“Palabras al azar”
Hoy quisiera emitir estas palabras al azar.
No van dirigidas a nadie en especial, pero
engloba a todos mis allegados, a mis conocidos, a mis familiares…En fin a todos
los que me conocen…Y a los que no me conocen aún… ¡Ahí les envío estas palabras
al azar!
Nací en este bello,
hermoso y singular país: VENEZUELA
Nación de muy
radiantes dimensiones, en donde nos confundimos nacionales con los extranjeros.
Incluso mis padres,
que vinieron huyendo de otras dictaduras como la de Nicaragua, encontraron acá
ese calor, esa fraternidad que pronto los hizo suyo.
Hoy en día, mi
Patria Querida, está siendo sometida por los mas bajos instintos de odio, de
rencor y de maldad.
¡Alguien abrió “la
caja de Pandora”!
Alguien no solo lo
abrió, sino que expandió a todos los vientos esa cosecha nefasta e inmunda y
regó a todos lados ese bagazo de bajos instintos y perversiones.
La fetidez de sus
bajos instintos… ¡Ni ellos mismo lo toleran!
Ya el mal está entre
nosotros, hoy en día esta es una nación que ha perdido su Norte, su Sur, su
Este y su Oeste.
Nuestros hijos
horrorizados escapan de este sitio…Encono de maldades y de las sin razones.
¿Qué vamos a hacer…?
Cada día escasea la
comida.
La inseguridad nos
mata a cada instante.
Esta inflación
malaya…Este devenir incierto.
¿Tendremos que irnos
nosotros también…?
Pero ¿A dónde! Somos
muchos y no cabemos en ningún lado.
Estas tierras les
abrieron las puertas a todos los emigrantes…Pero a nosotros: ¡Nos cierran sus
puertas en nuestras narices!
¿Quién o quiénes se
podrán quedar…?
Se quedarán los que
este mal nos han causado… ¿Por qué…?
Nuestros soldados en
la antigüedad a otras naciones fueron a liberar…
Hoy esas armas se
vuelven en nuestra contra…Nos quieren eliminar. Borrar de nuestra propia
historia.
Hoy en día: Las
naciones “amigas” se lavan sus manos.
Los gobernantes se
protegen entre ellos.
¿Y nosotros los
pueblos qué…?
Ojalá los pueblos
latinoamericanos nos unamos en contra de esos gobernantes traidores. ¡Ojalá!
…Y mientras tanto… ¿ Qué…?
Seguiremos
padeciendo los horrores de las imposiciones de estos gobernantes.
Que nos ahogan. Nos
someten y degradan.
¡Solo en Dios confiamos!
Que el Buen Dios nos
agarre confesados.
Bernardo Enrique López Baltodano
belbaltodano
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