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“Corto en relatos”
“Fue en un momento impreciso”
Porque cuando esto
sucede, al principio importancia no le dí.
¡Pero después…?
Quise estar en donde
no estaba…
No sé, cómo tampoco logro entender el por qué pasa lo que
pasa. Estaba solo en la casa.
¡Tampoco logro asimilar esto: ¿Por qué a mí?!!
Y digo y afirmo esto, ya que de la manera mas tonta me pasó
este “fenómeno” y lo catalogo así, puesto que no logro una explicación lógica,
mas bien entraría en el mundo de la sinrazón y el sin sentido.
Todo me ocurrió de una manera un tanto sonsa y hasta sin
importancia…Pero ¡me sucedió!
Y ese es un hecho cierto, para mí.
Estaba en la casa. Y decidí (me nació de repente) ponerme a
leer una novela que ya llevaba un tiempo sin poder ni siquiera abrirlo, así
que lo busqué en el mismo sitio en donde
suelo dejar los libros que aún no he leído; pero cosa curiosa, ¡no lo pude
ubicar! …Y lo busqué…Y rebusqué.
Reconozco que me encontraba fastidiado. Encendí el televisor,
pero no encontré algo agradable para mí.
Hice lo mismo con el equipo de sonido, comencé a ir de una
emisora a otra, tanto en am como en fm. Finalicé apagándolo.
Comencé con esa manía mía de ponerme a pensar y a meditar
¡hasta que ya muy molesto comencé a buscar ese dichoso libraco!
Me costó. Pero a la final lo logré capturar y es que estaba
en el peor de los sitios, en donde nunca dejo nada pendiente por leer.
¡Pero lo logré!
Emocionado comencé a hojearlo.
¡No me recordaba en donde lo había dejado de leer! Por lo que
lo volví a empezar.
Me encontraba embelesado en esa lectura, que poca importancia
le presté a mi entorno.
Al principio fueron unos extraños sonidos.
De vez en cuando levantaba mis cejas para tratar de
vistear…Pero en verdad: ¡No podía despegarme!
Pero “eso” continuaba,
solo que ahora los oía mas altos y disonantes. Como si le hubieran colocado
unos parlantes muy poderosos.
¡Molesto ya, cerré el libro y me dediqué a chequear! …Pero nada.
Fui a la nevera y comencé a buscar algo para tomar. Me decidí
por tomarme unos sorbos de agua bien fría. Hice un bosquejo rápido, con la
finalidad de volverme a enfrascar.
Todo estaba bajo control. Por lo que volvía a una de mis
mayores delicias.
Y cuando ya estaba encaminado nuevamente en la trama de esa
obra…
¡Vi una sombra negra que me pasó por un lado!
- ¡Chanfles! – Dije apartando de inmediato ese relato. Pero
no logré ver nada mas.
Retorné. Me acomodé.
¡Y de repente veo una figura muy confusa y
distorsionada! Y pasaba a escasos tres
metros de donde me encontraba sentado. Y me miraba fijamente. Y en su gesto,
entendí o comprendí que no era de su agrado. ¡Eso me espelucó todo!
Pasmosamente lo contemplé.
No atinaba a dilucidar ¿qué cosa era “eso”?
Mi corazón se me aceleró de una forma rotunda, que me dio la
impresión de que se me iba a salir.
Mi respiración se me detuvo en forma brusca.
Y lo que pasó después, pues en verdad no me recuerdo. Tan
sólo sé que me encontraba en la calle. En la otra acera, enfrente de mi
residencia.
Jadeaba como un loco. Y los vecinos que me vieron corrieron
al verme en el estado de conmoción en que me encontraba sumergido.
Balbuceaba. Mis quijadas se estrellaban una encima de la
otra. No logré decir una sola palabra coherente. ¡En fin! Tuve que dejar de
leer.
Y como cosa curiosa…Jamás pude volver a encontrar tan
excelente escritura.
¡No pude ubicarlo de nuevo!
© Bernardo Enrique López Baltodano 2016
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