dudas,
era algo muy novedoso.
Por instantes asumí resignado que mi viaje acabaría de
esa forma…Tan oscura e imprecisa.
Traté de ver mis dos manos…No pude verlas.
Pensé con cierto espasmo, que algo o alguien me había
desconectado de este mundo. Y a todas estas,
viajaba con el acelerador pegado al suelo. (¡Pero si apenas son las 6 pm…?)
No obstante, no veía que se desplazaba (mi carro.) con
la misma velocidad que creía que andaba.
¡De repente siento dos garras, que se posaron sobre el
techo de mi carro!
¡Dios! ¿Y qué esta vaina…?
Vi con precisión que una de las garras sujetaba el
techo por el lado del chofer y la otra concluía con el del copiloto. Todo
perfectamente bien engranados.
El techo se arrugó como si fuese un papelito…
No hubo ningún tipo de resistencia, y el procedimiento
se efectuó con mucha naturalidad y decoro.
Recuerdo que me dije: ¿De qué serán…?
Pronto sentí que nos izaba con tanta naturalidad y
soltura, que lejos de angustiarme, me trajo cierto alivio.
Por momentos me produjo un mareo atroz.
Todo a mí alrededor se movía con mucha velocidad, me
daba la impresión de que andaba metido en una batidora o en una lavadora. (¡Qué
imaginación la mía!)
Fui consciente de que mi acción en nada impediría tal
aberración.
¿Qué otra cosa podía hacer…? …Me dejé llevar…
Lentamente, todo se fue apagando a mí alrededor.
Tampoco logré escuchar ni la brisa que en ese momento,
era cuantiosa.
No logro definir muy bien lo que me pasó…
El caso es que perdí el conocimiento. O quizás el
terrible cansancio me venció.
Una sensación de sueño concluido. Profundamente
gratificante me hizo volver a tener conciencia.
Cuando logré abrir mis ojos… ¡Era de día todavía!
Me encontraba en una gasolinera…A pocos kilómetros de
dónde debería llegar.
Y en medio de esta situación tan incierta, logré
analizar punto a punto…
Primero andaba por esa carretera en solitario.
Segundo: Me faltaban mas de doscientos kilómetros para
llegar a mi casa…
Luego no entiendo ¿cómo estoy aquí…!
Me recordé de “las tenazas” que sujetaron mi carro y
que habían doblado mi techo…
¡No había nada! Todo estaba en orden.
Chequeo mi reloj… Y descubro con estupor que apenas
han transcurrido unos… ¡Quince minutos!
¡No puede ser cierto esto! – Me dije en medio de mi
consternación. Y en efecto…Como prueba mas que fehaciente…Era que: Aun no había
caído la noche, y se veía mucha luz…Ciertamente ya estaba comenzando a caer…Pero
¡por allá…!
El dependiente de la estación gasolinera, al ver mi
desconcierto, me preguntó…
- ¿Te sientes bien…?
- Si, en efecto. Lo que no sé es ¡cómo llegué hasta
aquí! – Le respondí sin poder atar ninguna clase de nudo. El me observó y en
medio de una amplia sonrisa me dijo…
- Yo te vi que venías muy tranquilo. ¿Vas a echarle
gasolina a tu vehículo?
- ¡Claro, claro! Aprovechando que ya estoy acá. – Le
dije para que se apartara y me dejara seguir en mi análisis.
El dependiente, sacó la manguera y la colocó en la
tubería para llenar mi tanque, y comenzó a relatarme como si no tuviese nada
mejor que hacer…
- Yo te entiendo.
- ¿Me entiendes?
- Si. Y no eres el primero que llega a esta
dependencia y no sabe cómo hizo para estar aquí.
Aunque no te lo creas…Hay un sector “muy nebuloso” en
alguna parte de esa vía… - Me dijo señalándome el camino recorrido por mí hacía
unos instantes.
- Hay como una especie de: “túnel en el tiempo” o algo
parecido. Muchos llegan ¡hasta atolondrados!
Alegan que un águila inmensa los agarra por el techo y
los trae sano y salvo para acá…
…También nos han informado, que muchos…
Ni siquiera logran llegar. Es un misterio.
Es como “una ventana o puerta a otros mundos”
La verdad amigo…En este mundo hay muchos misterios que
están por resolverse… ¡A lo mejor nunca se resolverán…! ¿Quién sabe…?
…Por cierto… ¡Llegaste con menos de la reserva! ¿Mira
la cantidad de litros que le eché a tu vehículo…Estás viendo…? – Yo miré hacía
la máquina…Y en verdad: ¡Estaba en cero de gasolina! ¿Entonces…Con qué
mier#&%/”$ pude llegar hasta acá…?
El trabajador se me quedó mirando mi expresión de estupor, con una sonrisa de
triunfo…Y acto seguido apagó la máquina y me cobró el importe, yo le pagué en
una forma “mecánica”
¡Sin querer me había desvelado el misterio que me
estaba ensombreciendo!
Y cuando me dio el vuelto, recogió la manguera y la
colocó en el surtidor y mirándome como deteniéndome con su mirada, me hizo
señas con una de sus manos y muy en secreto me confesó…
- No se lo cuentes a nadie mas.
¡Nunca podrán dilucidar ese misterio! – Y volteándose
ya que se estaba aparcando otro carro, se despidió de mí con un gesto de
saludos y sonriéndose se dirigió a su nuevo cliente.
Tuve que mover mi carro, ya que estaban llegando en
forma vertiginosa varios clientes para surtirse de gasolina.
Y en medio de mi asombro, preferí continuar mi
recorrido, ya que estaba ya muy cerca de mi hogar.
…Pero ya no me encontraba tan agotado.
Me sentía mas relajado. Tranquilo y seguro de mí
mismo.
- …No me voy a quebrar “mi cabecita” tratando de
descifrar este inmenso misterio…Que no logro encontrarle ni pie ¡ni cabeza!
…Qué lógica no tiene…
¿Total, a mí qué me importa mas…El seguir recorriendo
un camino sin fin o el llegar “en forma misteriosa” a mí destino final…? - Por
lo que decidí seguir mi camino y desechar cualquier elucubración adicional…
- ¡Llegué…Lo demás es lo de menos!
© Bernardo
Enrique López Baltodano 2016
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