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“¡Así soy yo!”
Este es un relato sobre una chica
joven, muy joven. (Juventud Divino Tesoro…)
De contextura normal, de baja
estatura, de cabellos dorados (cómo los rayos solares que te calientan el
cuerpo en las primeras del día.), de ojos color marrón, de tez blanca (como la
nieve).
De pronunciadas curvas, que engalanaba
debajo de su uniforme de entusiasta colegiala.
Su presencia irradiaba esa juventud,
ese entusiasmo, esa alegría tan juvenil, que tanto alborotaba a aquellos
jovencitos que se babeaban con tan solo verla andar…
Era estudiante de bachillerato.
¿Su nombre…? Rosa
Y era una flor en plena ebullición. ¡Ay
Divina y Preciosa Beldad…Qué de la Madre Naturaleza eres!
¿Qué les haría ella, para ser la
preferida por ellos…?
(Los corazones agitaba, sus ímpetus aceleraba,
era su dinamo que de alguna parte partía.)
Su culpa no era, la naturaleza la
dotó de esos extraños sortilegios. (“La suerte de las feas, las desean las
bonitas”)
No requería coquetear…Pero esa era su
naturaleza.
Porque de ella partía, sin dolor
aparente.
Tampoco pedir compañía…
Ya que detrás suyo…Muchos andaban.
…Pero muy en el fondo, algo la
alertaba de que no era bien vista por sus pares femeninos, quienes la
toleraban…Pero no la soportaban. (¿En dónde radicaba su pecado…?)
Su belleza femenina, es un impedimento para
poder ser bien vista por las otras mujeres.
Y es que ella deseaba ardientemente “ser popular” y en ello ponía todo su afán en
pro de ser reconocida como tal.
…Pero sus compañeras y “amigas”
las veían como una rival muy digna a considerar, por lo que la miraban
de reojo.
(Aunque ella deseaba revertir esos efectos
dañinos para ella, pero hay cosas que no se puedan evitar…Y es que ella era bella, de frescura y lozanía con su
perenne sonrisa y su fácil acceso.)
…Y quizás por esas razones, sus
compañeras de estudios no la toleraban. No soportaban verse desplazadas…Por
“esa” -como la llamaban, a sus
espaldas- porque en ningún momento se
atrevían a decírselo en su propia cara.
(Siempre con sus intrigas, con sus
palabras o frases en doble sentido, o triple…Su camino era sinuoso, pedregoso, muy pantanoso y de muy difícil acceso,
y de fácil hundimiento…
No le perdonaban que ella por sí
sola, atrajera esas miradas masculinas…Tan intensas. Tan perspicaces.)
Por ejemplo; había una reunión de
galanes y “esa” se le antojaba pasar por un lado…Automáticamente todos le seguían
su espontaneo caminar, con ese movimiento en sus caderas que los volvía a todos
locos de atar, con esa forma tan displicente, tan renovado que con una fugaz de
sus miradas picaronas…A todos los ponía de rodillas. (Y eso a “esa” -como la tildaban despectivamente sus
propias “amigas”- la llenaba de júbilo,
de sentirse amada, sin soltar prenda alguna…Tan solo: Una pícara sonrisa…)
…Pero Rosa suspiraba en sumo secreto…
Uno o dos, la atraían enormemente.
…Y de eso se enteraron sus supuestas
cómplices.
Y varias trampas le tendieron…Y en
todas caía tan inocentemente, que ya ni se preocupaban.
En cierta ocasión, le aseguraron que
el joven por el que ella, mas suspiraba, le había enviado una misiva en donde
la invitaba a ir detrás de la institución…A determinada hora…Y sola.
Pues con ella deseaba estar, para
charlar y…
¡No lo podía creer! Es mas, hasta
estaba dispuesta a no seguir coqueteando con nadie mas… ¿Total…?
Con él solo se conformaba.
Ella se preparó para la magna
invitación.
Se perfumó con mucho esmero.
Se pintó sus bellos labios de un
color rojo intenso, se puso su mejor blusa…Se desabrochó inocentemente los dos
primeros botones.
Taconeando con esmero, a su cita
acudió.
Era ya mas de las seis de la tarde,
por lo que la luz solar estaba de retirada…Pero ella nada temió.
Suspiraba estar con su bello amado.
El ser por el que ella, mas
suspiraba.
Y cuando al sitio acordado llegó…
A nadie encontró.
…Un halito de desconcierto de ella se
apoderó… Pero: ¿Qué otra cosa podía hacer…?
Por el buen amor, sacrificio hay que
pagar.
No obstante, justo creyó que era
menester darle una oportunidad, porque quizás un imprevisto de última hora, lo
ha hecho retrasar.
Se dispuso a aguardar su pronta
llegada.
Pronto todo se puso oscuro, pues el
reinado de la luna empezaba a tomar su dominio.
…El frío nocturnal sintió…
Y su galán…Nada que aparecía.
Decidió esperarlo por espacio de una
hora.
Que se transformaron en dos.
Y ya pasadas las ocho de la noche, ya
cansada de esperar, decidió retirarse.
Pero el liceo…Sus puertas cerradas
estaban.
Intentó saltarse la cerca, pero esta
era muy alta.
Deambuló por esos pasillos, que de
día eran muy alegres…Pero que de noche: Muy tenebrosos eran.
Nadie mas que ella en esa inmensidad.
Se llenó de terror, pues ¿Qué excusa
podría darle a su madre…Por llegar tan tarde…?
Si su progenitora creía que andaba en
sus clases.
Además…Ese vestido le impedía correr
o brincarse la cerca. Pero algo debía hacer, y mientras mas rápido, era
mejor…Para ella.
Temió lo peor. Y con ese acicate, se
decidió a saltarse esa tan alta baranda…
Su caída fue muy estrepitosa, pero
mas sentía que su orgullo había sido herido.
¿Cómo se atrevía ese chico a dejarla
así…Cómo “novia de pueblo”?
…Eso no se lo perdonaría nunca.
¡Es mas…Ya no sentía nada por él!
Lo desalojaría del pedestal en que
ella misma lo había subido. ¡No se lo merecía!
Llegó humillada a su casa, se tuvo
que esconder para que no le vieran su vestido todo roto y sucio.
Esa noche fue muy larga para ella,
muchas lágrimas brotaron de sus ojos. Padeció de ese dolor tan profundo por
sentirse herida, con su autoestima humillada.
- Mañana será otro día. Y cuando lo
vea…Le voy a echar una tremenda insultada. ¡Así no se trata a una dama…Y menos
a mí, que tan solo lo he querido amar con todo mi frenesí! – Y en medio de su
depresivo estado…Su sueño la rescató.
Durmió poco, pero fue muy reparador.
Acudió a su liceo, como todos los
días.
Y se había comprometido con ella
misma, no dar a conocer a nadie tan nefasta “cita”
…Pero sus amigas -indiscretas al fin- la esperaban con mucha intensidad.
Deseaban gozar y disfrutar de ese
engaño tan perfecto…Valía la pena saber, si las agarraría con ellas, por tan
maligno plan.
La sondearon en varias ocasiones,
pero ella les fue muy huidiza. Explicación de nada les dio.
Y eso las intrigó aún mas, porque
pensaban:
¿Será que por desgracia se pudieron
ver…?
¡No imposible! ¡Un engaño planeado
por ellas fue!
Rosa se presentaba ante ellas, mas
hermosa que nunca… ¿Será qué…? Argumentaban ellas, en su afán de descubrir la
verdad de todo lo que le aconteció…
- ¡Está muy alegre! …Y eso solamente se da cuando los novios su
intimad tienen… - Asomó la posibilidad una de ellas, ante la machacona
desgracia de que esa trampa les hubiese fallado.
En otra ocasión…La volvieron a engatusar,
pero ya no con el mismo jovencito…Sino con otro galán que en nada tenía que
envidiarle al primero.
El corazón de la chica, latió con
fuerza enorme.
Renacía en ella, ese cosquilleo que
le alegraba tanto su vida.
Sus ilusiones se convirtieron en
fuego intenso que la abrazaba y le proporcionaba esa compañía que tanto
ansiaba.
Se descubrió a sí misma…Que se volvía
a enamorar perdidamente.
¡Qué bello es el Amor!
Sus espasmódicos suspiros la
delataban.
Acudió a la nueva cita. En extrañas
condiciones.
Y su resultado fue muy parecido.
Volviendo derrotada a su propia casa.
…Pero ¿Por qué, si todos los hombres
me dicen que bonita y agradable soy…? Me
enamoro de lo que no debería…Y sin embargo tengo a tantos detrás de mí… ¡Pero
ninguno de ellos es de mi agrado!
¿Por qué me enamoro de lo imposible…?
Es muy fácil para mí…Tomar al
mejorcito de los que dicen que se babean por mí…
¿Acaso no puedo…?
¡No! ¡No puedo hacer eso!
Digna he de llegar ante el hombre que
merezca mi amor ¡Eso mismo haré! – Y en su compromiso faltar no podía.
Y por esa razón, siguió fingiendo que
era inmensamente feliz.
Ante todos era la mas deseada, pero
en sus adentros era muy desdichada.
Su soledad atizaba sus anhelos
amorosos…
Si sus amigas que eran feas, su amor
conseguían… ¿Qué pasaría con ella…?
¿Será que “a vestir santos” quedaría…?
Terrible sería ese final, y por nada
lo aspiraba.
Y decidió enfrascarse aún mas entre
sus propias carnes. Nada íntimo de ella volvería a flotar.
Ya no confiaría mas en esas que le
juraban ser sus mas fieles amigas.
Y como toda rosa, si no era amada…Moriría
deshidratada por falta del amor ¡qué tanto ansiaba!
Porque no hay mal mas grande, que aun
siendo bella, hermosa y deseada por muchos…Sola sería en su destino.
Siendo la mas bella…Era la mas
desdichada.
Pero en su secreto…Nadie mas se
enteraría.
Que de engaños y de pasar de tonta…
Ya estaba bueno.
Seguiría con su mismo andar, con su
misma forma de ser.
Con su sonrisa a “flor de labio” y
seguiría coqueteando a cuantos ella quisiese.
Quiera Dios que mas temprano que
tarde, aparezca su rutilante príncipe (Con el que siempre ha soñado.) que la
rodeará de mucho amor y dedicación, pero mientras tanto seguiría su camino
sola, sin compañero alguno. No valen la pena.
¡Ay Amor tan desdichado que a la
bella Rosa…Sola has dejado!
Y… ¿Qué culpa en su transitar ha
tenido…?
Qué siendo la mas bella en ese jardín
florido…
¡En que la soledad la ha abrazado!
Qué desdicha para ella, que sin
querer la envidia ha despertado, y que de sus amigas ninguna la ha apreciado.
…La bella Rosa su castigo ha
inspirado…
Y de anhelos y suspiro…Su vida ha
rebasado.
©
Bernardo Enrique López Baltodano 2016
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