" M i c h e" Un hombre muy mistico...Misterioso..
Era muy bajito…Y lo miraba
con ojos de desconfianza…
Un sacudón eléctrico lo
fundió en su espalda…
Un frío lacerante fue
subiendo desde el principio de su columna vertebral…Hasta su cuello.
Y apenas lo pudo captar en
su retina…era muy bajito. Mas bien fue como un reflejo o un flash.
Y esto lo inquietó. Esa
incertidumbre lo desmoronaba.
De repente se dejó escuchar
unas risitas…Muy quedas.
Casi imperceptible. Y al
parecer, sólo él lo percibía.
Estaba asombrado, miró a
Pedro para ver si este las había visto.
Pero al parecer no. Y
pensando se dijo a si mismo…
(…A lo mejor es producto de
mi propia imaginación…Ya estos me están asustando con sus relatos de…estos
gnomos…Pero no. Yo mismo los estoy viendo, en ráfagas, pero estoy consciente.
Ya no puedo negarlo)
Trató de buscarle
conversación, pero cambiando radicalmente de tema y ya lo estaba logrando
cuando de repente se le apareció un niñito de muy escasa estatura. ¿Pero con
barba…blanca?
¡…Y luego pudo descubrir a
otro…Era mas alto…Musculoso…Y lo común era esa mirada de odio…
Por su apariencia se notaba
que no eran de esta zona.
Iban vestidos de una forma
muy distinta.
No supo detallarlos, pero así
de esa forma no se vestían ni los campesinos…ni los de por allí.
Aparentaban mucha edad, pero de un rostro sin arrugas, sus orejas eran
puntiagudas.
Un poco grande en proporción
a su tamaño.
Los notó con mucho dominio,
fuertes y poderosos.
Uno por su forma de
vestir…Era un Guerrero…Y era el mas alto y fornido…El otro le decía algo al
oído.
Y lo miraban en forma
retadora y pendenciera.
- ¡Tú…Nos la vas a pagar! – El
guerrero le lanzó un fuerte golpe -…Y desapareció.
Instintivamente esquivó el
inesperado golpe…Y lo logró.
Se quedó pensando…
(¿Pagar? ¿Yo? ¿Y qué te
debo?)
Intentó preguntarles, pero
se tuvo que conformar con pensarlo…
No le dio tiempo de nada.
Asustado como estaba lo buscaba con insistencia.
Pero ya no lo veía.
Por un instante, llegó a
temer que se le avanzarían en su contra. Un profundo terror. Contuvo su
respiración.
Trató de llamar a su
camarada…Pero estaba atenazado. Rígido. Como una estatua.
Pedrín no le prestaba
atención alguna.
Pero este fue muy
insistente.
A la final, dejando de
hablar se volvió drásticamente hacia él. Y lo contempló mirando hacía un sitio
desconocido, él lo siguió con su mirada, pero descubrió que su atención se
centraba en: nada.
(Este está en shock. Y no
logra salir de este embrollo. ¡Qué problema en que nos hemos metido! ¿Y Miche
en dónde estará…?) Meditaba Pedro preocupado por la salud mental y física de su
amiguete.
Lo que no supo era que su
compañero de farra, lo estaban atacando sus enemigos invisibles.
Lívido y sin color estaba el
joven.
Y tartamudeando le señalaba
a su interlocutor.
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