Borrador de un cuento...---










Borrador de un cuento”




“Un  relato de amor…”






- Pronto debo partir. La carretera es larga y necesito llegar antes de la hora.
Me pararé en una bomba y me lavaré la cara. 
Para despabilarme y estar con buen rostro.
Que no denoten mas que mi cansancio de la carretera, pero que me den ¡ese trabajo! – Vicky lo miró y en su mirada recorrió cada segundo vivido con ese hombre. 
Recordó los muchos momentos  –aunque efímeros-  pero fructíferos al fin y al cabo lo disfrutó en su presencia…
Pero algo no le cuadraba del todo. 
No quiso o no tuvo la fortaleza necesaria como para tratar de impedírselo.
Prefirió dejarse llevar por el rumbo de los acontecimientos, pero aun así le dijo…
- …No sé el por qué pero no me deja tranquila ese viaje. Me parece muy peligroso y hasta estaría dispuesta a acompañarte.
¡Me da mucho miedo esa carretera tan sola y a estas horas de la madrugada! ¡Quiero ir contigo!
- ¿Y tú trabajo? – Ella se quedó callada.
En verdad, debía presentar un informe muy extenso y era preciso que lo presentase ante la junta directiva. 
No podía faltar.
- …Además es muy incierto mi permanencia allí.
A lo mejor me contratan y me envían de una buena vez a la zona que ellos han escogido para que yo la atienda…
- …Y no debo faltar mañana…Y no tengo forma de llamarlos para excusarme ante ellos…
- Mejor vas a tu trabajo y yo me presentaré al  mío a primera hora de mañana. – Le sugirió a ella.
- Tengo un mal presentimiento…
¿Y no puedes llamarlos para decirles que llegarás después de almuerzo?
- ¿A estas horas? ¿No ves la hora que es…? – Le dijo mientras le enseñaba la hora en su reloj de pulsera. 
– No puedo hacer eso y recuerda que es: una entrevista de trabajo. 
Y de mi desempeño, ellos decidirán si me dan el empleo o no. Y si no voy. Sencillamente pierdo esa oportunidad y a otro se la darán. 
Y no estoy dispuesto a eso. No señor. 
En un rato parto hacia allá.
- Pero no has dormido nada…
- No importa. Es mucho lo que voy a ganar. 
No perderé ese trabajo. No señor. – Ella lo abrazó fuertemente y mientras lo apretaba con fuerza, analizó…
Es cierto. A lo mejor me estoy dejando llevar por esos malos presagios que me acuden con insistencia. 
Pero a lo mejor él tiene razón. 
A lo sumo, el próximo viernes me escapo hacía donde él esté…Sea donde sea. Allá me le apareceré.
Pediré unos días libres y lo acompañaré en su faena. 
¡Eso es lo que voy a hacer!
¿Pero y si le pasa algo en la carretera?
¡Dios no lo permitas nunca, permite que mi amor llegue sano y salvo a su entrevista! – Lo miraba y no cesaba en hacerlo…Algo temía y ese sexto sentido nunca le había fallado.  
¡Tan oscura y peligrosa y es que no ha dormido nada!
Pero el deber es deber...Hay que hacer lo que se debe hacer...


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