OCUMARE DE LA COSTA DE ORO, VENEZUELA- ESTADO ARAGUA
“Hoy me he enterado…”
Es dura mi realidad.
En momentos como este…
No quiero abordar.
Me niego.
Pero ya me han informado.
Pensándolo mejor…
Ciertamente de tu lado me haz apartado.
Tú sabrás.
No me ha agradado.
Desde que te he conocido te he amado.
En ti he pensado. Mucho.
Pero está bien, las cosas son como son y no como uno
quisiera.
Es lamentable y en verdad, me ha dolido. Pero nunca es
tarde para enterarse.
En muchas ocasiones, no es como yo quisiera. Ya lo sé.
¡Me gustaría ser como el ave Fénix y remontar de mis
propias cenizas!
He de intentarlo.
En mi corazón y en mis pensamientos siempre estarás.
Y en ello me recreo.
…Y de allí –ni
tú, ni nadie me podrán sacar- allí
gobierno.
Mi mundo, mi existencia entera.
Es mi solaz. Mi descanso.
Bien relajado y asimilado.
Reino privado, en el cual he de mandar. Y aunque esté
solo.
¡Nadie de allí me podrá echar!
Seré siempre como el viento,
en tus ratos alegres…Allí estaré.
Cuando tus recuerdos
-en algún instante retornen a mí-
muy cerca estaré.
Y aunque ya no me puedas ni ver,
en sueños te evocaré.
Siempre serás la que nunca se fue, la que nunca de su
lado me han apartado.
Mi inspiración, mi respiración, constante ha de ser.
Sé que nunca de mi lograrás apartarme. Lo sé y lo
afirmo.
Un recuerdo muy sereno que en la lejanía se esfumará
tal como el sol se escapa cuando la luna se aproxima.
Nuestra vivencia la ha marcado el destino.
Quizás en algún instante retornará como suele hacerlo
el viento, cuando en suspenso queda.
Porque todo ha de renacer, sobre sus propias cenizas o
por decisión Divina.
Eso no lo sé…Pero confianza habrá.
Así ha de ser…O no será.
© Bernardo Enrique López Baltodano 2016
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