Te tengo un nuevo relato ¿Quieres leerlo...?



                                                -Rayo del Catatumbo - Google Imágenes-












“Estas cosas que pasan…”





- Escúchame  cumpa, que lo que te voy a narrar me ha pasado y discúlpame que te lo diga por el celular, pero bien sabes que no he te podido ir a visitarte  a tu casa ya que vives muy lejos y no tengo carro. – Er cumpa no le dejó terminar de hablar por el celular cuando de repente se dejó escuchar su vocerrón.
- ¡Epa compadre! ¿Cómo están las cosas? ¡Están feas verdad, en este país llamado Venezuela! ¿Cierto? – El compadre sorprendido, pero esperando la efusión de su parlante, lo escuchó en silencio.
Mientras a su alrededor todo el tráfico seguía en su delirio continuo. Los buses y carros pasaban a su alrededor…
Él se encontraba en la sombra de un árbol frondoso…Y con gente a su alrededor que al igual que él, se guarecían de ese incesante sol que ilumina a “la tierra por el sol amada” (Maracaibo.) en ese instante y  a la par de una horrenda corneta de un bus que buscaba pasajeros para el centro, se dejó sentir una muy tenue pero refrescante brisa que fue muy bien recibida por todos los que allí estaban.
El compa esperó a que ambos acontecimientos pasaran, mientras su cumpa ajeno a todo esto, se apresuraba para saber qué era lo que le acontecía a su amigo de muchos años…
- …Compa…Compa… ¿Todo bien…? – El oyente lo oyó pero esperó a que la escandalosa bulla se consumiera, para él poder seguir en su conversa, pero al otro lado de la línea estaba muy inquieto   -puesto que no sabía lo que le estaba pasando-   una vez que transcurrieron esos segundos tensos y que la enorme maquinaria bajara y subiera a sus pasajeros, fue cuando aspirando una gruesa tonelada de aire, arrancó en su interrumpida charla…
- Perdóname cumpa…Pero es que acaba de arrancar un bus muy escandaloso…
¡Aquí mismo muy cerca de mí!
Pero ya  ¡Gracias a Dios! Que ya se fue con “su horrible musiquita” muy lejos.
- ¡Ajá compa! ¿Y qué le vamos a hacer…?
Son gajes del oficio, tú estás en plena vía pública y es común la aparición de esas unidades de pasajeros… ¡Pero bueno!
Te decía…Que las cosas en este  país, se están poniendo muy feas…
- ¡Cierto cumpa! Pero te llamaba para informarte lo siguiente…
- Ajá…Soy “todo oído”
- …Fíjate las cosas que nos han pasado…
Esta madrugada Zulma  -mi esposa-   me dijo esta mañana que me despertó… “Mi amor, anoche sentí que golpearon el vidrio de la ventana con una cosa metálica…Hicieron: ¡Tun-Tun-Tun!
Y revisé el reloj y eran: La una y veinte de la madrugada. Vi una sombra. ¡Te lo juro!”
- ¿De verdad compa…?
- Ya vas a ver, quédate calladito que la cosa no termina allí…
- Aja, ¡dale pues!
- Ella me cuenta que pasaron varios minutos, en silencio y que no supo nada mas.
Tú sabes que a esa hora de la madrugada, todos los ruidos se magnifican…
- ¿Y tú…No sentiste nada…?
- ¿Yo…? No, ¡qué va! Yo caí anoche como una piedra.
Y esta mañana yo no me desperté…Me despertó ella…
¡Yo  hubiera seguido durmiendo!
…Pero Zulma se encontraba muy nerviosa.
Me dijo que   -no sabe precisarlo en este momento-   pero que después oyó otro: ¡Tun-Tun-Tun!  Pero esta vez en el lado suyo, y ella se fijó para ver si volvía a ver esa sombra que vio cuando lo hicieron del lado mío…Pero en esta ocasión: ¡Nada!
- ¿Nada? – Le preguntó muy intrigado, el narrador suspiró y tomando aliento, le continuó con su relato…
- ¡Nada! …Y eso que ella estaba pendiente ya que su hermana le pidió que la llamara a las tres de la madrugada porque se iba en avión a Caracas, y le pedía que por favor la llamara para despertarla, y que por esa razón andaba “mosca”, pendiente pues de no quedarse dormida.
El caso es que habíamos convenido ir al mercado para hacer unas compras                  -aprovechando que nos iban a pagar la pensión-   Y bueno, salgo yo primero y veo a mi perrita echada en el portón de entrada del garaje, y la veo muy rendida y comienzo a llamarla…
- Loca, loca. Y veo que ni se mueve. Esperé unos segundos y la volví a llamar: ¡Loca, loquita! ¡Y nada chico! ¡Loquita!  Y me dice mi esposa que estaba detrás de mí…
- ¿Qué le pasa a la perra…?
- Que está muerta. Le respondí y en el acto me terminó de empujar para salir de la casa y caminar hacia el portón del garaje, no por el peatonal, sino por donde entran los carros.
¡Y en efecto! Al acercarme, le vi que su hocico lo tenía lleno de tierra…
- ¡Ay mi perrita, que está muerta! – Gritó mi costillita, ¡espantada de tan semejante hallazgo!
- ¿De verdad chico?
- ¡Si hombre! Y nos quedamos allí mismo…Llorando a tan noble animalito.
¿Por qué será que hay tanta gente mala?
¡Que siempre están “jorobándole la vida al resto”!  ¡Y siguen y siguen echando vaina!
¿…Y no se mueren…?
Y esa perrita que a nadie hizo mal alguno.
Porque ni brava era…
¡Mas bien era “muy atenta!
¡Qué lástima me dio! Y la he llorado, ¡cómo se llora la pérdida de un ser querido!   -que aunque no haya sido un ser humano-   tenía muy nobles sentimientos, y no como tanta gente vagabunda ¡que pasan por esta vida haciéndole mal a todo el mundo!
Me hace recordar a aquel filosofo que dijo: “Mientras mas conozco al hombre… ¡Quiero mas a mí perro!”
El caso es que muy perturbada, me dijo…Vamos a botar sus restos…Porque no podemos enterrarla.
Y fue a buscar una bolsa negra, y poniéndome otras bolsas plásticas en mis manos (A manera de guante.), la sujeté por sus patas traseras…Y pude notar que ya su cuerpecito se estaba comenzando a ponérsele rígido…
- ¿Será que la reventaron…Y que efectivamente se les metieron en la casa…?
- Pues…Cualquier cosa que pensemos podría ser realidad. Pero déjame que te siga contando…
- ¿Qué, hay mas…?
- ¡Ahora es que hay! Estaba en la cola del cajero para pagar mis tarjetas y sacar efectivo cuando oigo a una mujer gorda, que estaba narrando   -porque siempre en esos sitios hay personas así, que no pueden mantener su boquita cerrada-   Hoy en la mañana estuve escuchando un programa en la tv, cuando dieron la noticia: ¡Agarraron a un sobrino de “la Primera Combatiente” con 800 kilos de droga  por allá cerca de Haití!
- ¿De verdad? ¿Estás seguro?
- ¿Seguro yo? ¿…De qué…?
¡¿No me estás oyendo todo a lo que nos han obligado a pasar…?!
¡Si te estoy contando todos los dramas en que nos hemos visto envuelto mi mujer y yo!
¿Tú crees que he tenido tiempo de conectarme a Internet o de leer alguna cosa que antes llamábamos “periódico”?
¡Nada que ver! ¡No sé nada de nada!
Te estoy repitiendo como “un lorito” y en verdad, he andado tan absorto con todas estas cosas raras que nos han ocurrido.
Y eso fue, porque esa señora parecía que ansiaba acaparar la atención de las casi treinta personas que estábamos esperando para entrar al cajero automático.
Y allí estaba vociferando esa gorda, y yo le presté atención y resulta que: “El dichoso sobrino de la esposa del presidente iba en un avión que había sido fletado por el gobierno de una empresa del estado venezolano.”
- ¿Y es cierto eso? – Le preguntó con mucha duda, a lo que le respondió.
- ¡Qué sé yo! Te repito: ¡Eso aseguraba esa gorda vieja!
La misma “radio bemba” dijo que esa noticia no la pudo detener el gobierno y que porque como había ocurrido fuera del territorio nacional y que los servicios extranjeros dieron la voz de alerta. Y allí estábamos todos a la expectativa…Impávidos.
Pero yo debía hacer a  lo que fui…Bueno el caso es que ya no pude seguir oyendo el repertorio de noticias, ya que me tocaba entrar al cajero y me desligue de todo.
Logré hacer todo lo que requería ejecutar.
Y cuando salgo, encuentro a mi esposa esperándome afuera y la noto que sigue llorosa   -y pensé que era por la sentida partida de la perrita-   y me dijo:
“Hoy mi hija que estaba en su cumpleaños, una amiga muy querida por ella, la invitó a almorzar. Y estando en el restaurant, entró una banda de ladrones…
¡Y les han robado a todos los que allí estaban!
¡Dios mío! ¿Será esto un castigo…?
- ¿A todos…Y allí estaba su hija…? – Le volvió a interrumpir, a lo que el cumpa le respondió…
- Si. Así que para cerrar con “broche de oro”
- Compadrito…Tienes que andar “mosca” mira que los ladrones han agarrado la modalidad de “anunciar su próximo robo”  ¡y andan matando a los perros para que no les hagan bulla! – El cumpa guardó silencio, porque en efecto ya se lo habían dicho…Y eso lo tenía muy preocupado.
- …Y ahora nos hemos quedado sin mi perrita…
¡Qué vaina nos han echado!
- Cuentan “las malas lenguas”   -y entre ellas la mía-   que el gobierno le ha dado la orden a todas las policías…
¡Ladrón que consigan: Tiren a matar!  
…Y que ni siquiera pregunten.
¡Eso me lo han asegurado! Así que mi compadrito…Deja de dormir profundo.
Y prepárense los dos…Porque lo que viene no ¡“es joropo”!
- …Bueno cumpa… ¡Qué Dios nos agarre confesado!
- ¡Adiós compa!  …Y ya lo sabes…
¡Despierto y con cautela todo el tiempo!
Que esos desgraciados ladrones, tienen ¡que darles duro!  …Que ya con este calvario en que andamos…
¡Me llamas y me comunicas cualquier cosa que te pase! ¿Ok?
- ¡Ok! En otra ocasión continuamos. -La conversación se finalizó y el buen hombre se quedó callado.
Contempló en todo su esplendor todo el panorama que visualizaba.
Personas que iban de un lado a otro.
Unos iban caminando, otros en los diferentes medios de transportes, pero nadie le prestaba atención a nadie.
Cada quien con su cada quien, y en cada uno de sus casos.
- La vida debe continuar. Es mi problema y como tal debo encararlo. – Se dijo para sí mismo, a lo lejos visualizó a su costilla, y a su dirección siguió, y arrancó a caminar, sorteando entre esas riadas de personas que ni personalidad propia tienen.









© Bernardo Enrique López Baltodano 2015



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