...En esos momentos...


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“Las narraciones de:
Bernardo”


“En  la  tempestad”










Cuando  las  marismas  amenazan  con  azotar  tus  limitaciones.
Cuando  te  desborda  lo  que  nunca  debería.
Circunstancias  que  te  son ajenas…Pero  que  te  pisotean.










Me encuentro en una situación a la que en verdad, no se la deseo a nadie. En principio estoy en una zona  que no es la llamada “zona de confort” es mas bien una especie de “arena de conflictos” de esas en las que   -aunque lo intentes-    jamás logras el sosiego requerido como para “sentirte a gusto”
Estoy en la casa de mi actual esposa y es en momentos que como este en especial…Que me gustaría mas estar…Pescando o escalando cerros o vagando por las inmensidades de mis pensamientos copiosos.
Escucho     -porque no lo puedo obviar-    cómo me está despellejando, pieza por pieza, tramo a tramo.
¡Qué certeras cuchilladas! …Conque precisión me está trasquilando. Y en mi propio presencia…
¿Cómo me desgarra, con ¡qué precisión!?
Qué frialdad muestra en esta trituración.
¡Estoy pasmado…Inmundo me siento!
…Esto es horrendo. No parece tener fin.
Desglosando en mi presencia, situaciones que para mí me cuesta recordar    -pero que ella las mantiene viva…Demasiado para mi entender-    mi mente viajera se embelese  en cuadros vividos, pero que en alguna vez los disfruté.
Y mi imaginación se soslaya en esa pléyade de sucesos, concatenándolos con esa ansia mía de desperdigarme de mi momento actual.
¡Cuánto no daría… ¿Por no asistir a este festín?!
¿…Me es lícito huir de esta masacre…?
No obstante, en ocasiones sus destemplados y atropellantes verbos y epítetos, me arrastran al momento y al sitio que ansío borrar.
Vuelve el ímpetu avasallante a sustraerme a otros momentos que he disfrutado a rabiar.
Me entretengo en ese tipo de veleidades, que satisfacen a mí entender.
Y cuando mas atraído y absorto me encuentro, siento como silban a mi alrededor aquellas exclamaciones que aruñan mis sentidos. Trato de aparentar que estoy escuchando toda esa horrible retahíla…Pero es que no me da oportunidad cierta.
Entro en agitación expectativa, ya que pretendo mostrar una actitud que no es la mía…
…Pero no sé por qué razón…Me encuentra dislocado.
Me llevan a una sucesión de escenas que en un principio me enfadan, puesto que pretendo mantenerme en este presente tan agresivo y agreste, en el que en verdad… ¡Ansío apartar! 
…Pero en mi actual connotación…Debo estar.
Me incita entrar en esta barbarie…Pero es que las veces en que he participado, ¡todo se ha agravado!
Y consciente como me encuentro   -si soy inteligente-   lo mejor que debo hacer, es “poner mi otra mejilla”   aunque para ser honesto…No está en mí el soportarlo.
Esto es una mezcla entremezclada con humillación, con desmembramiento de mi personalidad, como con mi forma de ser, con la imagen que pretendía tener…Pero que esta señora mancilla a placer.
Me encuentro con una sensación de haber sido violado, con la semejanza de haber sido reducido a cenizas cuyo olor es nauseabundo y que hiere mi ser.
Esto no es humano. Mas bien parece ser Masoquismo, morboso, con semejanza a destrucción masiva. Extemporánea. Algo que carece de la civilidad requerida.
Por lo que es mejor tratar de mantener mi atención en una especie de “piloto automático”   solamente para disipar las pasiones, pero he de reconocerlo… ¡Cómo me cuesta!
Es prudente mantenerme alerta.
Chequeo mentalmente mis recursos.
¡Algo debo hacer!
…Pero con consternación e imbuido en mi propia angustia debo reconocer ¡lo que no quiero aceptar!
 Con el horror e ignominia…Vuelvo a caer en cuenta…Que mis finanzas en nada me resuelve.
¡No puede ser!  …Pero es.
Contabilizo con estupor…Que nuevamente estoy en desventaja.
¿Qué he de hacer ahora…?
No tengo fuerza para poder partir de tan ominoso escenario. Tengo demasiadas cosas que impiden que vuele a mejores escenarios.
He de morir allí. Como si fuese una planta vegetal.
Por lo que con el estupor necesario he de someterme.
(¿He de bajar mi cabeza…? Qué sumisión. Repulsión, aberración, repudio. ¿Qué cartas mantengo en mi poder aun…?)
¿He de negociar o re-negociar lo que nunca he querido ni siquiera aceptar…?
Y mientras me encuentro sumido en mis elucubraciones…La tempestad continúa impertérrita.
Y me pregunto: ¿Cómo una persona puede albergar tanto este tipo de…Cosas…En su propio ser…?
No lo entiendo. Es mas no deseo hacerlo.
Pienso en mi futuro. En lo inmediato.
En mi situación actual, y no le encuentro la salida ideal.
He de hacer, que algo estoy haciendo, pero sin saber con certeza el camino que he de tomar.
…En algún momento, circunstancia o razón, habrá de aparecer mi sendero ideal. Pero mientras tanto…
No sé qué he de hacer.
(¡Qué de atajos tiene este vivir…Qué cuando ansío ha de aparecer…En mundos complacientes, pero que no toleran mi vivir.)


























© Bernardo Enrique López Baltodano 2016        







                                                                                                                                     




                                     
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