"Carta a San Nicolás" - Domingo.











“Carta  a  San  Nicolás”



El pequeño Sebastián de apenas  4  años escribió una lista de regalos  para estas navidades.
En su inocencia acudió a su madre antes de ponerla “en el correo” y esto fue lo que escribió:
“Querido San Nicolás mi nombre es: Sebastián y soy hijo de mi papi y de mi mami.
Y vivo en mi casa. (Creo que no sabes mi dirección, porque en las navidades pasadas no viniste. ¿Será que no tienes mi dirección?)
Quiero decirte que este año he hecho todo el esfuerzo para portarme bien y lo he logrado.
¡En verdad soy un niño modelo!
Mi mami me dijo que si me portaba bien, tú me traerías todos los juguetes que me hacen falta.
Y como me porté bien, acudo a ti para pedirte lo siguiente:
En primer lugar quiero que me traigas un camión bien grandotote para que pueda aprender a manejar. Y que sea de color Verde como lo es la naturaleza. (Ese es uno de los colores que mas me gustan.)
Quiero también que me traigas un caballito, de esos que son altos y grandes, ya sabes para poder salir a pasear.
(Pero que venga ya comido, no tengo tiempo para salir a buscarle su comida.)
Además necesito que me regales una casa mas grande, ya que vivimos en una muy pequeña y no me caben mis cositas.
(¡Casi que me toca dormir afuera, porque no quepo en ella!)
Quiero que le des un buen trabajo a mi papi, el pobre sale todos los días a buscar trabajo pero siempre vuelve sin nada.
(Y siempre que le pido… ¡Nunca tiene!)
Dale mucho dinero para que me puedan comprar todas las cosas que me hacen falta, como dulces, caramelos y para que me saquen a comer afuera todos los días.
¡Ah y no te olvides de Pedrito! Él es mi hermanito menor, creo que tiene tres añitos, pero siempre me está quitando mis juguetes, quiero que le traigas todos los juguetes que él te pida, para que me deje tranquilo, mis juguetes.
(Me fastidia mucho, es muy llorón.)
¡Ah y se me olvidaba! Tráele a mami una cocina nueva, porque siempre se anda quemando con la viejita que ella tiene.
(Y que aprenda a cocinar sabroso.)
Tráele muchos vestidos nuevos, para que no se vista con “esos trapos viejos y sucio” que mi papi se los vive botando.
(Y a mi también. Ah y a Pedrito también.)
Ella también se queja porque no tiene sus pinturas…Tráele mucha para que ¡ya no se esté quejando!
(A mi no me traigas pinturas, pero puedes traerme otra cosa… ¡No sé lo que se ocurra, pero que sea para mí solito!)
Y se me olvidaba, también quiere un carro nuevo. Y no importa que sea viejo, pero que no se le quede accidentado y que le sirva bien, para que nos saque a pasear todos los días.
(El carro es para mí, pero para que mi papi no me lo esté pidiendo prestado…Tráele otro a él y a mi mami también. ¡Ya sabes!)
¡Ah y para mí te pido lo siguiente!
También me hace falta un avioncito, y no importa que sea viejito, pero que me sirva para salir volando por todos lados.
(Y así las chicas se podrán fijar en mí.)
Me hace falta mucha ropa.
Me hacen  falta muchos juguetes. Casi no tengo y los que tengo Pedrito mi hermanito, me los quiere quitar.
No se lo permitas por favor.
(Siempre tengo que darles los míos a él.)
¡Y se me olvidaba!
Quiero una laptop. Esa si que la quiero nuevecita. Que nadie mas la haya usado y que no me la quieran quitar.
(Y para que no me molesten…Tráele una a ellos y así me dejaran en paz.)
Quiero que me regales una fábrica de helados. Para comer todos los helados que me plazcan. Y de todos los sabores. Especialmente de chocolate, fresa, vainilla, en fin de todos los colores y sabores.
(Grande por favor…Mis familiares con toda seguridad que querrán también.)
¡Pero que nunca se me acaben!
¡Y que no me vengan a quitármelo tampoco!
Quiero tener pistolas, metralletas, bombas y todas esas cosas  –no las quiero para matar a nadie-  pero es que me gustan para mis juegos.
¡Cónchale se me olvidaba!
Me hace falta una bicicleta y un triciclo, también una patineta…y…y…unos binoculares de esos que sirven para ver las estrellas y la luna también.
También me hacen falta…Me hacen mucha falta… ¡Patines! No se te olviden.
¡No vengas sin traerme todo lo que te estoy pidiendo!
Pero si te toca venir y no me traes todo…
No importa, pero ¡no vengas con las manos vacías!
Puedes venir todas las veces que puedas, pero siempre con algo de esta pequeña lista.
No se te olvide agregar a esta pequeña lista… ¡Los chocolates! Tráeme  –por favor-
Muchos, pero muchos.
Y recuerda que me los he ganado, y no es necesario que se lo preguntes a papi –él se la pasa buscando trabajo-  y tampoco a mi mami  -ella se la pasa siempre preocupada y de mal humor, porque no consigue comida para darnos- ¡te doy mi palabra de que me he portado muy bien!
¡Palabra de un hombrecito! Esto te debe bastar.
Y me comprometo contigo que para el año que viene, no pelearé mas con Pedrito.
Dejaré que utilice todos mis juguetes, con la condición de que tú me los traigas nuevos ¿ok? ¡Es un compromiso entre hombres!
¡Ah y si me recuerdo de algo mas!
Cuenta que te volveré a escribir para pedirte mas regalitos.
Me despido;
Quién te ama, y espera de que me cumplas tu palabra y que no te me vas a hacer “el loco” o se te olviden mis peticiones.
Quién te espera con prontitud:
Sebastián.
¡Ah recuerda que tengo cuatro añitos, Pedrito tiene tres años!
¡Te estoy esperando!
Sebastián. (No se te olvide mi dirección)






3/3 "Apariciones"






“Apariciones”


Pero nada ocurrió…Salvo unos segundos después abrieron las dos puertas de la Emergencia…
¡Llevaban otra camilla…! Con un cuerpo forrado en sábanas viejas y sucias.
- ¿Otro mas? – Me preguntó ya casi llorando José- ¿Y…Qué le pasará a nuestra bebecita…?
En el acto corrieron todos los familiares del finado y comenzaron a llorarlo.
Muchas muestras de dolor y desesperación.
Se agarraban con desesperación a la camilla, unas jovencitas   -que serían familiar del muerto-  Yo me quedé apesadumbrado y reconozco que no supe ni que decir, como tampoco qué hacer.
José seguía muy apesadumbrado  -y no por el que estaba en la camilla, no-  sino por esa tierna vida a la cual nosotros sus parientes queremos y nos duele por el difícil trance en que nos encontramos. Además de su padre que estaba muy nervioso, adentro la muy angustiada madre.
Temí confesarle  -la presencia extraña-  pero ya en mi imperaba el terror.
- ¡Ya lleva dos! No permitamos que se lleve a… - Me dijo muy lloroso.
- ¿Y cómo se lo podemos impedir…?
¿Y si es el Ángel de la Muerte…?
- ¡No permitamos que la mire…! ¡Vamos a sacarlo a piedras! -  Al decirme esto un hálito de esperanza nació en lo mas profundo de mí…
Y hasta pensé en enfrentarlo.
…Aunque ¿qué podría hacerle…?
Y si ese viejo es la muerte misma…
De repente…
De repente se empecina en mí…
…Nunca se sabe…O del mismo José…
¿A la final?
Somos los únicos que nos hemos percatado de su nefasta presencia…
Y como pude jalé aparte a José y le dije…
- …Primo… ¡Hay que tener mucho cuidado! Mira que solo tú y yo somos los que lo hemos “visto” y eso me causa mucho resquemor…
¿Y si los próximos somos los dos…?
¿…O tú…?
- ¡Zape será tuyo que eres mas feo que yo!
- …No podemos atacarlo… ¿Estás loco acaso?
¡No podemos impedirle hacer “su trabajo”!
…Además estamos tan asustados los dos que es capaz de llevarnos ¡a nosotros dos!
- ¿Estás loco? ¿Y a mí…Por qué precisamente…?
¡Yo no le estoy haciendo nada malo!
…Bueno, en verdad fui el primero en verlo…
- ¿Estás viendo…?
- …Pero no estoy enfermo…
- ¡Eso no importa!
- ¡Me siento súper chévere!
- ¿Y a él…Qué le importa eso…?
- ¡Ahora sí que me asustaste, loco de bola! – El primo se quedó muy dubitativo.
No le agradaba esa idea.
- ¿Y en dónde está ese viejo macabro…? – Me preguntó de repente. Nos volvimos hacia el último sitio en que lo habíamos visto sentado.
- ¡No está! – Me dijo jubiloso.
- ¿Y ahora qué será…? ¿Se habrá ido?
- ¡Fuera! ¡Fuera! – Gritaba como un loco mientras se persignaba una y otra vez.
- ¿Te volviste loco ahora?
¿Y si está por aquí mismo y te escucha…? – Se puso pálido y enmudeció en el acto.
Una vez que se hubo calmado, aproveché y comencé a buscarlo…
Entré al área de Emergencia…Allí no estaba.
Por la UCI…Tampoco.
Salí por la puerta de salida…Contemplé que en ese momento partían los dos carros fúnebres.
Me persigné por el respeto a los “ya se fueron”
José me seguía con la mirada y vi que tenía sus manos entre lazadas en señal de que oraba sin cesar.
Le hice señas de que no lo había vuelto.
ÉL se levantó como un rayo y se dirigió en dirección opuesta…Caminó y revisó todo por esos alrededores…
- ¡Se fue! – Me gritó emocionado.
- Curioso…Ni lo vimos entrar…
- ¡Como tampoco salir! – Concluyó en forma victoriosa el primo, y cuando lo vi con mas detalle…Ya tenía su color natural.
…Regresamos en silencio…
Alegres…Pero temíamos contarle al resto de nuestros familiares que seguían “al dedillo” todo lo relacionado con ¡esa niña bella!
- ¡Ya pasó el peligro! – Gritó alegre mi alegre primo y el padre de la bebe nos miró y le preguntó…
- …Todavía no sabemos nada. La pediatra está tratando de conseguirle una vena para una inyección que deben ponerle.
¡No podemos cantar victoria aun!
- Es posible que la dejen hospitalizada…- Nos dijo preocupada su abuela…Nuestra tía.
Le hice señas a mi familiar…Recordándole que era mejor que no dijésemos nada…  
Y él aceptó callar.
…Nos volvimos a sentar…
- ¿…Y si vuelve…?
¿Qué le vamos a hacer?
¿Vamos a dejar que haga lo que le de la gana…?
- ¡Cállate primacho…No seas ave de mal agüero!


Fin.

Bernardo  Enrique  López  Baltodano  - belbaltodano-
Maracaibo; Octubre  25  de  2.014.-