Hoy es sábado y estoy terminando esta narración, se las anexo.
“Te
lo voy a contar”
-
Te lo voy a contar (Aunque no me lo estás pidiendo, ¡pero bueno!) y arranco de
esta forma… - Su interlocutor permaneció impasible, y esto lo motivó aún mas.
-
Regresemos a mi sala entonces, porque no pretenderás que nos quedemos parado
aquí a pleno sol…Como si nos tuvieran castigados. – Se sonrió ante la actitud asumida por
su compadre, y le obedeció. En verdad que estaban a plena luz solar y por la
hora (Eran como las 10 de esa mañana muy acalorada.) era mejor guarecerse en un
lugar mas acogedor y la casa de su compadre se presentaba siempre como un
espacio propicio.
Entraron ambos y se acomodaron en la amueblada y
espaciosa sección de tan reconfortante unidad habitacional.
Su anfitrión, le trajo un vaso con agua y se la
colocó a un lado, en una mesita, y le indicó que allí se la depositaba.
- ¡Gracias mi compa! Tú siempre tan amable conmigo.
- ¿Y qué mas puedo hacer? Respondo a todos los
buenos tratos que siempre me has deferido. Pero bueno, ya que estamos
tranquilitos y serenos…
¿Por qué no arrancas con tú relato…?
- Ya mismo, no mas déjame que me tome un “buche” de
este líquido portador de vida. – Lo contempló con una sonrisa de satisfacción.
Ambos se conocían desde hacía muchos años y ya lo
conocía, así que esperó hasta que se tomara no un buche, tal como le dijo, sino
que se tomó todo el contenido, a lo que le dijo al instante…
- Como que estaba vacío mi compa…
- El sol, mi broder, el calor…
- Ya te voy a buscar mas. ¡No hay problema!
- Ok. Y cuando vuelvas, comenzaré. – Se quedó en
espera de que fuera a la nevera y vio cuando le sirvió nuevamente, cerró su
puerta y se volvió, haciéndole señas de que no perdiera mas tiempo. Pero aun
así, se adelantó y le tomó el vaso de agua que le traía su compa.
- Bueno, ya voy a comenzar.
Resulta que tengo un amigo que me contó lo siguiente:
Ayer mi esposa se encontró con su hermano y este le preguntó… ¿Cómo te sientes…?
– A lo que ella le respondió…
- ¡Bien! ¡Muy bien! Recuerda que apenas tengo: 15
añitos de vida (Y yo me le quedé pensando:
…Pero si ese es su hermano menor y cuenta con ¡mas
de sesenta años de vida! ¿Cómo digiero esto? No obstante calle, ya que mi
costillita con toda seguridad se me va a poner furiosa.)
Sin embargo muchas dudas acudieron a mi mente. Y
para tal efecto te cuento esto:
Si mi esposita tiene 15 añitos de vida…
Su hija menor mas de cuarenta…
Y su esposo (Aun cuando es contemporáneo a ella.)
alega que no ha llegado ni a los veinte y ochos años…
¡Resulta que ambos tienen a su hijo que ya pasó de
los 17 años!
Y entonces yo le dije a la hija de mi esposa… ¡Tú
debes ser “una roba cuna”!
A lo que ella extrañada me responde: ¡Y por qué me
dices eso…? Y yo le respondo: Si tú tienes
mas de cuarenta y tu marido no llega a los veinte y
ocho años y tu hijo mayor tiene mas de diez y siete años… ¿Qué edad tenía tu
marido…? Porque 28 menos 17… ¡O sea que él tenía once…! Menos los nueve meses
que estuvo en tu barriga… ¡Diez años…Lo violaste!
Y ella se me hace la loca, volteando la cabeza a
otro lado y cambiándome de tema en el acto.
…Pero ahora resulta que mi esposa me alega a mí que
tiene: 15 años…Y yo paso los sesenta.
¿Entonces resulta que el “roba cuna” soy yo…?
(Compa en verdad, yo me quedé varios minutos sin
poder entender ese galimatías. ¡Sencillamente…No entendí nada! – Su compadre
arqueó sus cejas y acercándosele le pidió que volviera a plantearle ese enigma
a lo cual, Ricky accedió de buena forma.
Se lo repitió mas de cinco veces y a la final su
compa, le hizo señas de que continuara, ya que se le antojaba muy complicado.
- ¿Verdad que está todo enredado?
- Bueno…En este mundo de locos.
- ¡Por esa razón mi amigo lo consultó con su abogado!,
haciéndole la pregunta: ¿Es esta una familia normal…?
- ¿Y qué le respondió el letrado…?
- Silencio. Debe ser que aún no lo ha podido digerir
todavía.
El caso es que ya le avisaron que en un supermercado del
gobierno había llegado: pollo y carne.
¡Y para allá se dirigieron ambos!
- ¿A cuánto el kilo de pollo?
- A 65 bolívares el kilo.
- ¿A 65 cuando en la calle está sobre 600…?
- ¿Verdad que vale la pena?
- Pues claro.
- Ahora vas a ver. Cuando llegaron a la instalación.
¡Eso estaba que no cabía un alma!
Sin exagerarte: ¡Habían centenares de personas en
las mismas!
- Me lo imagino.
- ¡Si compadre! Me contó el amigo que eso parecía un
estadio full de espectadores.
El caso es que le dijeron que se fueran a inscribir.
Y eso hicieron y les tocó: A ella el número 20 y a él, el siguiente.
- ¿Ah, pero no es que eso estaba full…?
- Si, pero esa lista era para los de la tarde.
Pero nadie les garantizaba que alcanzara para ese
entonces, ¡es mas! Como estamos en fecha decembrina, les aseguraron que ese día
era el último por este año. ¿Qué otra cosa podían hacer…?
Había como tres colas. La normal, que ya habían
llegado allí a eso de las cuatro de la mañana.
La cola de los “tullidos” o incapacitados y otras
mas de la “tercera edad”
Bueno ellos se sentaron a esperar.
Pero veían como pasaban grupos de personas, que no
estaban en ninguna cola…Y pasaban y salían con las bolsas repletas de carne,
pollo, aceite, harina para hacer arepas y todo lo que podían. Y por esa razón,
la esposa (La que tiene: 15 añitos de vida.) se levantó y se colocó en la
puerta. Y comenzó a tarear a todos los vigilantes destacados, con la finalidad
de que los dejaran entrar.
¡Y así pasaron varias horas! ¡Y nada!
Vieron como entraban policías, bomberos, otros
vigilantes, guardias nacionales y todo tipo de funcionarios aparte de mujeres
muy bien trajeadas. ¿Y ellos…? ¡Nada!
Y ya de tanto y tanto bregar…
¡Lograron entrar! Y cuando lo hicieron se
encontraron que adentro estaba mas lleno de personas que afuera.
Consultaron y les dijeron que corrieran detrás de
ese grupo de personas, que estaban agarrando lo que pudieran, y ella que es mas
pila que su marido, le dijo: “Tú quédate en la cola mientras yo voy a ver que
encuentro y además a ver si me consigo o una cesta o un carrito para poder
transportar la compra”
Y eso hicieron.
Mira: Pasaron otras largas horas de espera.
Y mientras adentro, fueron testigos de cómo la gente
se encontraba “a punto de ebullición” puesto que cuando veían algo raro,
comenzaban a protestar y a gritar. Mira en verdad, que la situación en este
país está muy grave.
Y esa carencia de: Leche, aceite (Tanto de comer,
como los lubricantes.), leche (No se consigue de ningún tipo: Ni liquida ni en
polvo.), pollo, ¡ni nada! Esto es espantoso.
- ¿Y de la medicina, qué me dices…? – Le preguntó
muy seriamente.
- Ciertamente: ¡Nada se consigue! Este país llamado
Venezuela, ha sido saqueado en todos los costados. No puede ser que ni siquiera
se consiga papel sanitario, ni toallas femeninas, ni pañales (Ni para niños,
mucho menos para los adultos.)
Bueno el caso es que todos estaban “a flor de piel”
para estar formando sus algarabías.
Y ya no les está importando si están uniformados o
no, ¡igual se les enfrentan!
Y así fueron avanzando y avanzando. Tardaron mas de
tres horas para poder llegar a la caja.
Y en ese trayecto, aparecieron varios empleados y
los surtieron con: 2 pollo y tres bolsas de carne (Parecen que venían de Brasil.) y mientras
tanto, se escuchaban gente peleando y protestando…Por cualquier cosa.
El caso es que ellos habían llegado a ese negocio
del gobierno como a las 8 de la mañana y ya eran…Las 4 de la tarde…Y todavía le
faltan una decena de metros y se tardaron como una hora mas.
Salieron como a las cinco de la tarde. ¿Cómo
estarían ellos…´?
Sin almorzar y teniendo que aguantar toda esa odisea
por dos pollos, un litro de aceite de comer y tres bolsitas de carne…De
segunda, porque ya no había mas.
¿Cómo…Con que aliento se ponían a discutir…?
¡Si lo que estaban locos era por pagar, llevarse lo
que habían comprado y largarse…!
El caso es que salieron con sus piernas y pies,
sumamente adoloridos…Mas de 8 horas estuvieron y al final…Entraron a un
restaurant a almorzar…A eso de las cinco y media.
Bueno, lograron llegar a su casa. Y cuando lo
hicieron, ya no podían ni con su alma.
Y ya en la noche, le dijo ella a su marido (A mi
amigo.) que le diera unos masajes en todo su cuerpo, ya que estaba adolorido
por todas partes y ¿Sabes que le dijo él…?
- ¿…Y cómo saberlo…?
Estoy esperando que me lo cuentes.
- Él le preguntó extrañado: No te entiendo, me estás
confesando que estas en las últimas, pero sin embargo me afirmas que “apenas
tienes 15 añitos de vida” cuando lo que estoy contemplando es a ¡una vieja de
69 años!
- ¿Así le dijo…?
- Así mismo compa.
- Y qué le respondió ella.
- Lo botó.
El pobre hombre llegó a pedirme “asilo diplomático” –
El compadre se echó a reír al escuchar su versión.
- El caso compadre es que la mujer le está pidiendo
el divorcio… ¿Y a él?
Lo tengo asilado en mi casa. ¿Qué te parece…?
- Que hay cosas, que aunque sean ciertas…Es mejor
callarlas. Y a tú amigo, le pasó eso ¡por andar de jetón! Ya que a ninguna
mujer le gusta que le estén recordando esas cosas y menos si tiene esa edad. ¡Qué
loco fue ese hombre!
¿Total tanto sufrimiento y ni siquiera pudo probar
ni el pollo, ni la carne….?
Y te aseguro que se lo está lamentando.
Pero hay cosas que jamás se le pueden decir a mujer
alguna…Y menos a “su costillita”
© Bernardo Enrique López Baltodano 2015
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