-Google imágenes-
“Corto en relatos”
“¡Esta
es mi historia!”
Tenía
tiempo que no lo veía y en cuanto me vio, me agarró por mi brazo y me dijo casi
suplicante:
¡Necesito
hablarte! Es primordial que escuches mi historia.
¡Tengo
problemas muy serios!
En
efecto, esa premura y el verlo en tan precaria apariencia tanto de su persona, -me
dejó en una sola pieza- como
su forma de vestir y el manifiesto nerviosismo que lo consumía. Parecía un
demente, un loco desquiciado.
¡Y eso
fue lo que hizo detener mi camino y
dedicarme a escucharlo! Y esto fue lo
que me refirió:
-
¡Hermanito estoy que me consumo por dentro y por fuera!
- …Esta
bien Rodrigo…Pero cálmate. Te noto
muy -¡demasiado
digo yo!- estresado, agitado…Trata de mantener la
calma…Plis ¡ya me estás contagiando tu nerviosismo! – El amigo me hizo señas de
que ya se iba a calmar, y me señaló un sitio en donde al parecer podíamos
charlar, con cierta privacidad.
Nos
dirigimos a mas de diez metros.
Pero era
tal el descontrol, que en varias ocasiones me detuvo y con señas me trataba de
informar. Noté cómo mantenía reprimida una inmensa cantidad acuosa (Su apariencia me
horrorizaba) que sus enrojecidos ojos lo acusaba.
Como pude
traté de darle ánimo.
De tranquilizarlo. Pero confieso que fracasé. Por lo que me dejé
guiar por él. A la final, llegamos al sitio que él mismo consideró placido como
para transmitirme todo su drama.
Me
agarraba profusamente mis manos
-eso en verdad me incomodaba, pero entendí el nivel de descontrol en que
se mantenía…Por lo que se lo permití.-
Ya en el sitio en que él consideró cónsono a su criterio, se detuvo y
comenzó con un torrente de palabras sin sentidos.
Pero
poco a poco, comenzó a discernir y a darse cuenta de que era perentorio que se
tranquilizara…Y eso, lo fue logrando en varios segundos posteriores.
Respiró
profundamente y en medio de su letargo instantáneo, comenzó a razonar su
verdadera situación…
-
Perdona…Sé que te estoy manteniendo en una situación que no es la tuya. Pero tú
eres mi hermano. Y te quiero y aprecio ¡un montón! Recuerda que fui -¡porque ya no lo soy!- un Alto Ejecutivo. Ganaba bien. Tenía mi
apartamento en Maracay.
Mi casa
de campo cerca de San Juan de los
Morros.
Tenía 2
carros ¡que ya no los tengo!
Bueno
llevaba una vida decente.
No le
debía nada a nadie. Solvente. Ayudaba a los que podía, y si no podía, por lo
menos le gestionaba algo…Nunca despaché a nadie sin siquiera una palabra de
aliento.
¡Pero
hoy en día…Estoy en el lastre! En la carraplana. En la mayor de mis miserias…
- ¿Y qué
te pasó hermano?
- Por la
política imperante en este país.
¿Mi
apartamento? Lo tenía alquilado y ahora…Me lo han expropiado. Mi inquilina
aprovechando que tiene 2 críos…Decidió quitarme mi apartamento. ¡Me dejó en la
calle! Y no hay Ley que me proteja. Ya que me acusó alegando que yo soy
millonario, dueño de haciendas y que ella no tenía nada. ¡Y me despojó de mi
propiedad, así de sencillo!
¿Mis
carros…? No se consiguen repuestos. No se consiguen cauchos. Ni baterías.
Los
mecánicos cobrando lo que le da la gana.
¡Nada!
Así que me ha tocado regalarlos por casi nada.
¿Mi
trabajo…? Por la situación que impera en
este país…Hicieron reducción de personal. Logré mantener mi puesto…Pero ya a la
tercera reducción… ¡Para afuera!
…No me
han pagado los últimos meses…Que son unos 4 meses.
¡No me
han dado ni un céntimo!
(…Y no
es que cuento esto para pedirte dinero prestado ¡No señor!)
Con
decirte…He tenido que ir vendiendo cada una de las cosas que me han quedado. ¡Y
para colmo? He salido positivo con la diabetes. ¡Ahora soy diabético!
¡Qué
maravilla, no? Y todo centavo que me ha caído…medicina, tratamiento…En fin.
Me he
tenido que volver a mi casita de campo, y sabrás que yo tenía una vecina que le
pagaba por cuidarme y limpiarme la casa ¡pues le tuve que decir: Señora no
puedo mas, no puedo pagarle ni un centavo mas!
¡…Y sabes lo que me dijo?
- Señor
Rodrigo…No me despida. ¿Cómo puedo mantener ahora a mi hijito…? – Me ha partido
el corazón. ¿Te imaginas eso?
Yo por
lo menos estoy solo en esta vida, pero esa señora…Tiene un hijito que no vale
por sí mismo. ¿Pero qué puedo hacer ahora yo…?
- ¿Y qué
te dijo?
- Yo
tengo dos gallinitas. Viejitas las pobres, pero dan su huevo diario. Un día una
y el otro día la otra…Y comen lo que consiguen en la tierra. Son “pica
tierra” Porque ya no puedo comprarle
alimento alguno, y hasta pensé comérmelas…Pero entonces pensé: ¡Cuento con un
huevo diario! ¡No puedo sacrificarlas!
Pues bien, la vecinita me propuso…
- Deme
la mitad de ese huevito, para poder dárselo a mi hijo y el resto se lo come
usted.
¿Qué
puedo decirle…? No tengo corazón para decirle que no. No puedo.
Así que
eso es lo que estamos haciendo.
¿Qué
tal? ¿Qué te parece…?
¡Esto
está caótico! No hay nada ni se consigue nada.
© Bernardo Enrique López Baltodano 2016
Nota:
Internet
utiliza cookies para optimizar la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio
web.
Si continúa utilizando este sitio,
asumiremos que está de acuerdo. ¡Gracias por su preferencia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario