...En lo etéreo...

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Se había entretenido mirando el paisaje, caminaba  encantado observando la vegetación, la frondosidad con esa elegancia y distinción de tan vividos colores. ¡Qué diversidad de vida estaba conviviendo!
¡Sentíase completo, lleno y en una catarsis…Inigualable!
Contemplaba todo, desde abajo a arriba y de un lugar a otro.         Fascinado andaba pleno de emoción y de entusiasmo.
No le prestaba atención al tiempo transcurrido…
El citadino caminaba extasiado, tanto así, que el tiempo y el lugar le  fue muy propicio. El caso es que de la manera mas normal, de repente se vio acompañado con un hombre, que por las arrugas de la piel, presagiaban que era muy viejo. Pero que en su vejes, no le causaba ningún tipo de reparo. Pues se le veía muy ágil.
…El caso es que esa presencia a su lado, lo estimuló. Se sintió acompañado.
…Y como suele pasar, en cosas tan normales, se vio envuelto en conversación sana con este anciano…Y se dedicó a escucharle…
-         Recuerdo, ¡tal como si me estuviese pasando ahora! (…Y es que esto que te voy a narrar; pasó hace ya varios meses…Mejor dicho: ¡Años!) Pero que si me tienes un poco de paciencia y tolerancia…Lograré desgranar de mis pensamientos tantos y tantos hechos… ¡Seguro estoy que van a hacer de tu agrado! …Espera y lo comprobaras…
¡Qué te vas a sorprender mucho! – Tosió con cierto escándalo. 
Luego se acomodó mejor en ese tipo tan extraño de asiento, pues había juntado varias rocas y allí se había acomodado (Seguramente la dureza de esos objetos, hizo que se sintiera incomodo.)
Miró hacia el cielo y dijo en voz baja…Casi audible…
-    …Seguramente va a llover… (Y esto podría variar todo…)
-    ¿Tú crees…? – Él hizo que no lo había escuchado. Se quitó su sombrero de paja, se secó el sudor de su frente…Y lo miró con esa forma que solamente él tenía…Que parecía que no lo veía…Daba la impresión de que atravesaba a la persona con su forma de escrutar.
(Pensaba  que con toda seguridad: Leía el alma. O quizás veía el color real que portaba cada tipo de persona.) Estos pensamientos le agradaron a este viajero jovial…
Transcurrieron unos segundos mas. Luego juntó mejor las piedras y posó su humanidad sobre ellas; y para cuando ya se sintió cómodo, continuó charlando…
-    …Tengo muchísimos años viviendo por estos contornos.
Y conozco al dedillo todo cuanto pasa por estos lares…Y te asombrará saber esto que te voy a contar…Pon atención…
¿…Sabes el por qué he decidido sentarme sobre estas piedras…?
¡Por supuesto que no lo sabes!  …Te contaré entonces…
En unas de las tantas noches, estas mismas creaciones rocosas, fueron testigos de un hecho que para el mundo exterior, carece de importancia alguna…Pero que para mí ¡No!
Pues por estas latitudes, pasaron dos seres de extrañas figuras…
(Me cuentan que ellos cambian de fisonomía. En ocasiones parecen: Hombres, para luego permutarse en: Hombres lobos…No te asustes…Ya ellos se fueron.    – ¡Aunque nadie puede asegurar o negar que vuelvan!-   …Hay muchas cosas extrañas, que ocurren sin cesar, pero que el “ojo humano” ¡no se percata!  …Y eso que suelen ocurrir en sus propias narices…Pero…) En fin…Sigo en el relato…
Caminaban…Mejor dicho: Huían.
(Y yo sé esto: Porque ellas mismas así me lo relataron. ¡Nadie mas!)
…Traían en su poder…Muchas riquezas. ¡Tantas que no podían  con todas ellas! ¿Y sabes qué eran…? ¡Oro! ¡Oro puro! Qué sustraído de una mina muy antiquísima. (Tanto es así, que desde la creación. Sólo una tribu lo sabía. ¡Pero tenían la orden expresa de callar! Era preciso guardar ese secreto. Porque el hombre es muy codicioso.)
…Pero vinieron seres de otras partes…
(No supieron informarme de dónde con exactitud. Pero de por estos lados, con toda seguridad no son.)
Y con pericia y mucha malicia…Fueron engañando a unos paisanos.
Qué creyendo en la buena voluntad de todos…No se percataron de la inmensa avaricia que traían consigo estas…Personas…
Engatusaron a una moza estúpida. (Porque no tenía ninguna experiencia, era muy inocente. ¡Y bien caro pagó su inocencia!)
…El caso es que, se portaron tal como eran: ¡Unos malvados!
Y por esta misma vía, en que nos encontramos yacen, mejor dicho: Subyace sus restos. (Estas rocosas formas, que se me antojan, que poseen “extrañas formas” ¿Lo ves…?) …Dispersos. Distraídos de la conciencia humana. Pero así son las cosas. – Detuvo su hablar al ver el nivel de incredulidad que sus palabras le estaban produciendo a su joven amigo. Se percató de que no le estaba creyendo del todo.
…Calibró mejor…No dijo nada.
Tan sólo carraspeó y cambiando de posición, se levantó y señalando el mismo sitio en donde hacía un instante estaba sentado y alzando ostentosamente su voz, le indicó…
-    No me crees. Ya lo verás… - Y señalándole la piedra mas grande le susurró suavemente…
-    …Dime: ¿Le puedes hablar al joven acá presente…? – El jovencito lo miró con mayor incredulidad, casi hasta llegó a pensar que se había vuelto loco…Retrocedió…Pero el anciano con el sombrero de paja en su mano, lo contuvo diciéndole…
-    En vista de que no me crees…Le estoy pidiendo a “ella” que sea ella misma la que te de su versión de los hechos…
-    ¿Pero cómo me ha de hablar…Una piedra…? Es un mineral. Muerto. Sin vida…
-    ¡Eso crees tú! ¿Qué está muerta…? – Y mirando fijamente al mismo  mineral al cual el chavalo dudaba que tuviese vida, le inquirió directamente…
-    ¿Estás muerta tú…? ¡Habla, para que este mocoso vea que no estoy  loco! Habla. No tengas miedo… ¿Qué daño te puede hacer éste…?
-    …Mejor me voy… - Le dijo el chamo, pero él lo seguía conteniendo mientras le hacía señas de que se quedara tranquilo, que nada malo le pasaría.
Y el dichoso mineral…Se movió.
…Cambió de sitio…Ante aquel jovencillo, que creía que estaba viendo un espanto. Se le notaba su nerviosismo, pues se movía de un sitio a otro.
El muchacho retrocedió. (No estaba soplando viento. ¿Pero se habrá movido por si solo…? ¡Chanfles!)
-    No temas. No te voy a hacer daño alguno. – Y fue cuando escuchó esos extraños sonidos. Sonaban con fuerza muy rústicas. Cómo si se estrellasen sobre el suelo rocoso. Ronco. Aunque su tonalidad, era tenue. Con características femeninas.
-    ¿Quién me habla? ¿Es esto una brujería…?
-    Nada de eso.  El viejo que te está contando…Es antiquísimo.
-    ¿Antiquísimo…? – Repitió con duda reflejada en todo su ser.
-    En efecto. Él es nuestro guía. Él nació cuando la tierra aun no se había formado. Y cómo nosotros…Formamos una parte de la creación.
Sólo que yo…Cómo él te está contando…Fui muy tonta.
Y me dejé engañar por seres muy malvados. Que luego me sacrificaron.
Me utilizaron para robar todo el oro que nuestra gente poseía.
Y yo…Tontamente los guie. Y aquí mismo, esparcieron mis restos.
Ahora formo parte…De todas partes. – Una fuerte ráfaga de viento frío se dejó sentir. Un fuerte silbido en forma de trueno, retumbó por doquier. El cielo se oscureció. De repente, hubo un silencio.
-    …Yo…Yo: ¡No entiendo! ¿Estará sucediendo todo esto…? ¿O quizás es fruto de mi mente…? – Analizaba horrorizado. Aterrado.
La imagen del hombre antiguo, se le fue haciendo borrosa.                         
Intentó retenerlo…Pero su intensidad se iba atenuando…
Y en un abrir y cerrar de sus ojos…Se convirtió en una nube, que lentamente se le esparcía por el espacio sideral…Y él que no podía dar crédito a todo lo que había vivido, visto, hablado y hasta sentido…Sencillamente se le esfumaba…
Intentó vanamente retenerlo. Pero todo fue inútil.
…Se volvió etéreo. Cómo la ráfaga fría, que de repente lo atacaba…
Esa presencia, se le hacía invisible…
Miró la roca que unos instantes antes le había hablado…
Pero el tiempo, hizo que se fuera deshaciendo. En polvo se le fue convirtiendo…Ya no era tan sólida. Pronto…El viento helado…              Lo disolvió todo. Impávido quedó.
Transcurrieron unos minutos mas. Quizás horas.
No supo descifrarlo mejor. Y así como había llegado esos vientos helados…Se retiraron de inmediato. Y el sol, nuevamente se posesionó de ese espacio, de ese tiempo…De esa vivencia…
Sintió un enorme vacío. Y por primera vez…Se sintió terriblemente sólo.
Quiso buscar esa presencia…Que unos momentos antes, había sentido esa acción…Su fuerza y su determinación…Pero por mas que lo buscó…
¡No lo encontró!
…Y esa soledad lo horrorizaba…Nervioso no podía controlar su reciente pánico.
Pronto se tuvo que retirar…Por allá a lo lejos…El sol comenzaba a declinar, para darle paso a la oscuridad…Y ya allí no quería seguir…
Se retiró prontamente…















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