“Borrador de un cuento”
“Un relato de amor…”
Hoy es: Martes 16 de Sept.
- Anda. Yo trabajaré el doble, tan
solo para ti… - Lo dijo sin tratar de molestarlo, pero sin querer metió el dedo
en su llaga.
Él la contempló largamente y sin
decirle nada tan sólo la besó con frenesí. Quiso entrar en sus sentimientos y
homologarlos con los de él.
Y hasta pensó para sí mismo: ¡Dios!
¿Por qué me hiciste orgulloso? Porque si fuese un hombre blando podría aceptar
sin dilación su oferta. ¡Pero no puedo!
(¡Mira todo me lo está ofreciendo
hasta en bandeja de plata ¡qué de plata! De ¡oro! …Sería fantástico…Nuestra solución…Pero debo
redimensionarme. Ser otro. ¿…Podré serlo…?
“Nuestro mundo ideal” y sin
embargo…No puedo aceptarlo. Pero tampoco puedo decírselo. No podría entenderme,
ni mucho comprenderme, pertenecemos a mundos distintos. Y aunque nos amemos,
tal como entiendo que así es…No podría aceptarlo…
Tendré que mentirle. Tendré que engatusarla en
algo, pero no me puedo quedar…)
- Y ella ajena a sus pensamientos
luchaba denodadamente para convencerlo. Pero algo le decía que dijese lo que le
dijese…No lograría que él se le quedara…Y eso la hacía sufrir mucho.
No quería perderlo de nuevo. Y por
esa razón se aferraba a su cuello. A su cuerpo. A su boca.
- …Debo presentarme antes de las
siete de la mañana…Me van a ofrecer un trabajo como vendedor viajero…Es una
excelente oportunidad para mejorar mis finanzas.
- ¡Qué bueno! ¿Y podrás quedarte
conmigo entonces?
- Eso pienso. Y eso sería “mi mundo
ideal” estar a tu lado.
- ¡Qué bien! ¿Pero volverás a mí?
- En cuanto me asiente. ¡Volveré!
- ¿Y cómo para cuándo podrá ser…Eso?
- Pronto.
- ¿Para cuándo?
- Eso no sabría responderte en este
instante.
Tengo que ir. Tengo que ver: Primero
si me dan el empleo y después…Ya veremos.
- ¿Vendrás a mí?
- En cuanto pueda. No lo dudes.
- Porque si no vienes… ¿Me dirá en
dónde estarás?
- Por supuesto. En cuánto sepa, a
dónde es que iré a parar.
- …Bueno si no vuelves a mí…Yo iré
tras de ti.
Y estaré en dónde tú vivirás.
Y juntos comeremos lo que podamos
comer. – Él la contempló por largo tiempo y pensó muy dentro de él… ¡Ojalá que
así sea! Ya estoy harto de vivir solo, siempre en la intemperie. ¡Dios asísteme
y concédeme lo que siempre te he pedido! – Cerró sus ojos y rezó en silencio.
Abrió sus ojos y chequeó su reloj y le recordó la hora…
....Miércoles...Continuará....
No hay comentarios:
Publicar un comentario