A continuación me atrevo a poner a la disposición de ustedes un fragmento más de otra de mis creaciones literarias, en esta ocasión se llama: "Asechanzas"
Como siempre espero contar con ustedes en sus comentarios.
¡Saludos!
III
“…Cuando nada
bueno se aparece ante nosotros…”
Aún sigo con vida. Por lo menos estoy completo (Hasta ahora…y no sé hasta cuando… ¡Qué vida la que me estoy
gastando!)
Haciendo mis análisis lo más violentamente posible; pero
no con ello con rigurosidad y con toda la meticulosidad que las circunstancias
me lo están permitiendo, ya estoy llegando a una sola conclusión: ¡Mi vida está
en peligro…o por lo menos mi propia integridad!
¡Pero bueno, ya basta de rodeos! Es preciso recapitular
con toda la precisión que mi momento me está apremiando y lo resumo así:
En primer lugar: No he logrado salir de mi natural
asombro; sigo sin comprender, ni mucho entender o por lo menos explicármelo a
mí mismo. Ya que si estaba en la comodidad de mi hogar, en una hora alta de
esta linda y refrescante noche, oscura por lo que me estoy dando cuenta… ¿Cómo
es posible que me encuentre en tremendo lance?
En segundo lugar: Y a lo mejor es primero que el
anterior…pero; el por qué este par de enajenados mentales…y me refiero a mis
“muy queridas mascotas” se me hayan volteado así, de esta forma tan cruel e
inhumana… ¡Es qué no salgo de mi perplejidad!
En tercer lugar: O quizás debí empezar por éste y no por
lo que ya lo hice… ¿Pero qué estoy haciendo en este preciso instante? Yo estaba
viendo mi tv, una peliculita de…de…ya ni me recuerdo… ¡Estoy fatigándome con
todo este desbarajuste!
(Quisiera ser más dogmático pero…la realidad es
más fuerte que mis elucubraciones…y me está dando la impresión que cuando
pronuncio palabras…cómo que me las oyen…creo que es más prudente que calle.
Me siento más seguro, así en silencio. Yo mismo
no me puedo negar…ni traicionar…en cambio cuando hablo como que me escuchan.
¿Será que tengo a alguien cerca que al
escucharme corre a chismearle a mis enemigos?
Esta loca desgraciada me sigue mirando con muy
feos ojos…hasta me está dando la impresión de que ha doblado su tamaño.
¿Será posible esto…?
¡Hasta ese enano inútil! Hasta se me antoja que
le está llegando al lomo…
¿Cómo podrán lograrlo?
El cómo no es lo que me está preocupando más.
Si no el cuándo se lancen en mí contra…
¡Santo Dios! ¿Y no podré contar con un alma
caritativa?)
No pudo terminar en sus análisis, la rapidez con que se
desarrollaron los acontecimientos no se lo permitió.
La loca perra se sintió envalentonada, al parecer
estaba como poseída y en un rasgo de increíble valentía se le presentó en un
violento ataque…Nuestro distraído noctámbulo tuvo que echar un salto hacia
atrás de más o menos unos tres metros… ¡casi reventó la pared de la cerca! Ya
que su espalda chocó con distorsionada violencia produciendo muchos ecos de
retumbe.
Angustiado no sintió tanto el golpe…sino que ya sus dos
muy queridas mascotas, ya estaban en plan de ataque reductivo. Pronto pudo
visualizar una jauría que detrás y a sus lados, acompasaban a sus depredadores.
No podía creérselo. ¿Cuántos eran? …Una multitud. De diversos colores, tamaños,
razas…pero algo en común: ¡Querían destrozarlo!
- ¡N-N-Nooooo
puede ser cierto todo esto! – Gritó de mero espanto, ya con sus ojos brotados
del estupor. Su cabeza seguía en la misma dirección, pero sus pupilas recorrían
diversos estratos.
- ¿…Esto es…brujería…un hechizo; una maldición? ¡O es que me están volviendo loco! ¿Y
esos…gatos…negros…oscuros como mi suerte repentina? – En efecto pudo visualizar
que sus atacantes no eran solamente perrunos…una población gatuna también estaba
allí…con sus maullidos amenazantes…esos grandes ojos de diversos colores…pero
amenazantes. Simulaban grandes felinos que ya no estaban en el acecho…sino a la
carga.
- ¿…Cuántos contra mí…solito? ¿Esto es justo? ¿Y no tengo
a nadie que me venga a echarme una ayudadita…? Al parecer; me quieren
descuartizar.- Y es que en ese instante no supo discernir lo real de lo irreal.
Todos estaban prestos a destruirlo.
Tan ensimismado estaba que no llegó a sentir la cantidad
de excremento caliente, que le caía no solamente en su cabeza…también en sus
hombros…ya que instintivamente sentía como que alguien lo estuviera tocando…algo
caliente…pero no se sintió en libertad como para dispensarse un segundo para
verificar qué o quién lo estaba urgiendo.
Además ninguno de sus atacantes se dio por aludido.
¿Será que era invisible a ellos?
…Y si esto era cierto…Posiblemente esa sería la ayuda tan
solicitada que él mismo urgía…
Así que con el rabillo del ojo…y sin desviar su atención
a sus primarios atacantes…trató de indagar qué era.
…Pero sus pupilas se negaban a obedecerle…
Lo intentó nuevamente, pero en ese preciso instante…
¡Sintió un terrible dolor en la cabeza!
- ¿Qué será ahora? – Se dijo vagamente. No pudo
desconectarse de sus atacantes.
Pero ahora su cuerpo le denunciaba que era precisa su
atención a este nuevo ataque.
¿Nuevo ataque…Quién será ahora?
Y fue cuando se percató de que sus atacantes, miraban hacia
arriba, deteniendo momentáneamente su accionar.
Un oleaje de terror se le subió desde alguna parte de su
espina dorsal…un fogonazo que le hirió como si fuese lava destruyendo todo a su
paso. Y en vista de que los perrunos y los gatunos…se contuvieron…aprovechó
para en fracciones de micro segundos desviar su mirar hacia la dirección de sus
nuevos atacantes.
- ¡No puede ser esto! ¿Y qué cosa son estos? – Más que
aterrorizado medio pudo visualizar a unas aves que se le antojaban más grandes
que unos avestruces… ¡Pero de color negros! Sus ojos estaban inyectados en
color sangre. Parecían despedir grandes llamaradas de fuego. No pudo precisar cuántas
eran…pero era una multitud.
Lo curioso es que a pesar de que eran muchísimas, todas
estaban reducidas en un poco espacio…pero entre ellas había considerable
distancia…no chocaban entre sí…al contrario batían sus amplias alas procurando
grandes ventarrones…todo entró en un caos: torbellinos de un lado y de otro,
todos entraban en colisión…las pocas plantas fueron arrancadas de raíces…todo
se estrellaba contra todo; pronto todo se volvió confusión…los primeros en huir
espantados fueron los gatunos…quiénes a pesar de todo, seguían amenazantes…pero
corriendo sin perderlo de vista.
Los perrunos envalentonados persistieron en su accionar.
Gruesas gotas de sangre inundaron su rostro.
- ¡Ya me desgraciaron! – Gritó sin poder contenerse. Al
parecer fue picoteado desde las alturas por esas criaturas aladas. Eran más
negras que la noche oscura. Se les visualizaba solamente sus grandes ojos cuales
águilas depredadoras. Cómo pudo comenzó a lanzar golpes, pero por supuesto
ellas eran más ágiles que la velocidad del pensamiento. Haciéndolo aparecer a él
como un ser lento y pesado. Con que furia se les enfrentó, pero pronto entró en
un profundo desgano. Ningún efecto parecía producirle, al contrario se llegó
hasta sentir ridículo…
¡Nunca las podía alcanzar y aunque lo lograse…!
¿Qué daño les podría producir?
Estos seres eran más de tres veces su tamaño. Ante
tremenda desventaja, pronto se sintió burlado e ineficaz en su defensa.
Ridiculizado, comprendió que su desventaja era abismal. Así
que bordeado como estaba, por sus frentes…los perrunos…a un lado se corrieron
los grandes gatunos y por toda su superficie…esos horribles alados. Por
momentos se le antojaron que se parecían a esos monstruos alados que
posiblemente existieron en alguna Era de la tierra. Ninguna de las aladas era
igual, al contrario era cada vez más desigual y estereotipada.
Ahora se encontraba peor que peor. A su espalda, la pared
que lo contenía…miró a su lado derecho y fue cuando pudo darse cuenta de que más
enemigos nocturnos…todos más feos que los anteriores…No logró definirlos en un
principio…
¿Qué eran estos nuevos atacantes?
Parecían… ¡Inmensas reptiles…escamosos…con sus ojos
brotados! ¡Chanfles!
¿También acuden en mí contra?
Monstruos que le sacaban sus lenguas viperinas.
Unas encima de otras.
Se resbalaban entre ellas mismas y en su furia se
atacaban entre sí.
Intentó brincar en sentido contrario, pero no pudo
lograrlo.
- ¿En qué parte del Inframundo…he tenido la desgracia de
caer?
¿O será que me empujan sin ningún remordimiento?
Se encontraba en pleno paroxismo. Ya su realidad, ni era
virtual, o imaginaria y mucho menos
estaba llena de suposiciones…todo se le entrelazaba, yuxtapuesto la razón con
la sin razón.
En ese trance en que se encontraba…sintió una horrible
presión como si lo estuviesen dragando. En esta ocasión sintió un dolor
desgarrador…se le antojaba que lo
estaban halando desde sus intestinos…lenta e inexorablemente…lo estaban
desgarrando…descuartizando con toda la parsimonia posible… ¡Pero era que le dolía
hasta el alma! ¡Quiso berrear con todos sus pulmones!
Pero se sintió impedido. No así ese desprendimiento tan
brutal.
Y no le quedó más
remedio que gemir en silencio. Fue sintiendo como se le desprendía de su ser, centímetro
a centímetro a todo lo largo de su cuerpo…se fue desintegrándose y la
intensidad fue en crecimiento…más y más…ya ni lágrimas salían en su auxilio.
Una metamorfosis se le fue desfigurando…sin comprender y
sin poder hacer nada más que sufrirlo y presenciarlo…ya no sentía sus tripas…ese
olor nauseabundo lo inundó…pura mier..
Intentó apartarse…pero no pudo. Se tragó todos sus
vapores. Asco y repulsión acudieron a su entender. Pero era él mismo.
Pronto vio emerger algo abultado… ¿Qué carajo sería?...
¡Tú estomago! – Creyó escuchar. Lo contempló con desparpajo.
No podía creerlo. Se veía oscuro y sucio.
Y no quiso ver nada más y si esta era su muerte…pues que
así sea. Pero no deseaba verla más.
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