Título: Apunta Junípero... Apunta
© del texto: Belbaltodano (Bernardo Enrique López Baltodano)
http://belbaltodano.blogspot.com
© de la portada: Kasandra
www.graphikas.com
© de esta edición en PDF: NOA ediciones
www.noaediciones.com
www.noaediciones.es
E-mail. info@noaediciones.com
Tel. 964454451
Primera edición en e-book: Abril de 2013
ISBN ePub: 978-84-940914-0-7
ISBN PDF: 978-84-940914-1-4


“Después de mí… ¡Nadie mas!”
Sábado; 03-04-14.-

¡Mi marido está muy apenadísimo con ustedes!
¡Por favor: Borren de sus mentes, todo aquello!
(¡Uy qué horror! ¡Nunca debió haber acontecido!)
¡Fue muy feo y amargo!
- …Pero…Pero, ¿Borrar qué?
- ¡Ay Migue! Tú mejor que nadie, siendo hombre.
¡Son cosas de hombres! Ya él me explicó todo.
- ¿Y…Qué es todo…? – Preguntó intrigada Carmen.
- ¡Cosas de hombres Carmen!
¡Cosas de hombres Susan!
No nos metamos más, en asuntos  que solamente los hombres entienden.
(Háganme caso, no vale la pena. Nosotras somos mujeres y debemos aceptarlo tal cual es.)
¿Me entienden?
- No. – Respondió Susan, visiblemente alterada.
- Yo  tampoco y pido perdón, si ofendo por mi ignorancia. – Carmen se unió a Susan.
- ¡Ay ustedes me la ponen dificilísima!
Amigas mías. Romancito, fue engatusado. (¿No lo ven?)
Fue…Engañado, en su buena fe. (Y ¡fue así!)
Él no quería que más nadie se enterara, pero al llegar nosotros… (Y en mal momento.)
Sin querer, lo ayudamos a salir de tan embarazosa  situación.
- ¿…Cada vez entiendo menos…?
…Discúlpame Gersy – Carmen  miraba a sus compañeros y estos a su vez, eludían comentar al respecto.
- …Es mejor dejar “Esas cositas así”
Más que todo, porque allí se confluyeron  ánimos y desánimos.
La vida es un tanto; complicada.
Nos enrevesados y nos embarramos en situaciones que pueden escapar de nuestro control. Y es así, no hay vuelta atrás…
Mi Romancito, me informó que a pesar de todo...
Los sigue queriendo y respetando. (Los ama y comprende.)
¡Cómo siempre ha sido!
Así que por esta razón…
Es mejor, pasar la página y comenzar de nuevo.
Olvidemos lo que pasó. (Es lo mas sensato y cuerdo.)
Ya Mi adorado esposo, ha subsanado todo ese quejumbroso y muy detestable…embrollo. (Muy degradante, por cierto.)
No hablemos más de esa “Enojosa situación”
Y que continué nuestra celebración…
Como si nada ha pasado. (Y es lo que pasó.)
Y en verdad…
Ya yo, lo olvidé y por eso, se lo estoy pidiendo a ustedes
…Mis amigos y colegas… ¡Olvidemos todo eso!
Le agradecemos con el alma.
Y con nuestro corazón… (¡Que es así de enorme!)
- ¿Vieron? Así está mejor. Bueno. Yo misma le haré llegar todos sus mensajes de agradecimiento.

Él se pondrá muy contento. (Y es que ya lo estoy sintiendo.)









“Conversaciones con don Carmelo”
03 – 04 – 2. 014.-

Y aprovechando que las “hermanitas” se fueron al baño, entonces  me le acerqué y le dije…
- Mira yo creo que esto no va a funcionar…
- Y él burlándose de mí me respondió…
- ¡Si la tienes: “loquita”! y hasta estaba diciendo que te iba a “sacar todo el jugo”
¡Te va a coger!
¡Ella es la que te va a “desvirgar”!
(¿No te parece…”gracioso” esto…?)
- ¿De verdad que dijo eso de mí?
(Es que me cuesta creerlo:
¡La veo demasiado seria conmigo!)
- ¡Claro que si! Te tiene “ganitas” y nos dijo que se va a sacar “la solitaria” contigo…Je, je, je, je (¡Qué risa me da!)
- ¿No me estás engañando? – No le creía su cuentecito, es mas sospechaba que se mofaban todos ellos de mí; por cuanto yo estaba viendo todo lo contrario.
(Y no estoy exagerando esto; al afirmarlo.)
¿Acaso ha tenido algún gesto “agradable” hacía  mí?
¡No! ¡No! (¡Por supuesto que no!)
Es mas; ni siquiera me miraba.
(¿Y voy a creerme ese cuentecito, ah?)
Yo estaba como “plancha de chino” y no podía disimularlo. – Me quedé “escuchando” esa horrible cancioncita que sonaba a todo volumen de ese infernal “equipo de sonido” y el amigo seguía sorbiendo su cervecita.
- Las dichosas regresaron mucho mas rápido de lo que yo pensaba, y apenas alcanzó a repetirme por…
¿Enésima vez? -Y le repetí que ya hasta me lo había grabado –no quise decirle mis sospechas al respecto.
El caso es que cuando ya llegaron, terminamos esa ronda y él mandó a pedir la cuenta y cuando llegó el mesonero, me la lanzó a mí diciéndome…
- Paga tú, que después pago yo. – Y se levantaron.
¡Me dejó estupefacto esa acción!
- Y yo me dije: ¡Me ensartó este desgraciado!
¿Ahora pago yo y…Si me dejan en la estaca?
Se quedaron allí mismo y hasta que no hube pagado, no se movieron y después me dijo sarcásticamente… 
- Bueno compae… - Me dijo ya en el momento de partida. - ¿No se te va a olvidar nada? (A pesar de el tono en que me lo dijo; algo en mí me recordaba que esto “podía ser ¡un acto de alta traición”! No obstante, le seguí su juego y le adelante con mucha firmeza…

- Ni jota. ¡Todo bajo control! – Me dio la llave de su carro y se sentaron ellos dos, atrás y adelante iba yo, con la que me tocaba.









“Conversaciones con don Carmelo”
Martes; 02 de mayo de 2.014.-

En verdad; que me quedé todo cortado.
¡No aceptó mi caballerosidad! (¡Bruta! ¡Animal!)
…Y eso ¡me dejó boquiabierta!  
…Parecía un perfecto “idiota”…
No supe como reaccionar, ya que por primera vez una fémina rechazaba mi caballerosidad.
No obstante insistí, quería ganarme su favor, -sin necesidad de obligarla- y le ofrecí yo mismo una cervecita o un refresco -¡pero esa mula ni me miró!- y cuando la oí fue una jerga que jamás he podido entender. 
(¡Bruta, mas terca que una mula!
¡Qué desgracia la mía…Y yo con esas ganas!!!)
Mi amigo y su mujer se rieron y por la mirada que me echaban, comprendí que algo “muy gracioso” había dicho esa condenada mujer.
(En cambio yo veía a la mujer de mi amigo…
Tan graciosa, tan femenina.
¿Y por qué me pasan a mí estas cosas?
¡Me tocó la arisca de las hermanas!
Una perfecta gata salvaje.)
Y así fue transcurriendo ese festín.
Ellos hablando en su lengua; y yo observándolos.
¿Qué otra cosa podía hacer?
Lo contemplaba a él, ¡gozando con esas dos!
(¡Y hasta llegué a temerme: Este se va a quedar con las dos!
Y me trajo solamente para que le sirva de chofer. ¡Desgraciado, mal parido!)
En verdad, que temía eso.
Estaba mas aburrido que una ostra.
Sentado, y solo mirándolos y verlos como me señalaban y se carcajeaban (Será de mí…)
Lo único que me tranquilizaba era que de vez en cuando…Ella me miraba, de reojo…
Y aprovechando que las “hermanitas” se fueron al baño, entonces aproveché yo…
- Mira yo creo que esto no va a funcionar…
- Y él burlándose de mí me respondió…
- ¡Si la tienes: “loquita”! y hasta estaba diciendo que te iba a “sacar todo el jugo”
¡Te va a coger!
¡Ella es la que te va a “desvirgar”!
- ¿De verdad que dijo eso de mí?
- ¡Claro que si! Te tiene “ganitas” y nos dijo que se va a sacar “la solitaria” contigo…

- ¿No me estás engañando? – No le creía su cuentecito, es mas sospechaba que se mofaban todos ellos de mí; por cuanto yo estaba viendo todo lo contrario.











“Después de mí… ¡Nadie mas!”
02 de mayo del 2. 014.-

Y que ha visto, que realmente, me aman y por esa razón…También los ama.
- ¡…Gersy…! – Se quejaron sus amigos.
- ¡Sí, sí y me disculpo! Pero es que no podemos ser…Mal agradecidos.
¡Mi marido nos está pagando esta excelente recepción!
Y lo menos que podemos hacer…
Es agradecérselo…Nada más.
¡Ah, y es conveniente recordar…! 
…Aunque presiento que ya todos los aquí presentes, bueno…Alguno de ustedes.
Se recordarán un evento un tanto…
Triste y digamos…”Enturbiado”.
Y perdónenme, pero me quiero referir a “Ése infeliz” y un tanto “Confuso” acontecimiento.
Ya ustedes, lo saben, ¿Verdad: Migue-Carmen y Susan?
- …Ya…Gersy…Ya…
- …Bueno…Mi honor y el de mi marido, quedó algo así como: “Averiado”
- ¿Averiado? ¿Cómo así Gersy?
Explícate por favor… - Le consultó Susan, aún sin entender plenamente a lo que se refería ahora su amiga.
- Susan, tú también estuviste presente.
Y quiero disculparme contigo y con el resto.
Mi marido, también está profundamente herido y él quiere, que todos lo disculpen.
En caso  claro está, que se consideren a sí mismos…Heridos…
- No te estoy entendiendo nada… - Intervino Miguel.
- ¡Gracias a ti también, mi noble amigo!
- A tu orden, siempre. Pero, es que no te estoy entendiendo del todo… - Se disculpó públicamente Miguel.
- Sí, Migue. Lo que les quiero decir es:
¡Qué disculpen todo el mal entendido!
¡Mi marido está muy apenadísimo con ustedes! ¡Por favor: Borren de sus mentes, todo aquello! ¡Fue muy feo y amargo!
- …Pero…Pero, ¿Borrar qué?
- ¡Ay Migue! Tú mejor que nadie, siendo hombre. ¡Son cosas de hombres! Ya él me explicó todo.
- ¿Y…Qué es todo…? – Preguntó intrigada Carmen.
- ¡Cosas de hombres Carmen!

¡Cosas de hombres Susan! 






“Después de mí… ¡Nadie mas!”
Jueves; 01 de mayo del 2.014.-

¡Felicidades a los que no tuvieron que copiarse de mí!
¡Ya va, ya va, ya va!
Ahora le toca el turno…A: ¡Susan Flores!
Susan se levantó rápidamente y en escasos minutos, hicieron el silencio respectivo.
- ¡Yo, en verdad es que estoy muy entusiasmada!
Me parece un verdadero sueño…
¡Al fin nos graduamos y todos!
Ya se acabaron: Los estudios.
Sus compañeros aplaudían y gritaban desaforados.
- Ya se acabaron: ¡…Nuestros desvelos!
Más aplausos.
- También: …Los libros…
…Las guías… ¿Esto no es bueno?
¿Verdad que sí?
¡Ya somos profesionales de verdad!
¡Hurra! ¡Hurra!
…Y ahora le doy la palabra a: Carmen Valbuena…
La alegría era desbordante.
- ¡Hola grupito! ¡Holaaaaa!
¡Un abrazo muy fuerte a todos y cada uno de nosotros!
Nos lo merecemos. Nos lo hemos ganado.
Somos victoriosos.
Y así fue transcurriendo esa noche.
El grupito, eran de apenas unos 6 estudiantes y que ya hoy, estaban celebrando con toda la pompa que se pudieron permitir.
Cada uno fue con su pareja.
Menos Gersy, Román se excusó alegando que esa noche le tocaba seguir trabajando y que por esa razón, no podía asistir.
Y como para congratularse con su bella esposa, pagó todos los gastos de esa celebración tan pomposa.
Cuando le tocó el turno a Gersy, todos callaron y esperaron sus palabras.
- ¡Hola a todos! ¿Qué más podré agregar?
¡…Ya todo lo han dicho ustedes…!
¡Qué me siento profundamente orgullosa de poseer y de contar con la amistad de tan bellas personas! ¡Amigas de verdad, verdad y que se la han jugado conmigo y con mis problemas!
¡Qué vivan mis amigos!
Y se la han jugado…Siempre conmigo. ¡Gracias!
¡Gracias! ¿Y cómo podré pagarles a ustedes…?
A ti: Migue…Siempre pendiente.
Siempre un buen amigo. Siempre presto.
A ti: Susan…Me has defendido a costa de lo que sea…
A ti: Carmen…Siempre has estado a mi lado…
A ti: Marisela…Con un consejito siempre a flor de labio
Y a ti: Adriana…En apariencia distante…
Pero siempre allí, a mi vista.
Me alegra muchísimo, que hayan venido a este pequeño ágape. Bueno…
Ya saben, que mi querido y amado esposito…
Nos pagó esta recepción: Pero no pudo venir.
Y quiero disculparme…Por él.

Él les manda a decir, que a cada uno de ustedes los quiere y los aprecia. 









“Conversaciones con don CARMELO”
Jueves; 01 de mayo del 2.014.-

Les brindamos unas cervecitas y después las metemos al monte.
– Bueno dos cosas no me parecían lógicas.
(Decidí decírselo, aun cuando ya había decidido no decirle nada…
Pero era que no me aguantaba mas…)
- Primero: ¿Empujarla para tirarla al suelo?
Me sonaba como a los hombres de la antigüedad.
(Los que vivían en las cavernas.) 
…Y me vas a perdonar, pero eso me parece muy: ¡bestial!
Y Segundo: ¿En el monte?  Y…
¿No podríamos ir a un hotelito o hacerlo en el carro?
¡Yo nunca lo había hecho así de esa forma, nunca! Pero…
¿Qué es una raya mas para este tigre?
Y nos fuimos. En el trayecto me siguió explicando. –Yo iba muy miedoso- no lo voy a negar.
Y cuando la vi. Con sus batas largas que no se les ve… ¡Nada!
(Y a decir verdad, temía mucho que en vez de una mujer…Me saliera un macho.
¡O cualquier barrabasada! de esas que tus amigos te echan, nada mas ¡para mofarte tuyo!)
-Y era lógico mi temor; ya que esa “bicha” ni siquiera se dignaba en verme a la cara.-
- Y yo la vi muy seria.
(Dude de todo lo que me había asegurado ese gran carajo.
¡Pero allí estaba yo, al pie del cañón!)
- Sin embargo; me sentía incomodo:
¡Era una mujer!
Y yo quería rendirle todos los honores que se le deben guardar a una fémina.
(No importando si era una india de ¡pura cepa!)
Bueno antes de sentarnos, yo quise acomodarle su silla –cuando de repente ¡zuas!
Ella mismo ¡se lo hizo!- jaló con toda su fuerza y produjo un estruendo.
Todos se voltearon a ver y me encontré en medio de todo eso… ¿Te imaginas esto…?
Me quedé con las manos en el aire…
Porque esa condenada la jaló con tanta fuerza…
(¡Y me dio una rabia!)
¡Que se tuvo que haber golpeado sus senos con el borde de la mesa!
¡Por bruta, re bruta!
Y la india mas bien como que se me ofendió…
¿…Total…?
Me quedé como si yo le hubiese hecho alguna maldad…
Te confieso que me quedé en una sola pieza.
Pero… ¿Qué mas podía hacer?
En verdad; que me quedé todo cortado.
¡No aceptó mi caballerosidad! (¡Bruta! ¡Animal!)
…Y eso ¡me dejó boquiabierta!  
…Parecía un perfecto “idiota”…
No supe como reaccionar, ya que por primera vez una fémina rechazaba mi caballerosidad.

No obstante insistí, quería ganarme su favor, -sin necesidad de obligarla- y le ofrecí yo mismo una cervecita o un refresco -¡pero esa mula ni me miró!- y cuando la oí fue una jerga que jamás he podido entender.