“Fuiste
mi Padre”
Hoy se celebra en Venezuela “El día del Padre”
Y es en esta ocasión en que quiero rendirle un tributo a todos los
PADRES (En mayúscula)
que como yo, hemos ejercido y ejercemos con todo el honor y el deber
que esta labor conlleva.
Felicito a: Audio Luzardo, Will Morantes, Arnaldo Atilio González
Gonzále (Q.E.P.D.), Juan Manuel López Baltodano (Q.E.P.D.), Dimas López Cajinas
(Q.E.P.D.), Javier Perozo, Nelson Montero Duran (Q.E.P.D.), Flavio Vanegas
Estevez,
Juan Carlos López Paredes,
Juan José López Paredes, Cristóbal Enrique López Boscán, Bernardo
Enrique López Boscán, David Jesús Medina, Néstor Guido Parada Vanegas, Jairo
Navas, al don Francisco (en rio Hacha – Colombia),
Héctor Galindo (Bogotá), Víctor Finamore (Venezuela)
Juan Carlos Faró (Caracas), Miguel Angel Pérez (En alguna parte de
Venezuela), Juancho Salguera (Maracay – Venezuela), Chere Salguera (Maracaibo),
Róger Iván Sardúa Cazorla (Guacara), Francisco Nieves (Valencia – Venezuela),
Benito Maldonado (México) y a tantos y tantos Padres, que se me van
de la memoria.
A todos los Padres del mundo entero, les deseo todo lo mejor que
Dios les pueda dar y les pido perdón a los que no he mencionado.
Sé que somos muchos, quizás no tanto como la humanidad deseara, pero
somos Padres.
Que disfrutemos “nuestro día”
Fuiste
mi Padre
cuando
nadie lo era,
me
llevabas de la mano
con
tu mayor orgullo.
Me
enseñaste a besarte
y
a pedirte la bendición,
mientras
otros nos miraban
con
desdén
puesto
que hombre no besa
a
su hijo,
tu
me indicabas que esa
era
una falacia y que tú siempre nos has querido a mi hermano y a mi también.
Que
el portar pantalón
no
te hacía un hombre.
Que
el lavar los platos,
no
me convertía en “mujercita”
Me
enseñaste con tu ejemplo
que
nada se pierde con
aprender
a hacerme mi propia comida.
Y
que el hacer las labores de la casa
para
ayudar a mi vieja
no
me convertirían en “una loca”
Me
obligaste a responder
a
mis deberes.
A
respetar a mis mayores.
A
decir “Buenos días!
Y
que si quería algo
debía
sudarlo.
Y
que si quería ganar mas
debía
doblegar mis esfuerzos.
Me
enseñaste muchas cosas
menos…Mi
querido viejo
a
como escoger a mi compañera,
tampoco
me enseñaste
¿Qué
debía hacer con…Ella…?
He
tenido mis aciertos,
Aunque
mis derrotas me han dejado
marcas que son indelebles.
He
hecho lo mejor que he podido,
mis
hijos son buenos hijos,
buenos
hermanos, buenos esposos
y
por sobre todo: ¡Muy buenos padres!
¡Gracias
mi viejo amigo y Padre!
Tus
hijos nos hemos levantado
de
tu mano.
Y
ninguno hemos errado nuestro destino.
¡Dios
debe estar bendiciéndote por siempre!
Y
a mí en lo personal:
¡He
perdido a mi mejor amigo!
¡El
único que en verdad me ha apreciado
y
querido por siempre!
El
que siempre veló por mí.
El
que me acompañó siempre.
El
que se bajó de su propio vehículo y me lo dio para que me pudieran dar mi
trabajo.
El
que se despojó de sus bienes para dármelos a mí…Su hijo.
El
que me compró una parcela que tenía
su
casa y me metió a vivir allí,
en
unión (de la que fue) mi esposa
y
a mis hijos.
…Cuanta
falta me haces,
mi
querido viejo
¡Ni
idea tienes!
…Espero
verte pronto.
…Y
abrazarte con toda mi fuerza.
Y
decirte: ¡Bendición Padre querido!
…Me
hacen falta tus palabras…
En
esos momentos de tribulación…
De
enojo. Perdición. Abandono.
En
donde perdido me encontraba…
¡Y
te busqué en todos los lados!
…Pero
solo me encontraba.
Y
lloré. Amargamente.
Como
solo los hombres lloran a su padre.
Te
amo mi viejo.
Mucho
mas de lo que yo me creía.
En
esos instantes en que solo y triste me encontraba, en donde mis constantes
tribulaciones hicieron presa de mí ser.
…Y
muchos desatinos cometí.
Vagué
por las calles.
Por
los pueblos en donde viviste…
Y
no te vi.
Ya
nadie me hablaba de ti.
…Tus
abrazos y constantes besos…
Quedaron
grabados en mi ser…
En
todo lo que hacía.
Trabajé
mas fuerte que los demás…
Siguiendo
tus instrucciones.
Últimamente
me he sentido demasiado solo
…No
estás conmigo mi viejo, mi amigo.
Ahora
sé lo que es estar: Solo.
…Ya
conozco la soledad…
La
tristeza. La amargura.
Ahora
comprendo cuando te veía llorar.
Siendo
hombre, aprendí a hacerlo.
Porque
ahora…Yo lloro.
Lloro
por cada uno de mis hijos.
Y
por sus hijos.
Y
ruego Al Altisimo, que no les
pase
lo que a mi me pasó.
Pronto
nos veremos:
Manuel
de Jesús López Cajina
Ya
no será ni en: Managua, ni en Chinandega, como tampoco en Panamá, ni en Maracaibo como tampoco ni en La Victoria,
ni
en Guacara, Maracay, ni en Caracas…
…Pero
nos veremos, y podré abrazarte, besarte y sollozar en tu hombro.
Podré
descargar tanta y tanta amargura
que
esta vida me ha proporcionado
espérame
ñor López.
¡…Bendición
padre!
©
Bernardo Enrique López Baltodano 2015
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