Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): Mi hijo: Cristóbal Enrique“Mis reflexiones”
Hoyest...: Mi hijo: Cristóbal Enrique “Mis reflexiones” Hoy está por finalizar este año: 2.013 y en verdad que ha sido una etapa muy dura. H...
#Belbaltodano #CuentosdeBernardo #RelatosdeBernardo #PoemasdeBernardo @belbaltodano
Mi hijo: Cristóbal Enrique |
“Mis reflexiones”
Hoy
está por finalizar este año: 2.013 y en verdad que ha sido una etapa muy dura.
Hemos
transcurridos unos días de total incertidumbre.
(En
lo económico, social y hasta político)
A
unos nos han sorprendido la partida de un ser querido y su ausencia se hace
cada vez mas notoria, con el transcurrir de los días, semanas y meses.
En
Febrero de este año, mi hermano mayor se fue, sin ni siquiera poder
despedirnos.
Muy
triste e inesperada su partida.
Siendo
la primera en cuanto a hermanos se refiere.
Y
hace muy poco también se fue uno de mis cuñados.
Otra
triste despedida.
¡Qué
tristeza da el ver a tu ser querido…Dormido!
¡Estático
y sin prestarte atención alguna!
…No
estamos acondicionados a la partida…No la aceptamos.
Nos
aferramos a la “vida” y en nuestros itinerarios, no nos atrevemos siquiera a
contemplar que “algún día” inexorablemente tenemos que “despedirnos”, pero
nunca en los hechos logramos despedirnos de ellos.
Tan
solo ¡se van y ya está!
¡Vida!
¿Para qué te quiero?
Si
cuando mas confiado estoy de que estoy vivo…
¡Muero
sin percatarme de ello!
¿Y
tenemos que aceptar este dogma?
¿…Lo
acepto?
¿…No
lo acepto?
¡No
importa!
…Hay
un Poder mas grande que tus deseos…Ellos lo deciden.
…Y ni tu voluntad, ni tus deseos… ¡Nada lo
cambia!
Lo
aceptes o no…la vida se te esfuma. Y tú, nada puedes hacer.
Tus
seres queridos se te están yendo.
Y
tus deseos, poco importan.
Si
tus problemas tienen solución… ¿Para qué te preocupas?
Y
si no tienen solución… ¿Para qué te preocupas?
En
contra posición a esto, hace unos pocos meses, nació la hija de mi hijo Bernardo.
¡Qué
alegría trajo a mi familia!
En
medio de la Partida… ¡Viene la Bienvenida!
Bueno
así es la vida, lo aceptemos o no, esto es lo que nos depara todo el tiempo.
Tiempo
de tristeza.
Tiempo
de alegría.
Tiempo
de problemas, de aflicciones, de angustia
La
sal y el azúcar. Unas son de cal y otras de arena.
¿Qué
le podemos hacer?
Ciertamente
todos queremos vivir en una felicidad eterna, pero al parecer en nuestro
tránsito terrenal, “o lo tomas o lo dejas” esa parece ser la consigna.
Y
varios años atrás…
En
un día como hoy, pero en el año 1.980 estaba por nacer mi hijo mayor:
Cristóbal.
Él
nació un Primero de Enero de 1.981, no eran las tres de la madrugada y quedó
como en segundo lugar de los nacimientos de ese año, por lo menos en el estado
Zulia.
Recuerdo
que para esa fecha, mi madre
(Que
en ese entonces fungía como Enfermera Graduada en el hospital Central Dr.
Urquinaona en Maracaibo) y yo, partimos hacia allá después del cañonazo. Como a las 2 a.m. aproximadamente) y cuando
llegamos mi madre pudo entrar hasta el Servicio y encontró que su nuera ya
estaba en “trabajo de parto” y ella misma tuvo que recibir a su nieto.
¡Qué
alegría recibí! cuando mi vieja, me informó ella misma del nacimiento de su
nieto…Mi hijo.
Es
una emoción muy grande.
Recuerdo
que lloraba, mientras reía al tenerlo en mis brazos.
Y
ciertamente estaba horrorizado, pensando que sus recién formados huesos se fueran a deteriorar
por mi torpeza al cargarlo.
¡Temblaba
de la emoción!
¡Mi
felicidad superaba todos los confines de este mundo!
Pero
mi temblor era porque para colmo, me encontraba sin trabajo y me angustiaba el
saberme que no tenía ningún poder económico ni casa para poder tenerlo.
Fueron
meses muy angustiantes para mí. El saberme que ya era cabeza de familia y ahora
padre en ejercicio.
Una
boca inocente a la cual debía alimentar, cuidar, velar y sostener.
¡Mis
deberes arrancaban, ya había roto el cascarón de mi vida!
No
me era ya lícito seguir amparado a la falda de mi madre y al pantalón de mi
padre.
Por
lo menos, así lo asumí yo mismo.
“Y
el que se casa, casa quiere”
Y
yo debía comenzar a forjar el futuro de mi propia prole.
¡Cuánta
ilusión tuve al saberme que ya era Padre!
Y
esa ilusión prendió en mí, con el deseo irreprimible de buscar el sustento
diario a como diera lugar. Y así lo he venido haciendo.
Hoy
en este día, he comenzado a despedirme de mí hermano Juan y de mi cuñado
Arnaldo, y no les puedo decir un “Adiós” por cuanto seguro estoy que mas pronto
que tarde…Seguiré sus pasos.
Siguiendo
con ese proverbio que de alguna parte tuvo que venir: “Lo mas seguro que tenemos
los que estamos vivos es…La muerte”
Y
en cuanto a los placeres de esta vida, pues me siento profundamente feliz al
saber que todos mis hijos tienen su techo propio y que seguramente vivirán
debajo de su techo y si tienen sus limitaciones –tal como todos lo hemos
tenido- ellos sabrán remediarlo entre
sus cuatros paredes, su techo y el piso el cual les pertenece enteramente.
“Porque
los trapitos sucios, se lavan en la casa”
Como
también, seguros están que en cuanto yo pueda “echarle una mano” con seguridad
tendrán mis dos manos, junto a mis brazos, mi cerebro y mi corazón siempre
tendiente a socorrerlos en todo lo que humanamente pueda.
La
vida es la vida, y hemos venido a estos solares sin ningún tipo de preparación
y aquí estamos y aquí seguiremos hasta que la “mano divina” así lo determine.
Por
mi parte y en forma muy personal, debo agregar que me siento en plenitud al
tener esta “vía de desahogo” y de poder expresar en palabras y signos, muchas
cosas que han dormitado en lo mas profundo de mi ser.
¡Muchas
Gracias amigo Lector!
Donde
quiera que te encuentres, puedes tener la mas absoluta seguridad, que día a día
iré mejorando en mis escrituras y ojala “La Providencia” me siga “iluminando”
de manera tal que no pierdas tu tiempo leyendo mis ejercicios literarios.
Porque
es mi intención seguir escribiendo mis: Relatos, Cuentos y Novelas.
Y
ya lo sabes, todos los días trataré de ir mejorando.
Espero
seguir contando con tu atención.
Me
propongo seguir en esta página,
alimentándola todos los días y como dice la letra de aquel dicho muy vernáculo
y criollo: “Mientras el cuerpo aguante… ¡Que la voluntad no falle!”
¡Hasta
siempre!
Maracaibo;
31 de diciembre del 2.013.
Belbaltodano.-
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): "El pasajero desconocid...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): "El pasajero
desconocid...: "El pasajero desconocido" - …Si, pero de verdad…Nunca me enteré… - ¡Eso Salió por todos los per...
desconocid...: "El pasajero desconocido" - …Si, pero de verdad…Nunca me enteré… - ¡Eso Salió por todos los per...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): "El pasajero desconocid...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): "El pasajero
desconocid...: "El pasajero desconocido" - …Si, pero de verdad…Nunca me enteré… - ¡Eso Salió por todos los per...
desconocid...: "El pasajero desconocido" - …Si, pero de verdad…Nunca me enteré… - ¡Eso Salió por todos los per...
"El pasajero
desconocido"
-
…Si, pero de verdad…Nunca me enteré…
-
¡Eso Salió por todos los periódicos y todo! – Y me miraba como si yo fuese
un…Extraterrestre o algo parecido. Me hizo sentir muy incómodo.
-
…Está bien…pero no me enteré. Pero sigue, sigue…
-
Contaron… ¡Seis! ¡Fueron seis los delincuentes que ella misma liquidó!
¿Y
no sabes lo que le pasó a ella? Verdad… ¿Qué no?
-
…No…Lo ignoro.
-
¡Nada!
-
¿Nada? ¿Qué era la “Mujer Maravilla” o qué?
-
¡No le pasó absolutamente…Nada! - Como
por cosas de loco…
Entraron
un grupo de personas, como unos cinco o seis hombres, venían vestidos de
“charros mexicanos” y no bien habían subido, cuando de repente sonó una
trompeta a unos cuantos millones de decíbeles.
¡Que
espanto! ¡Quedé electrocutado!
…No
supe como podía reaccionar…
Me
podía tirar por la ventana, pero mi compañero me obstaculizaba…
…Y seguramente que mis pelos se habrán
erizados hasta quedar como un puerco espín.
En
verdad, no supe ni qué hacer. Mucho menos hablar. Todo se detuvo.
Solamente
sonaba ese escandaloso instrumento, que seguramente en un sitio abierto y
amplio, uno podría escuchar los arpegios… Solamente pude “escuchar” volúmenes
estereotipados.
…Mis
tímpanos estaban a punto de: implosionar o de explotar.
A
ciencia cierta, aún lo he podido describir.
¿Cómo
se podía apreciar algo ante tanto bullicio…?
Uno
de ellos cargaba una guitarra inmensa, grande, enorme…
Y
por el volumen tan estrambótico de ese instrumento de viento, no lo pude
apreciar y el pobre
le
costaba mucho mantener su propio equilibrio.
(A
pesar del escándalo, me pareció gracioso el ver los esfuerzos que realizaba
para poder mantenerse en equilibrio y de llevar el ritmo.)
Un
tercer ejecutante cargaba un violín… ¿Un violín…? ¿Y quién lo podía escuchar?
¡Yo
no lo pude apreciar! Y este se meneaba tanto a la derecha como a la izquierda,
como para atrás y para adelante. Ridículamente gracioso.
Un
cuarto perteneciente a ese grupo musical, venía con un sombrerote grandotote el
cual luchaba por mantenerlo puesto en su cabeza, a la vez que pegaba unos
berridos…
Que
para decir verdad…No supe apreciar.
Un
quinto perteneciente, cargaba los sombrerotes del resto, ya que el cantante era
el único que persistía en tenerlo puesto sobre su cabeza.
Y
el sexto, quién no venía “disfrazado de charro” estaba haciendo las
presentaciones de rigor.
Solo
que yo, en lo personal, no escuché.
Pero
en un instante en que todos se callaron, al parecer todos estaban de acuerdo,
entonces el “presentador” a viva voz y con toda su emoción comenzó a presentar
a cada ejecutante.
Primero
fue el trompetista…Quien lanzó sonidos cada vez mas y mas altos, perdiéndose el
poder escuchar su nombre.
Luego
el de la inmensa guitarrón….
El
del violín se lució, porque aparte hizo unos pases de “torero” que de
“mariachi”, muchos de los presentes se levantaban y le lanzaban “vivas”.
Y
cuando le tocó al cantante, primero se lanzó nuevamente el de la trompeta, el
del guitarrón, el del violín…
Y
por lo menos yo no le supe apreciar si tenía voz de: soprano, o de barítono o
de bolerista.
O
si era un guarachero.
Y
no bien habían terminado una melodía, cuando arrancaba con la otra.
La
situación era harto insoportable. Por espacio de unos diez minutos estuvieron
en su función.
Pero
para mi…Fueron unas cuantas horas de suplicio.
Con
ese calor extremo.
Con
las peripecias de ese loco chofer.
Con
el tráfico endemoniado que había en ese momento.
Pero
no me quedó mas remedio que aguantármelo… ¡No tenía escapatoria!
Aguanté
estoicamente todo.
¡Hasta
que al fin, terminaron y su presentador comenzó a pasar su sombrero por cada
uno de los que allí estábamos!
Y
a los que como yo, no dimos ninguna propina…
Nos
lanzaban pitas tan escandalosas…
No
me quedó mas remedio que meter mi mano al bolsillo de mi pantalón y saque el
primero que pude tocar.
Y
el muy desgraciado, ni chance me dio de poder ver si era de baja, mediana o de
alta denominación.
Me
lo arrancó de mi propia mano, que aún no había sacado a plenitud.
¡Fue
rapidísimo todo, ni tiempo me dio de pestañear!
¡No
me dio oportunidad alguna!, ya que el trompetista me “atacó” con mucha vibración
de su instrumento de viento, atrás venía el de la guitarra enorme, el del violín
que no se me pudo acercar ya que hubiese tenido que pasar por encima de sus
compañeros.
Y
como para “justificar” esa acción, se detuvieron a mi lado y todos los
instrumentos se enfocaron hacía mi persona.
¡Todo
mi ser se estremeció!
¡Qué
desfachatez! Y este suplicio tuve que
pagarlo.
Y
hasta que no llegaron hasta el último…No se pararon.
¡Al
final…Así como se montaron…Se bajaron!
¡Qué
alivio! ¡Suspiré hasta que mis pulmones se quedaron vacíos!
Para
mi asombro, mi compañero de asiento se levantó de forma espontánea y los
aplaudió y vitoreo con mucha alegría.
¡Tan
solo lo miré, sin pronunciar palabra alguna!
Luego
se sentó y con la mayor naturalidad, sacó su “botellita” y se empinó un trago
largo mientras tarareaba sin son esa horrible melodía.
Los
ecos de esa terrible trompeta, retumbaban en alguna parte interna de mí ser.
El
sordo y rimbombante sonido de las cuerdas, movían una parte vital de mi
estomago.
Volvimos
a la “normalidad” los gritos y maldiciones del chofer, quien no perdía ocasión
para insultar a todos los que con seguridad: No le oían.
Y
a mi lado…El pasajero desconocido.
Pasados
unos segundos, me volvió a interrumpir.
(No
deseaba tener ningún tipo de contacto con mas nadie.
Tan
solo ansiaba que llegara mi esquina, en dónde mandaría a parar y poderme bajar…Completo
de allí.)
“El pasajero desconocido”
- …Bueno
como te venía diciendo. Yo estuve viviendo en esa época, allí en donde
transcurrieron los hechos.
La cosa
comenzó de la siguiente forma:
¿Conociste
a la Inspectora Nora Araujo? – El rústico hablador era un hombre de apariencia
muy desteñida.
Esta vida
como que no ha sido muy benigna con él. Era mas bien una persona anónima.
De aspecto
muy lóbrego, su chemise se veía además de vieja, se le notaba sucia y ajada.
Llevaba un
cuñete que en algún momento fue el envase de pintura de caucho.
Por fuera
se le notaba en muy buen estado.
Y dentro
portaba una bolsa de hule.
Y bien
escondida…una botellita de cocuy o algún licor de los más barato que venden en
el mercado.
- …Y tal
como te estaba comentando…
La
Inspectora Nora, era una mujer de “armas tomar”.
¿La
conociste? – Y yo me preguntaba en ese momento, claro en lo mas profundo de mi
propio ser…Pensando…
(¿La
Inspectora…Quééééé? ¿Qué le pasa a este tipo? ¡No me interesa, no me molestes!)
- …No.
- ¿Nunca
oíste hablar de ella? – En realidad no estaba interesado en lo que me hablaba
este hombre y menos después de verlo cuando en un descuido, se tomó un buche de
ese licor apestoso…gasolina de avión.
- ¿No me
escuchaste? – Me inquirió en forma directa y fue cuando le vi su cara de
frente.
Aparentaba
ser mucho mayor, de lentes todos rayados…seguramente era de mucho aumento.
Pero a
pesar de que estaba tomando allí en ese espacio tan público, no le noté el
aspecto de “borrachito impertinente” y por esa simple razón, volviendo y fijando
mi atención en él, le pregunté…
- ¿Qué me
preguntaste? Discúlpame…estaba absorto en otras cosas. – Me miró con una risita
medio estúpida y me dijo…- Y seguí pensando…
(…Tendré
que mudarme de puesto. Ahora si que me tiene fregado este tipo…)
- ¡El calor
primo…es el calor! A todos nos vuelve locos. – Y no era para menos…Estábamos
montado en un autobús y entre esas paradas ruidosas y esas aceleradas
atormentantes, aunado a tantos y tantos vendedores ambulantes…por supuesto que
son asfixiantes.
Y ya
estábamos súper apretados. Es muy atosigante, desesperante.
¿Pero qué
le podemos hacer?
Teníamos
que seguir, tratando de sofocar además
de ese calor asfixiante, los ruidos que son para vivir como un desquiciado, el
vaivén de un chofer que de repente le da un ataque de locura, acelerando o
frenando o intentando pasar entre un espacio menor a tres metros, y que de
repente le da otro ataque esquizofrénico y le da por entrompar ese monstruo que
maneja como para tratar de intimidar a todos, para que ni se les ocurra
ponérsele en su frente.
- …Esa
Inspectora, esa si que era más macha.
No mascaba
para caerle a tiros a tantos malandros que pululaban en Maracay.
- ¿En
Maracay…Aragua…? – Le pregunté, porque en esa ciudad había vivido en alguna
etapa de mi vida.
Él me sonrió,
me hizo señas con sus manos de que esperara, ya que el chofer le había dado por
acelerar con frenesí, haciendo ronronear el motor de ese pobre autobús.
Miré hacia
el frente…
¡Dos carros
pequeños iban por delante…los mismos!
(¡Mi Díos,
apiádate de mí! ¿Qué culpa tengo de tener que utilizar este servicio? ¡Auxilio,
socorro! ¡Alguien que someta a este loco chofer! ¡Plis!)
Al parecer encaraban
una disputa entre esos dos…Uno quería adelantar al otro.
En una
calle de dos vías. ¡Qué locura de estos orates! ¡Dios apiádate de mí!
Y el
autobusero pretendía que se echaran a un
lado. ¡Qué pretensión!
¡Que le
dejaran la vía libre, solamente para él. ¡Vivito ese desaforado!
¡Todo para
él! Como si todo lo hubieran hecho
solamente para su arbitrio. ¡Qué bárbaro!
Pero no,
ellos tenían su propio enfrentamiento. Lo que siempre pasa… ¿Y nosotros qué?
Así que no
se lo permitieron.
Tuvimos que
tragar saliva y aguantarnos, el hombrecito que manejaba comenzó a chillar y a
rebuznar…Seguramente estaba en pleno frenesí. ¡Qué de riñones tiene ese
desquiciado!
¿Y nosotros
los pasajeros? ¡Que nos coma el tigre! No tenemos vida.
Quedamos en
espera a que esos titanes en ruedas, resolvieran sus diferencias.
¡Y Dios es
Grande! …Yo me aferré a mi asiento… ¿Qué
otra cosa podía hacer?
Uno de los
“corredores” aceleró bruscamente…
Una cola de
humo emergió de sus silenciadores y en cuestión de segundos…desapareció de la
escena…El chofer aprovechó y aceleró también y logró rebasar al otro que
atónito…
Se quedó
con su bocota bien abierta.
(Y nosotros
con el corazón en la mano)
En ese
preciso instante y ante mi mayor impotencia, solo me quedó pensar lo siguiente…
(¡Qué de
machos son estos dos cretinos! A nadie le importa para nada, a los pasajeros
que cargan encima, nos exponen como si fuésemos “cochinos, marranos”.
Definitivamente
no somos “nada”.
Y no hay
Ley que nos ampare.
¿Qué nos
pasaría si este “perol viejo” se le sale un caucho o se le caen…Los
amortiguadores?
¡Desgraciados
lunáticos son los que ponen a manejar estos “vehículos del siglo pasado”!)
En verdad
que además del tremendo susto, me sentí indignado.
(Igual…
¿Hay otra alternativa, acaso?
Y nosotros
pudimos respirar, muy aliviados.
Mi
compañero de asiento, sacó a relucir su botellita de “gasolina de avión” y
alzándola en vilo, me dijo…
- ¡He
vuelto a nacer! ¿Quieres un traguito? – Me la enseñó y arrugando mi cara le
repliqué…
- ¿Con eso “lavan
las patas” de los gallos de pelea?
- Ja, ja, ja, ja. ¡Y lo beneficiosa que es! – Gracioso el
amiguito – Murmuró, pero alcancé a oírlo.
- ¡Gracias
compañero…Paso! – Y ni se inmutó…
¡Sonoro
tragazo que se dio! Hasta eructó visiblemente.
- ¡Esto es
solo para machos como yo! – Por lo visto se lo creía él mismo.
Me le quedé
mirando y al instante le respondí…
- ¡Eso es
para burro, mi amigo! – Tapó su botellita y la guardó.
Y enseguida
arrancó con su relato…
- ¡Como te
iba contando…!
Esa mujer
se echó al pico a más de una docena de malandritos.
Fue su
azote.
¡No les
temía…Para nada!
Con
contarte…Que se les enfrentaba…Ella solita.
No esperaba
refuerzos ni nada.
En una
ocasión andaba ella sola, y le llegó el chisme…Bueno tú sabes, esa gente de las
policías, se pasan la información entre ellos.
O
seguramente algún soplón…
¡Son muchos
los medios que ellos tienen para conseguir esos datos!
La balacera
fue espantosa.
¡Ella se
batió solita contra toda una banda de facinerosos!
Eso fue en
plena Av. Constitución y a pleno día…
¿No te
enteraste? – Ya había captado toda mi atención.
Y me tenía
asombrado, al escucharlo hablar con su correcta dicción, los silencios, el tono
de su voz me delataba que estaba ante una tremenda dicotomía: ¿Su apariencia y
comportamiento?
La de un
indigente…Borrachito y viejito.
Pero al
abrir su boca, me daba la impresión de que estaba ante un catedrático.
Que sabía a
la perfección todo cuánto narraba.
- ¿No me
dijiste que viviste también en Maracay?
- …Si, pero
de verdad…Nunca me enteré…
- ¡Eso
Salió por todos los periódicos y todo! – Y me miraba como si yo fuese
un…Extraterrestre o algo parecido. Me hizo sentir muy incómodo.
- …Está
bien…pero no me enteré. Pero sigue, sigue…
- Contaron…
¡Seis! ¡Fueron seis los delincuentes que ella misma liquidó!
¿Y no sabes
lo que le pasó a ella? Verdad… ¿Qué no?
- …No…Lo
ignoro.
- ¡Nada!
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “...: Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “Es mejor dormirtemprano…” -No te estés acostumb... : “Es mejor dormir temprano…” - ...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “Es mejor dormirtemprano…”-No te estés acostumb...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano):
“Es mejor dormirtemprano…”
-No te estés acostumb...: “Es mejor dormir temprano…” - No te estés acostumbrando a quedarte despierto hasta muy tarde. – Sofía recriminaba a su joven sobrino...
ESTE ES MI CUENTO SEMANAL. HOY DOMINGO 29 DE DICIEMBRE DE 2.013,.
“Es mejor dormirtemprano…”
-No te estés acostumb...: “Es mejor dormir temprano…” - No te estés acostumbrando a quedarte despierto hasta muy tarde. – Sofía recriminaba a su joven sobrino...
ESTE ES MI CUENTO SEMANAL. HOY DOMINGO 29 DE DICIEMBRE DE 2.013,.
“Es mejor dormir
temprano…”
-
No te estés acostumbrando a quedarte despierto hasta muy tarde. – Sofía
recriminaba a su joven sobrino, el cual no tenía sueño.
-
Por lo visto tenés la mala costumbre de no dormirte temprano y te quedás
despierto hasta muy tarde en la noche.
-
Es que tía Sofía…No me da sueño.
-
¡Eso es lo malo! Te acostás tarde y te levantás:
¡Tarde!
Y
claro está: ¿Cómo hacemos para que te levantés temprano? – La tía lo reprimía
de forma muy molesta y José no encontraba la excusa perfecta.
-
¡Eso no me está gustando!
Vos
te tenés que levantar temprano, tal como todos lo hacemos. ¡Tenés que dormirte
ya!
-
¿Pero cómo tía? No tengo nada de sueño.
-
Ve. Aquí en el campo, las cosas no son iguales que en la ciudad.
A partir de
mañana mismo, te llevo conmigo a todas mis diligencias. ¿Estamos?
Se
por lo que me cuenta tú madre –mi hermana- que ustedes tienen la pésima
costumbre de acostarse hasta altas horas de la noche.
¡Eso
no está bien!
Y
así se lo he dicho muchas veces a ella.
Y
ella lo sabe.
-
Tía Sofía… ¡Está bien a partir de mañana, salimos los dos!
¿Qué
problema hay en que me quede leyendo?
-
¡Todos los problemas del mundo!
-
…Pero cuales tía… - La tía era una mujer curtida en las faenas del campo.
Ese
era su único mundo.
Toda
su vida allí ha radicado y cuando iba a la Gran Ciudad, procuraba siempre
acostarse temprano.
Y
siempre su hermana le recriminaba:
“Estás
como las gallina…Durmiéndote temprano”
-
¡No es eso! …Es que me agobia tanto
ruido.
Tantos
carros. ¡Ruido por aquí, escándalo por allá…!
¡Uy
no se como te pudiste habituar a todo este escándalo!
No
puedo vivir así.
Ya
debes estar sorda, no puedo tolerar
mucho tiempo todo esto. – La irritaba tanto trajín citadino.
-
Pero allá en la Hacienda también hay ruidos… - Replicaba Teresa la madre de
José, como tratando de justificar su estilo de vida.
-
No puedes comparar los sonidos de la naturaleza viva. ¡Por favor! En el campo
hay vida… ¡Aquí lo que hay es…!
Lo
que se produce son: ruidos. Cacofonía.
Las
cornetas de los carros, sus frenazos…
¡El
smog…! ¡Estrés!
En
cambio allá te despiertan los cantares de los gallos.
Acaso
hay algún mejor amanecer que este: ¡La alegría de vivir!
¡Eso
siempre lo hemos tenido y desde pequeñas nosotras lo hemos oído!
¿Ya
se te olvidó?
El
cacareo de las gallinas, verlas juntos a sus pollitos…
Los
sonidos que producen las aves. Sus cantos.
Los
pericos, los loros el verlos y escucharlos cuando surcan los aires… ¡Ese si es
un escándalo agradable!
Los
patos nadando en su lago… Verles sus peripecias.
Deleitan
los oídos. Inspiran a soñar, a vivir…
¡Es
una delicia escuchar todo eso!
¡Es
la Naturaleza viva y feliz!
Los
mugidos del ganado te recuerdan que la vida se inició por aquellos lares.
Sofía
era su única tía viva y se aferraba con todas sus fuerzas a sus raíces, a sus
costumbres.
La
hacienda era una herencia familiar y desde su abuelo, quién al morir se la dejó
a su papacito y ahora que sus viejos ya habían muerto, pues le tocaba el turno
al hermano mayor…Conrado.
Pero
este prefería siempre la vida fácil y bullanguera de las ciudades, y desechó su
herencia.
Nunca
le importó. Y en sus manos… ¡Todo se perdería!
Prefería
el licor, las parrandas y las mujeres fáciles.
Y
Sofía, que ya era una mozuela…Tuvo que agarrar las riendas de esa propiedad.
Y
desde entonces ella se transformó en: “la ama”
“La
Niña” como también la llamaban sus peones de larga data.
Encaró
cada faena, y tuvo que enfrentarse a los mas rudo y brutos de los peones…
Que
veían en ella a una “mujercita” y que por el orgullo de su machismo, les
costaba dejarse someter por ella.
Y
ya había logrado someterlos a su voluntad.
Cada
rincón intentó llenarlo, “tal como lo haría su papacito.”
Y
lo estaba logrando, a pulso y con total dedicación.
Manteniendo
férreamente sus riendas.
Olvidándose
de dedicar a su propia vida.
La
hacienda “Brasilito” era una de las propiedades, de unas 150 hectáreas, con
grandes rebaños de ganado vacuno.
Era
muy duro para un hombre, como sería para una jovencita…Pero lo estaba dominando.
En
esa propiedad pasaba el mayor tiempo posible, pero la otra hacienda: “La Panda”
era cafetalera.
Y
a ella acudía cada dos días.
Y
todos los días, era una nueva carga.
Mantenía
a los mismos hombres que su progenitor tenía, de ellos se valía para hacerse
respetar.
Sofía
veía en su sobrino al jovencito citadino.
Ya
estaba logrando que se integrara con ella, ya lo estaba levantando temprano. Ya
salían los dos. Pero…
No
le gustaba lazar caballos. En ocasiones los montaba.
Poco
le gustaban las faenas con las vacas.
Tampoco
se interesaba por su ordeño y menos la elaboración de sus derivados como:
Mantequilla, Suero o Quesos.
-
Tía…Necesito leer estos libros. Pronto empezarán mis clases. Necesito ir
adelantándome.
-
¿Y no lo puedes hacer de día?
-
De día, ando contigo. Te acompaño a las propiedades. Estoy todo el tiempo
acompañándote. – Ciertamente.
Ella
lo levantaba de madrugada y hacía que anduviera todo el tiempo que pudiera con
ella.
Se
sentía segura. Aunque fuera un chamaco, pero por lo menos, tenía a alguien de
su familia con ella.
Pero
ya era muy tarde, y no era conveniente que se quedara allí, despierto.
-
Mira hijo, no es que yo no quiera que te quedés despierto…
-
Pero tía…No te preocupés, mañana me levantas temprano y te acompaño. Como todos
los días.
-
No es eso. No es eso.
-
¿Entonces qué será? – Ella se acomodó mejor, pero quedaba algo distante,
decidió sentarse en la cama junto a su sobrino, apartando la silla en la que se
había sentado.
-
No es que te quiera asustar, pero es conveniente que te enterés por mí, a que
te vengan a echar otros cuentos.
-
…Dime…
-
Hay épocas del año en que estas tierras se vuelven inhóspita,
salvaje…enigmáticas…
-
¿…Estas tierras…?
-
Estas tierras.
-
¿Y qué es lo que pasa…?
-
¡No te vayas a asustar! ¿Ok?
-
OK. Arranca con tu cuento…
-
“Hace mucho tiempo ya. En épocas de la Colonia, cuenta la leyenda que por estos
mismos predios en donde hoy estamos viviendo, existía una tribu de indígenas,
los cuales eran los verdaderos dueños de todo esto.
La
hija del cacique, llamada: “Mara” se había enamorado muy perdidamente de un
joven español.
Su
padre, quien era el mas fuerte y poderoso de todos sus súbditos, ya les había
declarado la guerra a muerte a todos los europeos, sin percatarse de que su
bella hija.
¡…Se
había enamorado de uno de ellos!”
-
¿Y entonces?
-
…Entonces sucedió que uno de los guerreros de la tribu que se había enamorado
de la joven princesa, descubrió este gran secreto. Y en vista de que se dio
cuenta que de él no sería nunca…Decidió vengarse.
“Que
si no era para él… ¡Menos de ese extranjero!”
Y
se dedicó a romper con todo esto.
Su
rencor iba en aumento cada vez mas y mas.
Pero
no tenía pruebas y el Gran Cacique, nunca le creyó.
Una
y otra vez, amenazaba a la enamorada.
Le
decía que pronto mataría al blanco que le estaba destruyendo su gran amor.
El
caso es que la espiaba de día y de noche.
Y
en cierta ocasión… ¡Los encontró!
Los
dos estaban besándose y amándose como unos locos llenos de amor.
Cobardemente
soportó todo su desamor.
¡Y
juró que pronto le arrancaría su cabeza!
-
¿Y eso hizo?
-
…Ya vas a ver. En esa ocasión no hizo nada.
Se
regresó a su tribu y la acusó con su padre.
Este
corrió junto a un grupo de los suyos…
¡Y
allí los agarraron!
¡A
los dos juntitos!
A
ella, él la maldijo.
A
él, lo sometieron. Le cayeron a latigazo.
Lo
golpearon a mansalva….
Y
le arrancaron la cabeza, en presencia de ella…
Por
supuesto que ella enloqueció.
No
pudo soportar ver como corría la sangre de su enamorado.
Una
vez que finiquitaron con su masacre…Regresaron.
Se
alejaron de ese sitio. Y la dejaron sola.
Nunca
mas supieron de ella.
-
¿…Y entonces…?
-
“…Cuenta la leyenda que desde ese entonces…
Ella
vaga por todos estos lados.
Unos
aseguran que la han visto, caminando junto a un hombre sin cabeza…
…Otros
alegan que no es así…Y que la ven…Desnuda.
Llena
de sangre…Buscando vengarse de su desgracia…
…Muchos
dicen que tiene los ojos llenos de: ¡Fuego!
Que
brasas incandescentes brotan de sus parpados.
Aunque
hay quiénes atestiguan que a quién han visto es a él…Caminando…Sin cabeza…Y a
quién encuentre…”
-
¿…Qué le pasa…?
-
“Quiénes así lo afirman…Dan su Palabra de Honor, que a quién encuentre… ¡No
aparece…Jamás!”
-
¿…Y a qué hora…?
-
Generalmente es o a las doce del medio día o de la noche…
¿Entiendes
ya por qué no me gusta que te quedés leyendo hasta tarde?
-
¡Qué va tía…A otro perro con ese hueso!
-
¿…Ah no me crees…?
-
Esas son leyendas urbanas. Lee tía y aprende que del campo han salido muchas
historietas y leyendas.
Y
son solamente eso: ¡Puros cuentos!
-
OK. Está bien, el amigo es un: Señor muy Valiente.
No
hay problema.
Te
dejaré solo. Pero si te daré algunas señales…
-
¿Señales, de qué me estás hablando?
-
…A medida de que pasen las horas…
…El
Imperio de la Oscuridad, amplía su reino…
Solamente
sus súbditos tienen la venía de poder circular y hacer cuanto les plazca. ¡Solamente
a ellos!
…Y
con los extraños, los petulantes y engreídos…
Son
sometidos y descuartizados…
¡No
hay piedad con los ilusos y tontos!
No
es recomendable que vayas al sanitario.
No
es aconsejable que lo hagas.
-
…Bueno en eso si que tienes razón tía linda.
¿Cómo
es posible que la letrina esté…Afuera…A quinientos metros de la casa?
-
…Por los olores hijo. ¿No te lo dijo tu madre?
-
A mi no me gusta para nada esto.
¿A
quién se le ocurre hacerlo así?
-
No es muy inteligente que te expreses así de tus antepasados.
Ellos
lo hicieron de esta forma, y así se quedaran. ¿Ok?
Además
tu madre no te comentó que uno de nuestros parientes fue un cazador de
“Cabelleras” y que mató cantidades enormes de ellos y que hoy en día vagan por
todos estos montes… ¿No te contó…?
-
No. ¿Y si me dan ganas a media noche?
-
…No te recomiendo que salgas…No se si te reconocerán como a uno de los nuestros
o…Me estoy refiriendo a nuestros Queridos Muertos…
Porque
si te reconocen, puede ser que no te ataquen…
Además
en esa oscuridad, reinan los espíritus, los demonios… ¡El Diablo ciega a sus
victimas!
Aparte
de las fieras nocturnas. ¡Que son muchas!
-
Creo que es mejor que no salga. – Le aseguró él, ya tenía sus ojos brotados y
le notaba un poco inseguro…
- ¿Te imaginas que este “pujando” y me
llegue…Un cochino, marrano? – Miraba aterrorizado a su tía…
-
…O esté orinando y me salga una… ¿Pitón? – La tía lo interrumpió e indicándole
con su dedo le agregó…
-
¿…O te salga el “Hombre sin cabeza”?
¿…O
la princesa llena de sangre…?
…Que
venga un demonio y le gustes…
¿Qué
crees que te pueda hacer?
…Por
estas razones mi querido sobrinito que está full de libros y de mucha
sapiencia…
Es
mejor que apagues tu luz y te dediques a…Dormir.
Porque
ya no estás en tus dominios…
Estas
en los dominios mas inhóspitos, crudos y salvajes…
En
donde es “inteligente” escuchar la voz autorizada de tu querida tía, quién te
quiere y te adora.
Y
que sufriría mucho, si en la madrugada vuelvo a ti, para despertarte…Y ya no te
consiga…Nunca mas.
¿Me
entendiste…? – Su joven sobrino no le contestó en el acto.
Por
primera vez, notó que se quedaba callado.
Siempre
hacía mofa de este tipo de relatos.
Pero
en esta ocasión, notó que estaba en suspenso.
Callado
y meditando todo lo que le había informado.
Acercándosele
le dio un tierno beso en la frente a manera de despedida.
No
se movió.
Y
cuando ella quiso dar media vuelta para retirarse, sintió que él la jalaba para
retenerla, volteó para verlo mejor, y el le respondió…
-
Querida y bella tía. Por esta noche: ¡Voy a velar tu sueño!
…No
vaya a ser que se te aparezca algo y ya yo no te pueda defender.
Así
que por Hoy: ¡Dormiré contigo…Para defenderte, por si acaso!
La
tía se sonrió y aceptó su ofrecimiento.
- . -
Maracaibo;
29 de diciembre de 2013.
Belbaltodano.-
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): B...
Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): B...: Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): "... : Bernardo Enrique López Baltoda...
Mañana Domingo....Nuevo cuento....
Mañana Domingo....Nuevo cuento....
“Es mejor dormir temprano…”
- No te estés acostumbrando a quedarte despierto hasta muy tarde. – Sofía recriminaba a su joven sobrino, el cual no tenía sueño.
Mañana: Domingo 29 de Diciembre de 2.013.-
Suscribirse a:
Entradas (Atom)