"B a r u c a"
- ¡Bueno baisano, ya está dicho! – Era una frase algo
común en este comerciante.
- En este caso, dame el nombre y su dirección, para
visitarlo. – Sugirió levemente.
- Primero baisano, debo llamarlo e informarle del
resultado de esta consulta. ¿Ok? – Asintió en señal afirmativa. Le hizo una
seña de que esperara allí mismo y él se apartó hacia otro sitio distante, con
la finalidad abierta y clara, de que se comunicaría con su hermano. Sacó a
relucir su imponente celular y mirando distraídamente hacia todos sus
contornos, procedió a marcar un número mientras silbaba distraídamente.
(¡Misterioso este baisano! ¿Qué negocio me irán a
proponer?) Pensó de la manera más natural,
pero
tratando de inspirar que nada lo inquietaba. Y
sintiéndose a la vez que no debía moverse de allí. Siguió con su mirar, todos
los movimientos que hizo su interlocutor, hasta que desapareció en uno de los
cuartos de ese local. Aprovechó para indagar todo lo referente a los aparatos
allí expuestos. Notó los distintos modelos de neveras. Colores y tamaños
distintos, así como de sus marcas. Consultó precios y diferencias entre un
modelo y otro. Los televisores que estaban en exposición, presentaban al igual
que las neveras, una diversidad bastante interesante. Descubrió modelos de ordenadores tanto de
mesa como los portátiles. La exhibición era grande.
Ya había transcurrido como media hora. Y ya no
encontraba qué mirar ni que preguntar.
Ya las vendedoras lo conocían y presumían que no compraría nada y por esa
razón, en cuanto llegaba un nuevo visitante, lo dejaban solo para ir a atender
a un nuevo y posible comprador. En principio amasó la idea de irse, pero como
leyéndole su mente, emergía de algún ángulo y le hacía señas de que se
esperarse. Y por esta razón, se aguantó.
- Baisano paciencia, paciencia.
- Si tranquilo. Seguiré viendo las vitrinas.
- ¿Cuándo vas a visitarlo?
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