Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano):
- ¿De qué…qué? – Cada pronunciada silaba…Fue muy ...: - ¿De qué…qué? – Cada pronunciada silaba…Fue muy bien modulada. - …Señor…Hombre Lobo…perdónelo…que él no sabe… - José casi murmuró y...
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- ¿De qué…qué? – Cada pronunciada silaba…Fue muy bien modulada.
- …Señor…Hombre Lobo…perdónelo…que él no sabe… - José casi murmuró y trató de sacar
a Jaime de la línea de acción.
- ¡Bueno…está bien! ¡La magnanimidad…es una de mis muchas
virtudes! Fingiré no haber escuchado nada.
- ¿Podríamos hablar de negocios?
- ¿Negocios? ¡…Sí…! ¿Qué desean comprarme? ¡Tengo una Colección de Cuadros! Carísimos…Genuinos.
- No. No estamos interesados en sus cuadros. – Aseguró Jaime.
- …Tengo hermosos Paisajes…elaborados por excelentes
Retratistas.
- No.
- …Tengo…unas Serigrafías de Altísima Calidad…el clima…los ha
dañado un poquito…se los puedo dejar a un muy precio…
Los cuates, seguían atentos. Les enseñaba, unos Poster,
Fotografías de muy baja calidad…enmarcados en cartón…roído por el tiempo.
Pura bagatela…queriéndola pasar por oro.
- ¡Todo cuánto hay aquí…es Historia Viva! Aunque en apariencia, se
vea como ajada…como viejita… ¡Pero NO ES ASI! …En este caso…todo está como
camuflado…ya sabemos cómo está la situación.
Hombre prevenido vale… ¡Por muchos!
Predeterminación, al parecer es el signo visible en este ser.
Detallando cada frase pronunciada. El
efecto que producía. Se percató que lograba la atención completa y profunda.
Jugaba con los silencios. Los suspiros. Con sus manos. Satisface al parecer, su
dominio flemático y parsimonioso.
- …Pero, podría decirnos… ¿Cuánto cuesta todo esto?
- Amiguito, me gustaría hablar con él que tiene la voz de mando.
- Yo la tengo mi Don. Ya Miguel y José nos pusimos de acuerdo.
- ¡…Ah…ya me recuerdo!
…Usted es el macho de entre ustedes… ¿Cierto? – Sosegado y tranquilo, esa es la
impresión que inspiraba.
- ¿Macho? Los tres somos hombres. – No entendía hacia dónde
quería llegar.
- ¡Por supuesto! …Usted es…digámoslo así…el que habla…el
hombrecito…entre…
- ¡No! No…José y yo, estamos acompañando a Miguel. Y Miguelino,
es su cliente. El que está interesado en todo esto.
- …Claro…claro…ella…digo…él es el que paga…y usted lo…disfruta…
- Parsimonioso comentario del Don, lo recitó mientras distraídamente se
acicalaba sus pestañas mirando un imaginario espejo hacia alguna parte de su
techo.
- …No…nosotros somos sus amigos…nada más.
- …Claro amiguitas…digo…amigues… - Imperturbable, seguía con su
espejito en esta ocasión a través de un vaso de aluminio, alisándose sus
pestañas.
- ¿Amiguitas? ¿No entiendo…?
- ¡…No importa! ¡No me haga mucho caso! …Y…se vienen a vivir
todos… ¿Aquí? – Dirigiéndose en forma por demás mohosa y coquetona. Y dando un
aplauso sonoro, exclamó: ¿Cierto?
Todos se quedaron boquiabiertos. Jamás hubiesen pensado…ese
desliz…ese cambio tan drástico tanto de su forma de hablar como de ser de ese
gran hombre.
- ¿Mi señor…se siente bien…? – Su costillita, se angustió. Nunca
había contemplado esos gestos afeminados en su Macho y Poderoso Alfa.
Estaban aturdidos. Ver en la posición que inesperadamente quedó
su Interlocutor.
Tan…tan amariconado. ¡Qué bochorno!
En un microsegundo, se le hizo la luz. ¡El verse que se dejó
arrastrar…por ese morbo!…Pero ya a lo hecho… ¡Pecho! ¿Cómo borrar lo ya
ejecutado? ¡Raya!…Hay que enmendar ese capote.
- ¡Mujer…cállate! – No apreció hasta que notó la cara de
asombro. ¡Se le había salido su voz en Mezzosoprano! ¡Horror! Rápidamente,
rugió y rugió…logrando recuperar su ronca voz muy varonil.
Con movimientos de semental…muy bravucón y verraco…se alisó
mejor su pantalón. Bramó como un Toro de lidia y levantó su mirar…volvió con su
mirada de Águila. Al hacerse notar y comprobar que sometía y sofocaba cualquier
conato de duda de que era el semental.
- ¡Mujer…cállate o…te hago callar! – En esta ocasión…su Dulce
Resplandor…acató la orden emitida. Casi, que se tiró al piso. Bajó su cabeza y
su pensar.
Los cuates…comenzaron a admirar sus cuadros. Parecían haberse
puesto de acuerdo. Detallándolo todo.
- ¡Qué no quede duda!…Pero ustedes mismo han podido ser testigo
de uno de mis Poderes… ¿Se dieron cuenta?
…El Poderoso Hulk…junto con el
Abominable Hombre de las Nieves…casi vinieron…
- ¡…Anita la Huerfanita…! - Alcanzó a pronunciar Jaime.
- ¿Cómo? ¡No la conozco! ¡Nunca! ¡Nunca! …Además…no sé quién es…No tengo tiempo para perder. ¡Mi tiempo
es oro! ¡Además ya que estamos aquí…hablemos de lo que nos importa!
- …Sí, no perdamos más tiempo…por favor…
- ¿Cuánto disponen?
- ¿Cuánto vale esto?
- Incluida todas mis Obras Exquisitas de Arte… ¿Más todas mis
riquezas?
- Nos interesa la propiedad.
- Son Obras auténticas y genuinas… ¡Nadie más las tiene!
- …Mi Hacienda es grande…
- ¿Cuánto mide?
- 15.000.000 cuadrados.
- ¿15.000.000 de qué?
- …De área útil e inútil…también…
- 15.000.000 de qué…Metros…Kilómetros o…
- De Centímetros…por supuesto… ¡15.000 Metros cuadrados!
- ¿Hectárea y Media?
- ¿Y cuál es el miedo? ¡Son: 15.000 Metros Cuadrados!
¡15.000.000 Centímetros cuadrados! ¿Por qué les da miedo reconocerlo? ¿No
tienen idea de lo grande que es?
Pomposamente, se dirigió hacia la ventana y les señaló lo grande
e inmenso que era su Hacienda.
- ¿Cuántos Metros cuadrados tiene de construcción? …En
METROS…por favor…
En forma imperativa…hizo gestos que denotaban fastidios. Al cabo
de unos minutos de divagar y divagar en su mutismo…expresó:
- ¡Minucias! ¡Pequeñeces! Yo no me ocupo ni me preocupo en ello.
Para eso…tengo a mis Arquitectos e Ingenieros…ellos son los expertos. ¡Tendría
que llamarlos o pedirles los Planos de mi Palacete!
- ¿Y dónde están?
- ¡Precisamente me llamaron hace unos minutos y me dijeron que
tenían que ausentarse!
- ¿Y no tienen teléfono o algo para comunicarse con ellos?
- ¡Imposible!
- ¿Podemos ver sus planos?
- ¡Menos!
- ¿Y por qué?
- ¡Se fueron y se lo llevaron todo!
- ¿Pero los planos son suyos?
- ¡Me los pidieron prestados! ¡…Yo mismo en persona…se los iba
indicando! ¡Pero…me dijeron que un Alto Dignatario del Extranjero…se enamoró de
mi casa y quiso construir uno igual…allá en lo más alto del Himalaya!
¡Imposible…allá no tiene teléfono y ni cable…!
¡Ni nada! …Si ustedes quieren…yo les sirvo de Guía Turístico y yo mismo en
persona, les puedo ir indicando cada sitio en específico.
La consorte, asentía en todo e indicaba con gestos a los
compañeros, que guardaran silencio y obedecieran todo lo indicado.
Solamente la miraba y de reojo…ya los tenía a rabia.
- ¡Eso es así! ¡Hagan caso mis hijitos!
Acto seguido y sin esperar confirmación alguna…comenzó a
detallarles sus Aposentos.
- ¡Esta es la Recámara Imperial! Aquí usualmente ejecuto mis
funciones varoniles, además de servirme de mi Dormidera Nocturnal y a veces
diariamente Vespertinas. ¡Cómo podrán notar…es espaciosa…es sumamente cómoda y
gentil!
- ¡Yo duermo en la Recámara Secundaria…!
- ¡Mujer…cállate…a tus oficios diarios y continuos!…Cómo les
venía platicando…es en este Recinto donde diáfanamente ejecuto mis Grandes
Pensaderas…Analizo el devenir y el porvenir…Los Grandes Males que atormenta al
Gentilicio...Los problemas de la Balanza de Pagos y de Cobros…La Paz y la
Guerra…etc.
- ¿Y cuántos cuartos tiene además de éste?
- …Amiguito…éste no es un Cuarto…Es mi Recámara Imperial… ¿Y por
qué es así? ¡…Porque así lo decidí YO! ¿Ok? Además en este Palacete…no hay
cuartos. La servidumbre que me atiende…vive afuera. ¡No soporto que viva en mi
Palacio! ¡Servidumbre es Servidumbre!
¡Realeza con la Realeza!
¿Cuándo se ha visto…servidumbre codeándose con mi Realeza? ¿Cuándo?
¡…Mi Sangre es Azul…!
…Y no es que sea racista…NO…es simplemente… ¡…Cuestión de
principios! ¡Principios! ¡Un pueblo sin Principios…jamás podrá tener…NADA! ¿Cómo
pueden empezar…sin PRINCIPIOS? ¡Los principios…son el principio de todo! ¡Nadie
puede levantar un Edificio…sin su principio! ¿No me hago entender? ¿Tan duros
son qué no pueden entender esto? ¡Es simple! ¡Es elemental! ¡…Son tan duros e
insensibles! – Hizo un paneo y con su mirar de ciento ochenta grados…esperó y
esperó. Silencio.
- O.k. – Concedió Miguel. Mentalmente se vio…allí
mismo…meditando…analizando…se convenció a si mismo…que era grande…majestuoso y
señorial.
José estaba extasiado…seguía mentalmente cuánto hablaba el
orador.
Jaime…chequeaba todo. Lo que veía…era una hamaca…bastante
descolorida y común. Una camita matrimonial…con sábanas descoloridas y de
calidad…endeble.
Detalló el techo. Y vio que era de Zinc. Su armazón era débil.
Hasta creyó ver…que hilillos de luz se colaba, evidencia cierta de que estaba
agujereado. Calló. En la creencia, de que era muy obvio y que sus camaradas, ya
lo habrían detallado.
- …Estamos conscientes de… -Jaime comenzó hablándole con la
mayor sutileza posible, pero inesperadamente, Don Jenaro hizo gestos manuales,
como indicándole que mejor se callara. En esta ocasión tanto José como Miguel,
se quedaron extáticos. Expectantes.
La consorte, aumentaba y masificaba, tanto con sus gestos como
con su cara. Indicaba… ¡Silencio!
El trío, consultaba, tanto a la fémina…por lo demás muy
elocuente como con su Alfa, él cual…hizo mutismo y se encerró en sus
meditaciones constantes.
- ¡…S…i…l…e…n…c…i…o…! – Repitió en un grave gesto y sin
palabras…solo con mímica, la ansiosa compañera.
Todos enmudecieron. Aguantaron el diluvio de amenazas y
advertencias de la acompañanta.
- …Si…durante tantos y tantos eones…se me ha conocido como una
persona prístina…diáfana…totalmente transparente. Exento de defectos. Puro en
esencia. Señor y Dador de bienes tantos terrenales…como de otra índole…Si se me
han concedido tantos y tantos premios como reconocimientos de toda índole. Sí
he sido aclamado como la Flor y Nata de todo lo descubierto. He llevado una
existencia Integra.
El Noble Patricio…calló. Daba la impresión de que se quedó
dormido. No obstante…guardaron silencio.
La acompañanta, se plantó entre su Varón y los tres. Vigilante
con sumo esmero. La actitud era de agresividad…y con sus gestos les indicaba
que estaría presta a enfrentar a cualquiera o a los tres…pero
absolutamente…nadie le faltaría el respeto a su Hombre.
- ¿…Sigue dormido…? – Se atrevió a consultar Jaime, ya habían
transcurridos varios minutos.
- ¡Mi Lord no duerme!
- …Me parece dormido…
- ¡Mi Hombre…medita! ¡Son muchas sus preocupaciones!
- ¿…Muchas? ¿Y eso?
- …Lo angustian mucho… ¡La codicia del hombre! ¡La maldad! ¡La
avaricia! ¡El mal de ojo! ¡La incomprensión!
- ¿…Y no le da…hambre? – Inquirió Jaime.
- ¿Hambre? ¿Hambre…de qué?
- …De los placeres mundanos…por ejemplo…
- ¡No te entiendo nada! ¡Yo salgo todos los días y siempre le
traigo comida! …Todos los días…le
preparo su comidita y me siento a darle de comer…siempre queda satisfecho.
¡Siempre! ¡…Silencio…parece que ya está volviendo…!
El Patriarca…dio indicios de volver en sí. Sus parpados, aun
cerrados, daban la impresión de moverlos de un lado a otro. Esperaron. Un leve
bostezo…estiró sus miembros. Y levemente abrió sus ojitos.
- ¡Buenos días…por la mañana!
- ¡Buenos días Varón! ¿Podemos seguir? …Ahora…aprovechando que ya se despertó… -
Sugirió Jaime en forma tímida.
- ¿Despertarme yo? ¡Yo nunca duermo…descanso! ¡No tengo tiempo
para dormir! …Mis múltiples obligaciones
me someten a duras vigilias…tanto diurnas como nocturnas. ¿Y a
propósito…quienes son ustedes?
- ¿…Nosotros…?
- ¡Mi Patriarca Divino! Estos
S…e…ñ…o…r...e...s… Vinieron a parlare con relación a una petición de su
Hacienda.
- ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¿Y cuánto ofrecen por mi Hacienda?
- ¡Eso estamos preguntándole! ¿En cuánto nos vende esto?
- …Si ustedes están aquí…Su interés…los ha movido… ¿Es cierto?
- ¡Cierto! – Ratificó la Consorte, la cual al recibir como
respuesta la feroz mirada de su Patriarca…sigilosamente…se limpió sus manos con
su delantal y salió del recinto, en silencio.
- …Estaba hablando con ustedes…de su interés…excusen la
inapropiada intervención de mi Ama de Llaves…
- Ciertamente. – Ratificó Jaime.
- ¿Y Usted es el Hombre aquí? – Preguntó el muy taimado Jefe.
- Yo también soy hombre. – Intervino José
- Y yo también. –Aseguró Miguel
- Pero…solamente habla uno. ¿Y por qué? … Me
Pregunto yo.
- Porque fue nuestra solidaria decisión. – Ratificó Jaime.
- ¿…Solidaria decisión…? ¡Qué Cómico! …Me digo yo…
Y mirando con astucia gatuna…continuó…
- ¿Y quién es el del dinero aquí?
- Miguel.
- ¿Y quién es Miguel? ¿Nunca lo oigo hablar? ¿Es mudo acaso…o se
le comieron la lengua…sus ratoncitos…?
Los tres se miraron y se rindieron ante esa evidencia.
-- Yo me Llamo: Miguel Sánchez…como le dije cuando me presenté.
- ¿Y…pregunto yo…por qué
Usted no habla? …Tiene aspecto de
Hombrecito... ¿…Me imagino…que ya le ......Esta divertida Novela está en ebook, y pueden obtenerla por este mismo Blogs. ¡Espero que sea de su agrado!
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Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): - ¡NO! - ¿Los envían…por algúnchisme? ¡…Por qué ...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano):
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- ¡NO! - ¿Los envían…por algúnchisme? ¡…Por qué ...: - ¡NO! - ¿Los envían…por algún chisme? ¡…Por qué si es así…! – En ese momento, le pareció que su pobre corazoncito, comenzaba ...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): - ¡NO! - ¿Los envían…por algúnchisme? ¡…Por qué ...
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- ¡NO! - ¿Los envían…por algúnchisme? ¡…Por qué ...: - ¡NO! - ¿Los envían…por algún chisme? ¡…Por qué si es así…! – En ese momento, le pareció que su pobre corazoncito, comenzaba ...
- ¡NO!
- ¿Los envían…por algún
chisme? ¡…Por qué si es así…! – En ese
momento, le pareció que su pobre corazoncito, comenzaba a latir sin cesar.
¿Será qué…? ¿O será….? ¿Qué se traerán estos individuos?
- ¡NO! – Los chavalos no salían de su asombro. ¿Cómo podrían
convencer a esta incrédula?
- …No son cobradores…no son vendedores…no son evangélicos…no nos
traen ni chismes buenos… - Parafraseaba se una y otra vez, signo más que
evidente. ¿Qué será…?
- ¡Nada de eso somos! – El momento de verdad que les era harto
comprometido y oneroso.
- ¿…Son ladrones?
- ¿Nosotros…Y con este
porte? ¡Menos!
- ¿…Nos vienen a saquear…nuestras cositas…? ¡…Mi esposo es muy
bravo! ¡…A él no le gustan que les roben sus riquezas…digo sus…pertenencias!
¿Nos vienen a despojar de lo nuestro? – Sin saber qué hacer…los miraba de
reojo…de arriba hacia abajo…miraba hacia los lados. En su pensar, estaba
alarmada…casi al paroxismo. Algo le prevenía que esas presencias…eran nefastas.
- ¡NO!
- ¿Nos vienen a secuestrar…acaso? – Mirando de reojo…comenzó a
retroceder.
- ¡Señora!
- …Por qué les advierto algo…si me secuestran a mí…mi
esposito…no tiene mucho dinero… ¡Quiero decir…poquito…muy poquito dinero!
(¡Dios mío…ayúdame! Estos vienen con malas intenciones)
¿Me van a secuestrar a mí? ¿Serán capaces de…violarme?
¿…Desflorarme…a mí…? ¡Me van a deshonrar mi honra…! – No era cuento ni melodía,
ya estaba empezando a clarificar…
- ¡…Que no señora! – Una y otra vez, los chavales se miraban con
angustia…con desasosiego.
- ¿Seguro? ¿…Y entonces…a
qué han venido?
- …Hemos venido por los dueños de…
- ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡…Me quieren secuestrar a mí solita…y son
tres hombres…contra mi solita!
- ¡…Señora…por favor…deje
el escándalo…! – Siendo visitantes se encontraban contra la espada y la pared.
No atinando a entender, el actuar de esa fémina.
- ¡…Por favor…hemos venido a negociar esta propiedad…!
- ¡…Sí…sí…estamos interesados!
- ¿Ustedes tres? ¿…Están
casados los tres…y yo que pensé que me querían secuestrar a mi solita? – Ya la
doña no los miraba con pánico…un halito de asco se dibujaba en su rostro.
- ¡Señora…es Miguel él único interesado en comprar…!
- ¡…Porque quiero que sepan que si pretenden secuestrarme…Yo soy
una mujer CASADA! ¡Y muy digna! ¡Y a mi…no me secuestran así de fácil! ¡Yo soy
una Señora de la más Alta Alcurnia de toda esta zona y de este país! Habiendo
tantas mujeres fáciles de secuestrar…me vienen a acorralar…ustedes tres… ¿Por
qué? ¿Alguien les ha hablado de mí?
¿…Quién…?
- ¿Quién…qué?
- ¡…Sí…quién fue…que les habló de mi…! ¿Y…Tres…contra mi
solita…? ¡Pobrecita de mí! ¿Tres?
- ¡Señora…nadie nos ha hablado de usted!
- ¿Sí? ¿Seguro que fue la Magnolia?
- ¿Magnolia?
- ¿No? ¿No fue ella? ¿…Entonces fue…fue…Estela?
- ¿Estela?
- ¿Tampoco? ¡Es que nadie puede venir a poner en duda de mi
honradez y de mi virtud! ¿…Y ahora…? ¡Menos! ¡…Ahora soy toda una señora…digna
de las más dignas! ¡YO SOY MUY HONRADA Y ADEMAS ESTOY CASADA! ¡…Mucho cuidado
con eso de querer o pretender…secuestrarme…no crean que por que son tres contra
mi solita…yo no me voy a dejar así por así… ¡…Solamente muerta podrán hacer
conmigo lo que ustedes quieran…cochinos…sucios…!
- ¿Cochinos…sucios?
- ¡Yo me baño todos los días!
- ¡Y yo no como ni cochino!
- ¿Por qué nos insulta así?
- ¿Acusarnos de cochinos y de sucios…qué es eso?
- ¿Por qué no permito que me hagan nada sin mi consentimiento y
sin mi autorización? ¡Jamás van a hacer lo que ustedes quieran con mi
cadáver…! ¡…Y mucho menos…sin que yo lo
autorice! – Los tres miraban insistentemente hacia todos lados, temerosos de
que llegaran vecinos, familiares o cualquiera y fuese a creer que ellos eran
unos forajidos.
- …Señora…yo me llamo:
Miguel Sánchez…y estoy interesado en comprar esta propiedad… ¿Sí me entiende?
- ¡…Y nosotros solamente somos sus amigos!
- ¡Si…y lo estamos acompañando!
- ¿…Y no vienen por mí?
- ¡No!
- ¿…No vinieron a
aprovecharse de mí…inocencia…de mi ingenuidad? ¿O de mi candidez o de mi
castidad…? ¿Seguro?
- ¡Seguro!
- ¿…Mi Pureza…mi Doncellez…No están interesados? ¿…No…? ¡No! ¡NO!
¿…Y entonces…a qué
vinieron…? – El cambio fue más que patético, del pánico infundado al más
irracional gesto de cólera e indignación. Ya los miraba tal como posiblemente
una gallina mira a una sabandija. Su asco y repulsión rayaban con su
indignación.
- A ver…si puedo comprarles esta propiedad… - Miguel trataba por
sobre todos los medios, de crear confianza y demostrarle que no vienen con malas intenciones.
- ¿…Y los tres van a vivir aquí…solitos? ¡Qué alivio…! …Digo…no tienen mujeres…
¿Tienen mujeres?
…Ustedes…tres…se entretienen entre ustedes… ¿Verdad? ¿Son
Lesbianos? ¡Con razón! ¡…CON RAZON! ¡…Resultaron parchitas…! ¡Otra cosecha
perdida! – Ahora les gritaba con pedantería.
- ¡Señora!
- ¡Por favor!
- ¿…Y yo que pensaba…? ¡Pendeja! ¡Por estar creyendo…en apariencias!
- ¿Y qué pensaba?
- La verdad es que en este mundo se ven cada cosa… ¿Y yo
pensando…?
El enojo no era fingido…realmente estaba indignada.
En ese momento se oyó…la voz de un hombre llamándola. Todos
callaron. La mujer cambió de color y de temperamento y alisándose prolijamente
su vestido, les dijo:
- ¡Es mi señor! ¡Ya saben…ni una palabra de nada de lo que hemos hablado! ¡Ni una palabra!
¡Mi Señor…es sumamente celoso y no cree en la palabra de nadie!
¡Mucho cuidado! ¡La vida de ustedes va de por medio! – Se retiró
rápidamente…de repente se detuvo y volviéndose, los increpó así:
- ¡No le gustan las parchitas!
¡Tampoco los lesbianos!
– Y sin proferir más palabras…corrió vertiginosamente al llamado.
Los tres se quedaron viendo a la mujer, en cuanto partió
obedeciendo el llamado de su Señor.
- No se…ustedes…pero me da la impresión de que estamos como
amenazados…
- …Coincido contigo Jaime…
- ¿Y entonces…que podemos hacer?
- ¡Hemos venido a negociar esta propiedad!
- ¡Claro y eso es lo qué vas a hacer Miguel!
La mujer, antes de entrar…se detuvo y volteó a mirar hacia los
tres...y antes de desaparecer…los regañó con gestos.
- ¿No será mejor que nos
vayamos y… ya?
- ¿Y si nos acusa con su Señor?
- ¿De qué puede acusarnos?
- ¿De Parchitas?
- ¡No…de Lesbianos!
- …De quererla robar…
- …De querer cobrarle…
- …De intento de secuestro…
- ¡Ja, ja, ja,ja! ¡Capaz
que el Señor…nos pague…para que nos la llevemos!
- ¡La verdad es que hay que ser bien valiente para meterse en
ese vaporón!
- ...Parchita…
- ¡Lesbianos!
- ¡…Y bien feos!
Los tres siguieron con el tema buscando la parte jocosa, de ese
encuentro.
- ¿…La raptamos…?
- ¡Bien salados…si la secuestramos!
- ¡Hagámoslo Miguel…y te
aseguró que ese pobre hombre te va a dar una tremenda rebaja! ¡Ja, ja, ja,ja!
- ¿Y si nos joroba la vida a nosotros?
- ¡Ese hombre nos va a joder…sí se la devolvemos!
El trío a pesar de ese encuentro tan pesaroso con esa singular
matrona, estaban gozosos y tomaron con
efusión y afabilidad, las cosas de esa montaraz dama.
Ya la susodicha, no estaba a la vista. Evidentemente estaba con
su Patrón.
Decidieron entrar nuevamente al Auto y aguardar allí.
La mujer entró sigilosamente y en cuánto estuvo enfrente de su
Señor, comenzó a temblar de una forma visible y Su Señor, se percató de ello y
ese detalle lo hizo entrar en desconfianza y pensó:
(¿Qué estará tramando esta ilusa? ¡La he visto con tres hombres!
¡Tres hombres!
¿Qué se estará creyendo ésta?
¡A mí nadie me engaña!
¿…Y mucho menos…dándome cuenta de ello…?
¿Y con tres? ¡Mansita! ¡Mansita! ¡Golosa!!!
¡Yo soy un Macho! ¡Yo me he batido…solito!
¿Será que yo solito…no le basto? ¡Qué bárbara! ¡Yo casi ni puedo
con ella y…se busca a tres! ¡A tres!
¿Y…yo…en dónde quedaré?
¿…Solito…otra vez…? ¿…Solito…sin
nadie a mi lado…?
¿…Qué será de mí…? ¿Y quién
me preparará mi comidita? ¿Y mi
ropita…quién me la lavará…sin cobrarme nada? ¿Y esta Mansión…quién me la
cuidará…quien me la limpiará?
¿Quién se preocupara de mí?
¿Me quedaré íngrimo? ¿Íngrimo…o sea SOLO?
¿Quién me dará calor…en estas noches frías?
¿Quién me abrigará…cuando esté dormidito?
¿Quién…quién…? ¡…En mi soledad…solito…me moriré de frio…cuando
esté dormidito…!
¡No…no puede ser! ¡A esta
la agarré porque es muy pendeja! ¿Pendeja? ¿Y busca a tres de una sola
vez? ¿Y si se me da a la fuga con estos
tres? ¡Me salió golosa la mujer!)
El gentil caballero, seguía impertérrito en su hamaca y su dulce
mujer…parada frente a él, con la cabeza gacha y esperando a que su Señor, se
dignara a dirigirle su palabra a ella.
(¿…Y qué hubiese pasado…si yo siguiera durmiendo….?
¿Y si en vez de
despertarme…hubiese seguido durmiendo?
¿Debo dormirme
plácidamente de ahora en adelante?
¿Podrá esta casta mujer
con los tres?
¿Y por qué a mí me dice,
que yo soy demasiado para ella?
¿Y por qué la última
vez…sollozando me dijo…. ¡Ya papi…ya!?
¿Cuántas veces me lo
dijo…habrá sido en tres…una por cada uno?
¿Cuándo fue la última
vez? ¿Habrá sido hace…tres…o cuatro meses…?
¿Cuándo…carajo? ¡No me
acuerdo ya!
¡Pero si me acuerdo…qué
me dijo: ¡Ya papi…ya!
¿Habrá sido tres veces?
¿Cuándo fue la última vez…? …tres…cuatro o más…
¡Qué mala memoria la mía!
¿Será que tanta actividad sexual…me está robando mis energías?
¿Tendré que reducir…para
preservar mis energías?
¡No puedo seguir como un
loco…dándole y dándole mis energías…cada vez que ella quiera!
…Y claro…me quedaré en el estero…y llegan estos tres… ¡Y…y se me
va a ir con ellos!
¡Ya entendí ese macabro plan!
¡…Ahora…no lo logrará…conmigo…no lo logrará más!
¡La voy a castigar…ahora
se tendrá que aguantar unos cuatro o seis
meses más!
¡Tendrá acceso a mis
energías…una o dos veces al año!
¡Ese será tu castigo…por
golosa! ¿Y de a tres…conmigo?
¡Golosa! )
La mujer, se asemejaba a una estampa de sumo dolor. Allí
estaba…en pié enfrente de su Señor, ella con la cabeza inclinada en señal de
sumisión y obediencia sin límite y él…con la cabeza inclinada y su mirada
extraviada…como si estuviese mirando a través de su techo.
El enojo de su Señorial esposo, se extraviaba en el espacio
sideral.
Nada parecía resumir…su extrañeza.
Estaba absorto y extraviado…lo que vio…sencillamente lo dejó
descompensado…atribulado…
- ¡Mi adorada…casta y virginal costillita mía!
- ¡Habla…dime y tu más fiel esclava…te obedecerá al instante!
- ¿Podrás responder a mi pregunta?
- ¡…Siempre…siempre!
- …Dime…mi dulce inspiración…
- ¡Habla mi amado! Tus palabras son un dulce elixir…que elixita
mi vida…mi todo…
Y el muy amado esposo, seguía en sus cavilaciones:
(¿Cómo haré para que esta pendeja, no se entere de que yo ya se?
¡Porque ya me enteré de su pérfido plan! ¿…Sospechará…pero no se enterará? ¡Qué
se entere por ella misma…de mis finos labios…jamás!
¡…Ya se enterará que yo: Jenaro Buenaventura…ya lo sé y todo!
¡Pérfida! ¿Después de que ha disfrutado de mis
extensas riquezas…de qué ha comido de mi propia mano…de que la he
vestido con mis propias manos…de que te
he tenido y mantenido, con mi propio y único peculio…me vas a abandonar y…con
tres?
¿…Y si acaso…ese plan es más macabro de lo que he visto…y
si…quieren matarme…y quedarse con todos mis tesoros? ¿Habrase visto en esta
humanidad…algo más cruel…vil…y villano…y…cruento que todo esto?
¿…Qué análisis harán los grandes historiadores de este género
humano, cuando esta infamia se haga pública?
¿Cuál será el veredicto que los Grandes Jueces de la humanidad
darán de esta cruel…cruenta…vil y villana acción se ejecute?)
En estas profundas meditaciones se encontraba, cuando la
intrépida señora…lo interrumpió, para informarle, lo siguiente:
- …Perdona a tu torpe costillita…mi muy bien amado y excelso
varón…
Aquellas palabras, pronunciadas como un suave murmullo, sonaron
como una tremenda ola reventando en una fuerte roca., logrando el efecto
deseado…aquel pensador…tuvo que bajar a
la tierra y ver…quién osaba interrumpirlo…
-----Esta novela está en ebook y está disponible para el que desee bajarla en este mismo Blogs. Espero que sea del agrado de todos......
¡Saludos!
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “El pasajero desconocido”-…Bueno como te venía d...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “El pasajero desconocido”
-…Bueno como te venía d...: “El pasajero desconocido” - …Bueno como te venía diciendo. Yo estuve viviendo en esa época, allí en donde transcurrieron los hechos. ...
-…Bueno como te venía d...: “El pasajero desconocido” - …Bueno como te venía diciendo. Yo estuve viviendo en esa época, allí en donde transcurrieron los hechos. ...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “El pasajero desconocido”-…Bueno como te venía d...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “El pasajero desconocido”
-…Bueno como te venía d...: “El pasajero desconocido” - …Bueno como te venía diciendo. Yo estuve viviendo en esa época, allí en donde transcurrieron los hechos. ...
-…Bueno como te venía d...: “El pasajero desconocido” - …Bueno como te venía diciendo. Yo estuve viviendo en esa época, allí en donde transcurrieron los hechos. ...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “El pasajero desconocido”-…Bueno como te venía d...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “El pasajero desconocido”
-…Bueno como te venía d...: “El pasajero desconocido” - …Bueno como te venía diciendo. Yo estuve viviendo en esa época, allí en donde transcurrieron los hechos. ...
-…Bueno como te venía d...: “El pasajero desconocido” - …Bueno como te venía diciendo. Yo estuve viviendo en esa época, allí en donde transcurrieron los hechos. ...
-
…Bueno como te venía diciendo. Yo estuve viviendo en esa época, allí en donde
transcurrieron los hechos.
La
cosa comenzó de la siguiente forma:
¿Conociste
a la Inspectora Nora Araujo? – El rústico hablador era un hombre de apariencia
muy desteñida.
Esta
vida como que no ha sido muy benigna con él.
De
aspecto muy lóbrego, su chemise se veía además de vieja, se le notaba sucia y
ajada.
Llevaba
un cuñete que en algún momento fue el envase de pintura de caucho.
Por
fuera se le notaba en muy buen estado.
Y
dentro portaba una bolsa de hule.
Y
bien escondida…una botellita de cocuy o algún licor de los más barato que
venden en el mercado.
-
…Y tal como te estaba comentando…
La
Inspectora Nora, era una mujer de “armas tomar”.
¿La
conociste?
-
…No.
-
¿Nunca oíste hablar de ella? – En realidad no estaba interesado en lo que me
hablaba este hombre y menos después de verlo cuando en un descuido, se tomó un
buche de ese licor apestoso…gasolina de avión.
-
¿No me escuchaste? – Me inquirió en forma directa y fue cuando le vi su cara de
frente.
Aparentaba
ser mucho mayor, de lentes todos rayados…seguramente era de mucho aumento.
Pero
a pesar de que estaba tomando allí en ese espacio tan público, no le noté el
aspecto de “borrachito impertinente” y por esa simple razón, volviendo y
fijando mi atención en él, le pregunté…
-
¿Qué me preguntaste? Discúlpame…estaba absorto en otras cosas. – Me miró con
una risita medio estúpida y me dijo…
-
¡El calor primo…es el calor! A todos nos vuelve locos. – Y no era para
menos…Estábamos montado en un autobús y entre esas paradas ruidosas y esas
aceleradas atormentantes, aunado a tantos y tantos vendedores ambulantes…por
supuesto que son asfixiantes.
¿Pero
qué le podemos hacer?
Teníamos
que seguir, tratando de sofocar además
de ese calor asfixiante, los ruidos que son para vivir como un desquiciado,
el
vaivén de un chofer que de repente le da un ataque de locura, acelerando o
frenando o intentando pasar entre un espacio menor a tres metros, y que de
repente le da otro ataque esquizofrénico y le da por entrompar ese monstruo que
maneja como para tratar de intimidar a todos, para que ni se les ocurra
ponérsele en su frente.
-
…Esa Inspectora, esa si que era más macha. No mascaba para caerle a tiros a
tantos malandros que pululaban en Maracay.
-
¿En Maracay…Aragua…? – Le pregunté, porque en esa ciudad había vivido en alguna
etapa de mi vida. Él me sonrió, me hizo señas con sus manos de que esperara, ya
que el chofer le había dado por acelerar con frenesí, haciendo ronronear el
motor de ese pobre autobús.
Miré
hacia el frente… ¡Dos carros pequeños iban por delante…los mismos! Al parecer encaraban
una disputa entre esos dos…uno quería adelantar al otro.
En
una calle de dos vías.
Y
el autobusero pretendía que se echaran a
un lado, para dejarle el paso a él solito.
Pero
no, ellos tenían su propio enfrentamiento.
Así
que no se lo permitieron. Tuvimos que tragar saliva y aguantarnos, el
hombrecito que manejaba comenzó a chillar y a rebuznar…seguramente estaba en
pleno frenesí.
¿Y
nosotros los pasajeros?
Quedamos
en espera a que esos titanes en ruedas, resolvieran sus diferencias.
¡Y
Dios es Grande!
Uno
de los “corredores” aceleró bruscamente…una cola de humo emergió de sus
silenciadores y en cuestión de segundos…desapareció de la escena…el chofer
aprovechó y aceleró también y logró rebasar al otro que atónito…se quedó con su
bocota bien abierta.
Y
nosotros pudimos respirar, muy aliviados. Mi compañero de asiento, sacó a
relucir su botellita de “gasolina de avión” y alzándola en vilo, me dijo…
-
¡He vuelto a nacer! ¿Quieres un traguito? – Me la enseñó y arrugando mi cara le
repliqué…
-
¿Con eso lavan las patas de los gallos de pelea?
-
¡Y lo beneficiosa que es!
-
¡Gracias compañero…paso! – Y ni se inmutó… ¡Sonoro tragazo que se dio! - ¡Esto
es solo para machos como yo!
Me
le quedé mirando y al instante le respondí…
-
¡Eso es para burro, mi amigo! – Tapó su botellita y la guardó.
Y
enseguida arrancó con su relato…
-
¡Como te iba contando…!
Esa
mujer se echó al pico a más de una docena de malandritos. Fue su azote. ¡No les temía…para nada!
Con
contarte…que se les enfrentaba…ella solita.
No
esperaba refuerzos ni nada.
En
una ocasión andaba ella sola, y le llegó el chisme…bueno tú sabes, esa gente de
las policías, se pasan la información entre ellos.
O
seguramente algún soplón…
¡Son
muchos los medios que ellos tienen para conseguir esos datos!
La
balacera fue espantosa.
¡Ella
se batió solita contra toda una banda de facinerosos!
Eso
fue en plena Av. Constitución y a pleno día…
¿No
te enteraste? – Ya había captado toda mi atención.
Y
me tenía asombrado, al escucharlo hablar con su correcta dicción, los
silencios, el tono de su voz me delataba que estaba ante una tremenda
dicotomía: ¿Su apariencia y comportamiento? La de un indigente…borrachito y
viejito.
Pero
al abrir su boca, me daba la impresión de que estaba ante un catedrático. Que
sabía a la perfección todo cuánto narraba.
-
¿No me dijiste que viviste también en Maracay?
-
…Si, pero de verdad…nunca me enteré…
-
¡Eso Salió por todos los periódicos y todo!
-
…Está bien…pero no me enteré. Pero sigue, sigue…
-
Contaron… ¡Seis! ¡Fueron seis los delincuentes que ella misma liquidó! ¿Y no
sabes lo que le pasó a ella?
-
…No…lo ignoro.
-
¡Nada!
-
¿Nada? ¿Qué era la “Mujer Maravilla” o qué?
-
¡No le pasó absolutamente…nada!
Y
allí quedaron todos los cuerpos cosidos…
¡Y
todas las balas salieron de su arma de reglamento!
Ni
un rasguño, ¡ni siquiera se despeinó!
-
¿Y los mató a todos?
-
No. Uno escapó. No lo pudieron agarrar.
Porque
al comenzar la balacera, comenzaron a llegar patrullas desde todos los ángulos.
Dicen
que lo persiguieron…
¡Pero
qué va!
¡Ese
desgraciado corrió y se metió por una cañada…y se evadió!
¿Y
qué pasó con ella? Bueno entre ellos, se enmienda la plana.
El
caso es que después salió por la prensa, que: “Una acción conjunta entre todos
los Cuerpos policiales adscritos al Ministerio de Justicia, habían juntado sus
fuerzas para limpiar y adecentar aún más a nuestra sociedad”
“Y
que este era un mensaje a todas las bandas de atracadores para que depusieran
sus acciones vandálicas y se entregaran a la Justicia, para un juicio justo”
¡…Y
toda es paja loca que inventan los políticos…puro: bla, bla, bla”
El
narrador calló, tomó aire. Chequeó hacía todos lados. Al comprobarse a sí mismo
que todo estaba normal, volvió a mirarme y me dijo…
-
¡Era brava esa mujer!
-
¿…Y por qué me dices que “era”…ya no existe?
-
¡No que va! A esa la tenían en la lista. Y seguramente que le sobraban los
enemigos.
-
¿Aja y qué pasó con ella?
-
…Después de esa escaramuza. Hubo un tiempo que no se supo más de ella. Hubo un
silencio. Pero yo creo, que ella cayó en desgracia…
-
¿Por qué…estaba implicada con el narcotráfico…?
-
…Nnnno está muy clara la situación… - Se rascaba la barba. Me miraba con aire
de desconcierto.
Y
me dije… ¡Éste tipo no es lo que aparenta…!
¡No
puede ser…a simple vista es un pobre diablo!
…Ahora
me falta que aparezca ante mí un doctor…o un profesor universitario…o un
filosofo…
-
…A la pobre Nora…la emboscaron…no está muy clara la noticia.
No
sabría decirte: ¿Fue los narcos o el hampa organizada…? ¡Nunca se sabrá!
¡Es
un misterio!
…Ellos
sabrán la verdad de los hechos; a nosotros lo que nos llegan son historietas.
¿Qué le podemos hacer? – Me quedó rondando en mis elucubraciones.
¿Cuántas
mentiras nos echarán los “Representantes de la Ley”?
Ellos
los certifican. Lo juran ante una Biblia. Ante un Jurado. Ellos son la Ley.
¿Nosotros?
Somos
carne de cañón…
-
…Nora era delgadita. Menudita. No era bonita. Senos chicos…
¡No
era muy agraciada como mujer…! Pero a pesar de que ya había matado a varios, no
era ni mal hablada, ni pedante, ni grosera. Es mas los que no la
conocieran…seguramente que ni atención le prestarían.
-
¿…Pero no hicieron averiguación…? ¿Quedó muerta y ya?
-
…A lo mejor la hicieron… ¡Perooooo!
-
Como termina todo en este país…
-
¿Tú conoces Tinaquillo?
-
¿Tinaquillo? ¡Claro que si!
-
¡Yo viví allí! ¿Y conociste al capitán Mercado?
-
…Nnnno… No creo conocerlo. ¿Y quién es ese?
-
El se lanzó a gobernador… ¡Y ganó!
-
¿Ah…si? (Me parece demasiado fantasioso…) ¿Y tú lo conociste?
-
¡Como estamos hablando los dos ahorita!
-
¿De verdad…no me estás vacilando?
-
¡De verdad! No tengo por qué estar mintiéndote.
Y
te aseguro, por lo menos cuando estaba en su etapa de candidato, que fue cuando
más lo trate.
Porque
después como que se le subieron los humos…
¡Y
ya era insoportable!
Y
me recuerdo, que era un pata en el piso.
¡Pobrecito!
Ni
dinero tenía para movilizaciones.
¡Y
no sé de dónde lo sacó!
Pero
al parecer se lió con unos poderosos de por allá…cuyos nombres mejor ni te los
doy…
¡No
vaya a ser que me meta en problemas…!
-
¿Si lo dices por mí…?
¡No
conozco a nadie de por esos lados!
Y
me daría igual, si los nombras o no. ¿Total?
¡Ni
sé quiénes son!
-
…Son gente muy poderosas. ¡Mafia! Y te cuento que después que trabajé para este
capitán ya retirado…Escuché muchas cosas. ¡Muy peligroso ese tipo!
-
…Será…
-
Mira al principio, no me pagaba porque no tenía plata…
-
¿Y de qué vivías entonces…?
-
…Ya vas a ver…El me alojó en su propia casa.
Comía
de su propia mesa.
Conocí
a su esposa…y también a las que no lo eran.
Él
me llevaba a sus “sitios” en dónde conseguía sus “tiernitas” como las llamaba
él.
El
tipo era buena gente. No te digo que comía de su propio plato. Era muy humano.
Pero el poder ¡hermano mío!
He
visto con mis propios ojos, cuando él hacía sus concentraciones…
¡Te
voy a contar una de ellas!
…Fue
en Tinacos. Se le llenó de pura gente campesinas.
Oí
cuando les prometió desde un pedazo de tierras, hasta semillas, palas,
arado…tractores…
¡De
toda vaina que le venía a su mente!
¡Se
volvió loco ofreciéndoles de todo!
…Y
lo mejor: ¡Se lo creyeron!
…Y
lo aplaudieron…
¡A
rabiar!
¡Había
alborozo…todos estaban contentos y hasta le prometieron que siempre estarían
con él!
¡Y
le cumplieron!
¡Siempre
contó con su pueblo!
…Una
vez que terminó con su arenga…
…Se
le salió decir: ¡Si me están creyendo…se van a caer de una mata de coco!
¡Yo
los voy a joder a todos ellos!
¡Mal
nacidos, apestosos campesinos ignorantes!
¡Les
voy a quitar hasta sus tierras!
¡Se
las voy a expropiar!
¡…Y
yo lo escuché! Cuando terminó de
decirlo, se volteó hacia mí… ¡Y me vio, el desgraciado! Y me gritó:
¿Escuchaste?
-
¿…Y qué le respondiste? – Le pregunté intrigado.
-
¿Quién…Yo? ¡No mijo, yo soy sordo!
Él
y sus guardaespaldas…se rieron de mi ocurrencia.
…Me
hice el loco. ¡Qué va! He visto con estos mismos ojos y he escuchado con estos
oídos míos…
¡Muchísimas
cosas!
¿Y
por qué te estás creyendo que aún sigo vivito y coleando?
¡Se
lo negué muchas veces, es más le demostré que jamás escucho lo que no debo
escuchar!
¡…Gracias
a Dios!
Porque
una vez que quedó electo…uno a uno, fueron desapareciendo las personas que de
una u otra forma, le obstaculizaron algo a él.
Y al darme cuenta de esto…comencé a separarme.
Poco
a poco.
¡Ni
ideas tienes del peligro en qué pasé!
Yo
conocí muchos secretos de él.
¡Morirán
conmigo!
Diciendo
esto, un aparatoso frenazo, nos hizo perder nuestra compostura.
Una
caravana de policías motorizados de forma inesperada se estaba batiendo a tiro
limpio con otros, presumiblemente malhechores, quiénes respondiendo al ataque
blandían armas cortas y largas.
Nosotros
estábamos a unos escasos sesenta metros, y menos mal que no estábamos en la
línea de tiros.
…Pero
por supuesto que caímos en una encrucijada.
El
chofer angustiado comenzaba a pegar alaridos, halándose las cuatro mechas que
aún conservaba en su pensera.
Las
mujeres que estaban allí gritaban y gemían, pero no querían perderse de nada
cuanto estuviese aconteciendo.
Pronto
se solucionó todo. En cuestión de angustiosos segundos, que se transformaron en
tiempos que no querían pasar.
Al
llegar carros de patrullas y una decena más de motorizados, que llegaban de
todos los lados.
Aquello
fue un verdadero aquelarre.
Todo
era confusión.
Gritos
y chillidos. Mujeres con ataques de nervios.
Empujones.
Amenazas.
Un
verdadero infierno, todos desconfiando de todos.
-
¿A cuántos habrán liquidado? – Gritaba el colector presa de pánico.
-
¡Sácanos de aquí chofer estúpido! – Vociferaba una vieja ya fuera de si, que
estaba ubicada en la parte trasera.
-
¡Ay Dios Mío…aquí nos van a matar! – Gritaba otra.
Unos
chiquillos estaban gozando, viendo como se batían a tiros.
-
¡Se tiraron al gordito…! – Festejaba uno de ellos, ya desaforado y con más de
la mitad de su humanidad asomada por una de las ventanillas de esa unidad. Y en
el mismo instante, contemplé como su madre lo golpeaba con furia, para
esconderlo pero este ni pendiente de la angustia de su madre.
-
¡Mira como están cayendo como palomitas los bandidos! – Le gritaba otro de los
chiquillos.
Estaban
emocionados viendo en vivo y directo un enfrentamiento entre ladrones y
policías.
-
¡Yo apuesto a los policías! – Dijo uno de los jóvenes, y tenía en sus manos
varios billetes como para despejar toda duda.
Pronto
se le enfrentaron varios y sorprendentemente fueron ya hombres adultos quiénes
le rispotaban.
- ¡Yo apuesto a que matan por lo menos a uno
de los policías…!
-
¡A qué caen primero…los policías!
-
¡1.000 contra cien: cae un bandido primero!
¿Quién
me caza la apuesta…pero ya?
-
¡Va…aquí están mis cien! – Gritó un anciano que estaba ubicado en la mitad.
Corrió y le llevó su billete.
Mi
vecino estaba en estado pasivo, yo estaba angustiado y él al notarlo me hizo
señas y acompañó con palabras sus gestos…
-
¿Estás viendo…? – Me decía mientras señalaba ese carnaval de bajas pasiones.
-
¡…Ni te creas que esto es nuevo! ¡Ya desde la creación de los tiempos…Hace
millones y millones de años
…Los
humanos éramos así
…Y
por lo visto; no ha habido cambios!
…Y
eso qué Nuestro Señor Jesucristo vino a redimirnos de todos los pecados.
¡Qué
creación tan inhumana, la nuestra!
¡Ni
Buda, ni Mahoma, ni Cristo!
Dios
nunca se imaginó que al darle el “Libre Albedrío” a sus hijos o creaciones… ¡En
el tremendo rollo en que se ha metido!
Todos
estaban muy pendientes de esta apuesta.
De cuánto ganarían con la desgracia o el dolor de otros…
¡No
les importaba!
-
¡Cayó un policía! – Chilló uno por allá.
Todos
volvieron hacia la dirección que les indicaba.
En
efecto, una baja policial. Una vez comprobada la baja, corrieron a cobrar los
ganadores.
-
¿1.000 a cien a qué se muere? ¿Quién…quién…?
Mi
compañero de asiento, estaba igual que yo, presenciando atónitos todo cuanto
estaba aconteciendo.
-
…El género humano es muy contradictorio.
¿Te
has fijado lo irónico de esta vida?
…Allá
se están matando a tiros.
La
sangre está fluyendo a fuerza de tiros.
¿Y
acá?
¡Están
apostando!
Unas
cuántas locas están chillando.
Otras
están delirando viendo la sangre correr.
¿Y
esos carricitos?
¡Apostando!
Disfrutando
de una forma sádica.
¿Y
nosotros dos?
¡Asombrados
viendo las bajezas humanas!
Dime:
¿No está este mundo Crazzi? …O sea:
¡Loco!
Realmente
que estamos hasta vacunados, contra el dolor ajeno.
Ya
vemos estas cosas…y estamos como inoculados, no sentimos…insensibilizados
contra tanta podredumbre pueril y vana…
¿Será
esto lo que hemos dado por llamar: Humanidad?
Y
en uno de esos instantes, me tocó el brazo, halándome con fuerza y me dijo…
-
…Esto me recuerda un enfrentamiento entre narcotraficantes y policías, allá en
Ciudad Juárez, México.
¿Conoces
esa bella ciudad? – Yo me le quedé viendo.
No
supe reaccionar en el momento.
Angustiado
como estaba por la tremenda tirazón en que sin querer me encontraba sumido.
Así
que sin prestarme la menor atención, continuó con su nuevo relato…
-
…Allá en México la situación está bravísima con los del narcotráfico.
¡Se
están matando a plena luz del día!
¡Mira
ni idea tienes de cómo están de feas las cosas allá!
-
¿Qué también viviste allá?
-
¿No me crees?
-
¿En México…?
-
Llegué hace poco. Estuve viviendo en Ciudad Juárez y te comento que allí ya no
se puede vivir.
¡Todos
los días matan gente allá!
¿Supiste
lo que le pasó a una gallarda mujer allá?
-
No.
-
Su marido, fue ajusticiado por los narcos y esa mujer se lanzó como candidata a
Alcalde ¡y ganó!
Y
desde ese entonces les declaró la guerra.
Ella
solita. ¡Valiente esa mujer!
-
Dime algo…tú me tienes asombrado…Y me disculpas, pero es que no logro entenderte…
- Se sonrió y me dijo…
-
Aja, dime que es lo que te inquieta de mí…
-
Es que por tu apariencia, a simple vista lo que me dices de tu persona es que
eres un ser…no sé que vives al día.
¡Me
desconciertas!
Pero
al hablar contigo…resulta que no eres un ignorante, y ni siquiera un
“borrachito” aunque des esa impresión… Me perdonas mi sinceridad, pero es que..
- ¡No te preocupes! La verdad, es que las
apariencias siempre te engañan…y ya estás viendo esta.
Y
déjame decirte, que no eres ni el único y ni siquiera el último. ¡Nos dejamos
llevar por las apariencias!
…Me
recuerda la vida y obra de tantos y tantos filósofos.
¡Hasta
de Santos que nunca se dejaron llevar ni por las ropas, ni por las apariencias!
¿Pero
qué le podemos hacer?
…Si
bien es cierto que “Los hábitos no hacen al monje”
¡…Pero
cuánto lo ayudan!
-
¿Y tú…sabes leer? …Me perdonas mi necia
duda…
-
…Aquí en dónde mes ves, con esta apariencia que tengo…
¡He
dictado clases y conferencias!
Yo
leo mucho. Me la paso pegado en el Internet.
Me
encanta mucho observar al “Zoo Humano”
¿No
te has puesto a detallar la diversidad de rostros?
…Y
a pesar de que tenemos la misma cantidad de ojos, que todos tenemos nariz y
boca…No nos parecemos…
…Hay
personas que te miran de frente…y otras cuando tú pasas y le das la
espalda…entonces te miran…
Como
también las hay…
¡Qué
te dan escalofríos!
Son
pavosas y te traen… ¡Muchas desgracias!
¿Estás
consciente de esto?
…Y
no estoy descubriendo ni el agua fría…
¡Como
tampoco la caliente!
¿No
te ha pasado qué cuando tú ves a alguna persona…? …Y te ¿Parece conocida?
.....Este relato con seguridad seguirá apareciendo....Mañana Domingo......
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