-Maracaibo - Edo. Zulia - Venezuela - Google imágenes
“Estamos en guerra invisible”
Estaba caminando bajo ese
sol tan abrasivo y claudicante como el que sufrimos los que vivimos en esta
ciudad llamada: Maracaibo, cuando se de repente veo a un amigo reciente.
Noto que él está muy
meditabundo, con su cabeza gacha y me dio la terrible impresión de que se
encontraba llorando.
Y eso fue lo que mas
atrajo mi atención -a decir
verdad- nunca lo he visto así y me
sentí motivado a acercarme y hacerle compañía
-pues nunca sabemos cuándo nuestra presencia es necesaria o quizás una
palabra a tiempo, no sé, pero decidí ir hacía él y ¡me le acerqué!- el caso es que estaba tan ensimismado, que
nunca notó mi presencia -y no quise interrumpirlo, tan solo me le
puse a su lado para cuando "aterrizara" me viera que estaba a su
lado- así transcurrieron quizás unos
diez minutos, ¡hasta que al fin, volvió
en sí!
Y con sorpresa, pegó un
brinco y me miró tal como si yo mismo fuese “una aparición” y gritándome a
manera de saludo, me expresó…
- ¡Amigo! ¡Qué sorpresa,
me asustaste muchacho! – Y luego mirando a todos lados me dijo, en secreto…
- ¿Cuándo llegaste? ¡Me
asustaste, creí ver un fantasma!
- ¿Fantasma yo?
¿Tan horrible es mi
presencia…?
Tengo mas o menos unos
diez minutos, y no te quise interrumpir…Pero me llamó la atención el verte así,
tan ensimismado y abstraído de la realidad.
…Y pensé… ” ¡Este gran
carajo se sacó el premio gordo de la lotería…!”
Y ahora no haya ¿qué
hacer con tanto dinero…? Así que me
acerqué…Para ver “si algo me cae a mí también…” – El hombre se me quedó
mirando, pero ni siquiera una sonrisa le logré sacar…
Y eso me preocupó, así
que insistí…
- Perdona mi
indiscreción… ¿Pero tienes algún problema…?
¿O de “revolucionario”
(frustrado. El muy, muy ¡es chavista!)
que eres…Recuperaste la sindéresis y te pasaste a nuestro bando: “los
escuálidos”? – Le pregunté muy extrañado ya que sé, que es o era
-aún no lo sé- partidario de tan
nefasto gobierno.
Pero cosa extraña, y digo
“extraña” porque anteriormente nos hubiéramos “encarnados” en una lucha sin
cuartel…Pero en esta ocasión, simplemente no fue así.
Mas bien, guardó silencio
y -por lo visto- no le interesó el tema. (¡Qué extraño!
Pensé.)
Tragó saliva y me invitó
a que me sentara a su lado. Mientras insistía en mirar a todos lados.
- ¿Tienes algún “lío de
faldas”? – Le dije para disipar la dureza de su rostro, pero él se sonrió y me
hizo señas con las manos de que no era ese el tema.
Quise insistir, pero algo
en mí, me indicó que era mejor guardar silencio, y que ya “verá” él si me cuenta o no, lo que lo atormenta.
…Así que me dediqué a
contemplar a la gente que por esos lados transitaban.
Muchos lo saludaban -era muy conocido, ya que fue dueño de una
bodega cercana…Que ya no existe, ya que
él se hastió de eso.- Él respondía
los saludos, con mucho desgano.
De repente se me quedó
mirando muy fijamente y me adelantó…
- Vos sabeís que yo soy
divorciado. Y que mi ex y yo, nos pasamos en una guerra perenne.
¿Lo sabías…? – En
realidad, en alguna conversación ya pasada, algo me relató, y me dijo que eran
irreconciliables.
Ellos procrearon a tres
hijos -ya todos mayores- pero que ella es muy guerrera -y él también-
Son como “el agua y el
vinagre”, pero bueno en alguna época se habrán entendido, por qué sino ¿Cómo
pudieron tener tres hijos…?
¡Me imagino! que en alguna
época se habrán “amado” y que por alguna razón “se les volteó la tortilla” y
ahora lo que los separa es ese odio visceral que ambos cultivan a la
perfección. (Y que ni siquiera la presencia de sus tres retoños, lima esa
aspereza.)
¡Misterios de esta vida! -Me dije en esa ocasión- pero ya pensaba que como vivían
separados…Poco contacto tenían…Pensé…
Pero por lo que le oí, en
esta ocasión…Como que la revolución sigue vigente.
- Ayer me visitó “la
mujer esa” -la madre de mis hijos- ¡Chico y comenzamos a hablar bien! Pero como nosotros siempre hemos tenido “una
culebra enrollada” entre nosotros
¡Pues salió a
relucir! ¡Y ya ni siquiera me recuerdo
cómo fue que empezó la cuestión!
El caso es que ella
empezó a maldecirme a mí, a mí Santa Madre
-muerta- a mi Padre -muerto también- a todos mis hermanos y a toda mi familia en
general. (¡Y se revolvieron mis apellidos!)
¡Yo también comencé a
devolverle cada insulto! ¡Uno a
uno! -No me le iba a quedar
callado- Y ya basta eso de que cada vez
me esté echándole peste a mis muertos. (Son mis familiares… ¡Ya basta de
ofensas chico!)
¡Yo también le hice lo
mismo con los de ella!
¡No me aguanté mas! ¡Nos
ofendimos!
¡Nos sacamos la
generación entera -cada uno- y eso no le gusta a nadie, menos a mí!
La cuestión se fue
subiendo, el calor de esa confrontación, cuando de repente se aparecieron: Su
madre, su padre y sus hermanos -ya
fallecidos- ¡Un montón de sus muertos se
me aparecieron amenazantes!
¿Te imaginas ese
“aquelarre”? ¡Es una abominación que no tiene fin!
¿Muertos…? ¡Hasta cuando
me “joroban” mi vida!
(Algunos los conocía y
otros ¡nunca los había visto, hasta ese momento!)
…A mí se me subió la
tensión o se me bajó…
¡Me asusté al verlos!
(¿Te imaginas eso…?)
¡Y todos ellos venían “en
son de guerra”!
¡Venían a “envainarme”, a
acabar conmigo!
Y yo me les eché para
atrás…
¡Le llegué con mi espalda
a la pared!
(Por qué… ¿Cómo les podía
hacer frente…?
No tengo forma de
enfrentármeles.
Y hasta llegué a pensar…
¡Estos muertos han venido
a ejecutarme ya mismo!
…Yo pensé y le pedí a mis
muertos: “¡Vengan a ayudarme porque esa manada de espíritus me van a volver un
“puré…”! (y no precisamente de patatas.)
Y allí pegado contra la
pared, me tenían acorralado. Vi cómo se me acercaban todos ellos con el odio
reflejado en sus rostros -sé que te
costará creerme esto y hasta llegaras a pensar que me estoy volviendo loco…Pero
¡te juro que así pasó!- Guardó silencio
por unos instantes, sus ojos los tenía brotados, pude ver que se encontraba en
shock emocional, y por eso preferí callar y esperar a que él mismo se tomara
todo el tiempo que él considerara necesario, para continuar con tan horrendo
relato, como en efecto hizo, después de carraspear y mirar nuevamente a todos
lados, fijó toda su atención en mí y continuó….
- Pensarás que me estoy
volviendo loco…
- De ninguna manera,
sigue, sigue…
- ¡Ya me “tenían frito”!
y ya consideraba que me iban a llevar con ellos, cuando oigo un escándalo
detrás de mí y veo que todos mis atacantes comenzaron a quedarse quietos y a
retroceder un paso y luego otro…
¡Estaban
retrocediendo y en sus rostros pude ver el temor que los impulsaba a huir!
Y yo me pregunté: ¿Será
que mis muertos estarán llegando? O
alguien está entrando…
Fueron momentos muy
escalofriantes…
Pero si noté que todos se
quedaron estáticos.
En el mismo sitio, pero
ya no me miraban…Miraban a varias direcciones…
Pero ¿Quiénes son los que
han acudido en mi ayuda…? ¡Dios mío!
Pensaba en medio de mi
terror…
…Y de repente… ¡Vi a mi
Padre! Luego a mi madre, a mis tíos
-todos ya muertos- ¡Ah, vinieron
en mi auxilio! -Me dije en medio de un
instante de alegría súbita que me dio-
Mi padre me dijo…
“¡Quédate quieto hijo,
aquí nadie te va a hacer ningún daño!”
- ¡Gracias papi! –Le dije emocionado- ¡No te lo niego!
¡…El alma volvió a mi
cuerpo!
Ya me sentía protegido.
Y no te sé decir cuánto
tiempo duró ese encuentro, en que uno a uno se retaban, pero se quedaron así:
¡Cómo si fuesen unas “estatuas”!
Pero de repente…Mi Padre
se abalanzó sobre “mi ex suegro” Y comenzó esa batalla campal.
No sé cómo podré
explicártelo.
Pero de repente, la mata
frondosa de mango que tengo en mi patio (Que mide mas de quince metros de
altura, ¡tú lo sabes!)…Comenzó a moverse de un lado a otro. (¡Y su tronco es
anchísimo!)
Y sin decirte ninguna
“palabra falsa o exagerada” vi, con
estos mismos ojos con los que te estoy mirando, como se mecía de un lado a
otro.
¡Parecía que se iba a
arrancar de raíz!
Qué horrendo
espectáculo. Es increíble.
Llegaba desde lo mas alto
hasta el mismo suelo. (Y me dibujó con sus dedos, la ondulación tan prolongada
que esta hacía.)
Con decirte, que partió
la cerca que da con la calle ¡de un solo
trancazo!
Y luego se volvió a izar
y partió el techo de mi propia casa…
¡Hizo trizas el techo y
las dos paredes de uno de mis cuartos! (Que son de concreto duro.)
Aquello fue un
pandemónium.
…Yo corrí a guarecerme,
ante esa pelea de gigantes…
Varias ramas -de las mas grandes y que estaban
arriba- se partieron como
“galleticas” ¡Eso fue horroroso!
- ¿De verdad? – Le dije
asombrado…
- ¿Quieres ver los
desastres…? Ahora mismo tengo a varios
albañiles, arreglando todo ese desastre.
- Bueno, en verdad, es
que me has dejado “en una sola pieza”
- Nadie me podrá explicar
con exactitud lo que allí ocurrió.
¡…Pero mis muertos
acudieron en mi ayuda!
Y de allí nadie me podrá
sacar. ¿Y para muestras…? Allá está todo destruido.
¡Eso es un desastre ahora
mismo!
- ¿…Y cómo finalizó
todo…?
- No lo sé. Lo único que
te puedo decir…
Es que de repente: ¡Todo
se aquietó!
¡La paz volvió!
- ¿Y tú ex?
- La vi corriendo. ¡No sé
cómo hizo, pero se saltó una cerca que mide mas de dos metros!
¡Ella misma lo hizo!
El caso es que cuando
ella escapó…Todo se calmó.
…Ojalá no vuelva nunca
mas.
¿…Podrás creerme…? – Me
dijo mientras con sus ojos me escrutaba de una forma salvaje.
- Domingo…Aunque es muy
extraño todo, pero no tengo forma de negarme ante la evidencia de tus palabras…
- ¿Si quieres vamos a mi
casa…?
- ¿Y para qué?
- Para que veas que no te
miento.
- Con tu palabra me
basta. – Él pareció no muy convencido y me seguía insistiendo a que lo
acompañara…Pero en mi mente: Me decía ¿Y si se vuelven a aparecer los
contrincantes…Y yo allí…? ¡Zape, bien lejos con eso!
©
Bernardo Enrique López Baltodano 2015
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